A lo largo de la historia del hombre, muchos grandes descubrimientos se han realizado gracias a accidentes, y este es el caso con Phineas Gage, un hombre que, siendo un simple obrero, sufrió un terrible accidente que derivó en grandes descubrimientos en el área de la salud. ¿Conoces la historia de Phineas Gage? No te preocupes, porque en Supercurioso nos pusimos a investigar todo lo que hay que saber sobre este hombre, y hemos hecho este artículo para contártelo. Acompáñanos para que conozcas la asombrosa historia de esta persona.

Phineas Gage, el hombre que cambió la neurología

Phineas Gage, el hombre que cambió la neurología

Phineas Gage era un obrero norteamericano que trabajaba en una compañía de ferrocarriles. Sin embargo, no pasó a la historia por su trabajo, sino por haber cambiado la neurociencia. Pero, ¿cómo? Pues Gage no era médico, ni estaba cerca de serlo. Sin embargo, en 1848 Gage sufrió un terrible accidente que le causaron importantes daños en su cuerpo y, especialmente, en su cerebro. Fue con su caso que los médicos y estudiosos del cerebro pudieron sacar conclusiones sorprendentes para la época, que derivaron en importantes avances en el área de la medicina y, especialmente, de la neurología. Puede que él no haya sido, propiamente, quien realizó los descubrimientos, pero su caso es, sin lugar a dudas, una de las grandes curiosidades del mundo. Vamos a descubrirlo.

1. El accidente

Para el mes de septiembre del año 1848, Gage se encontraba trabajando en Vermont, donde dirigía un equipo de trabajo que se encontraba volando rocas para despejar la vía para un ferrocarril que estaba pronto a construirse. En esencia, el equipo que Phineas Gage dirigía se encargaba de colocar explosivos en unos agujeros que se le hacían a las rocas, y luego tapaba estos agujeros con arena y aplastaba la arena con una barra de metal. Se trataba, por lo tanto, de una tarea simple.

No obstante, el 13 de septiembre de aquel año Gage cometería un error fatal:  se olvidó de tapar el agujero con la arena, lo que hizo que, al presionar la barra contra la roca, se generó una chispa que provocó que toda la carga explosiva se desatara. ¡Boom! El cuerpo de Gage salió volando por los aires, y quienes estuvieron ahí calculan que se alzó unos 25 metros. Pero esto no fue todo, sino que junto con él voló la barra metálica, la cual vino a estrellarse en su cara. Tal fue la fuerza de la explosión que la barra metálica entró por la parte de abajo de su rostro, cruzó su cráneo por detrás del ojo izquierdo, y salió por la parte de arriba. Había sido una tragedia.

2. Un milagro médico

Pese a lo horripilante de la escena y a lo trágica que parecía la situación, Gage había sobrevivido al accidente. De hecho, no solo había sobrevivido, sino que a los pocos minutos de haber sucedido todo Gage se encontraba hablando casi que con perfecta naturalidad. De inmediato Gage fue trasladado al médico más cercano, quien se sorprendió de verlo en tan buen estado, pese a la barra metálica que tenía alojada en su cabeza, donde lo atendió el doctor Harlow, quien lo dio de alta dos meses después por creerlo recuperado, aunque Harlow no dejó de señalar que creía que «el equilibrio entre su facultad intelectual y sus propensiones animales se había destruido». Phineas Gage ya no era el mismo hombre que había sido.

3. Un Gage completamente distinto

Esta rapida recuperación es sorprendente y más para la rudimentaria medicina que había en la época. Pero lo más curioso de todo es que tras el accidente Phineas cambió su forma de ser y su personalidad. Se volvió una persona desinhibida, grosera, poco responsable, blasfema y no tenía paciencia, razones que causaron que con el tiempo no pudiera mantener ningún trabajo.

Este cambio radical en la personalidad a causa de una lesión en el lóbulo frontal, supuso un avance en la neurociencia, y no cualquier avance. El caso de Phineas Gage es considerado una de las primeras pruebas científicas de que una lesión en el lóbulo frontal puede cambiar la personalidad, interacción social y emociones de las personas que la sufren. De hecho, para mediados del siglos XIX, e incluso durante mucho tiempo después, se consideraba que los lóbulos frontales carecían de funciones en el comportamiento humano.

Lo que siguió en la historia de Phineas Gage no fue precisamente un final feliz. Después de haberse recuperado de su lesión, Gage perdió su trabajo en la compañía en la que trabajaba, y luego perdería muchos trabajos más, en casi todos los casos la razón era la misma: Gage siempre estaba buscando pleitos con sus compañeros de trabajo. Esta fue una de las partes de su temperamento que realmente cambió. Gage pasó los últimos años de su vida metido en el mundo del circo, donde mostraba orgulloso la herida y la barra que nadie se había atrevido a sacar. Al morir, fue enterrado junto con la barra de hierro, y actualmente su cráneo atravesado por la barra se muestran en el museo de medicina de la universidad de Harvard.

El caso de Gage, así como el de Mike Brennan, el hombre que podía escribir pero no leer, ayudó a los neurólogos a aproximarse un poco más a lo que pasa en el cerebro humano. ¿Qué te ha parecido la historia de Phineas Gage? ¿Conocías este caso? Gracias a él se lograron hacer importantes avances en la neurociencia. Déjanos tu opinión respecto a este artículo en los comentarios, ¡estaremos deseando leerte!