El streaming es una de esas tecnologías que han entrado en nuestras vidas con total normalidad y poco a poco la hemos ido integrando como si hiciera muchos años que existe, cuando no es del todo así. Este descubrimiento, que da nombre de forma popular a las plataformas de series y películas, tiene un origen muy curioso y vinculado con la banda británica The Rolling Stones. Para aquellos que desconozcan con exactitud de lo que se trata, es la retransmisión en directo a través de internet de un contenido de manera fluida y sin necesidad de descarga.

Más allá del séptimo arte, también ha calado hondo en el mundo de los juegos. Por un lado, se ha hecho un hueco en la industria de los salones de juegos virtuales con los casinos en vivo, que presentan juegos como la ruleta o el blackjack en tiempo real y con un crupier de carne y hueso dirigiendo la sesión al otro lado de la pantalla. Por otro, parte del reciente éxito de los e-sports se debe a este avance, pues son muchos los creadores de contenido y las competiciones que se retransmiten a través de plataformas especializadas como Twitch.

Antes de entrar en materia, también cabe mencionar que los contenidos que se permiten retransmitir vía streaming pueden ser sonoros, no solo vídeo. Encontramos la radio por internet, con muchas cadenas nacionales e internacionales disponibles desde cualquier dispositivo inteligente. A su vez, están las aplicaciones de música, con Spotify y Apple Music en cabeza, que tienen en su catálogo miles de canciones de artistas y grupos diferentes. Ya sea de forma gratuita o de pago, nunca antes el usuario había tenido a su alcance tal abanico de opciones.

Nacimiento en la década de los 90

Aunque el término anglosajón de streaming empezó a popularizarse en la década de los 2000, en 1920 ya se trató de realizar las primeras comunicaciones de este tipo. En este caso, se centraba en la difusión de la música a través de señales eléctricas. El sistema, que fue bautizado con el nombre de Muzak, no llegó nunca a consolidarse debido a la complicada infraestructura de la época y al hecho de que la radio comercial, tal y como ha llegado a nuestros días, funcionaba a la perfección y cubría de una forma más completa las mismas necesidades.

Realmente, la década que pasará a la historia será la de los años 90. Los pioneros fueron dos conciertos retransmitidos gracias a un servicio llamado Multicast Bone, una red creada para dar conferencias académicas a distancia. Uno de los espectáculos fue el de The Rolling Stones, en 1994, del que se emitieron 20 minutos de forma gratuita y en directo desde el Estadio Cotton Bowl, en Dallas, y como parte de una promoción de la cadena Showtime. El otro fue en 1993 a ritmo de Severe Tire Damage, que abrieron a sus fans los 90 minutos de concierto celebrado en Palo Alto.

Con la popularización de internet en los hogares, ya en los 2000, fueron apareciendo diferentes compañías que proponían el consumo de vídeos en directo por internet. Aunque a muchos les parezca imposible, Netflix ya existía por aquel entonces; y se sumaron a la ola otras plataformas de suma importancia hoy en día como Prime Video, en 2011, o HBO, en 2014. Ahora la oferta ha proliferado de una forma muy grande y no solamente se limita a series y películas, sino también a eventos deportivos o programas de televisión emitidos en directo.

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Cambiando mentalidades de consumo

Más allá de las innovaciones tecnológicas que hayan ido sucediéndose en los años, este streaming ha provocado un cambio de mentalidad en los usuarios. Estos tienen más libertad, con la posibilidad de acceder a los contenidos en cualquier momento y lugar, y cuentan con el poder de elegir aquello que más les atrae de toda la oferta. A su vez, también se ha incorporado la idea de que los productos en internet tienen un precio, no son gratuitos, y proponen una suscripción mensual, algunas veces muy ajustadas, para que los clientes accedan a ellos.