Nuestro cerebro es con seguridad una de las estructuras más complicadas de la creación, y dentro de éste, las emociones son probablemente una de las partes más complejas e inexplicabes. Aún así, las hormonas y algunos procesos cerebrales pueden indicarnos mediante pistas, el origen del comportamiento humano, como por ejemplo, las razones por las que algunos seres humanos son más cariñosos que otros.

¿Eres poco cariñoso? La ciencia tiene una explicación

Al hilo de esto, la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS) publicaba un artículo realizado por unos investigadores de la Universidad de Georgia en Estados Unidos, que han descubierto que silenciar un gen específico podría determinar increíblemente la habilidad de alguien a la hora crear relaciones sanas y desarrollar la empatía.

Este gen se llama OXT, y forma parte de la secuencia de material genético que colabora produciendo oxitocina, una hormona apodada «la hormona del amor», que es crucial en el cariño y en la creación de relaciones afectivas en los mamíferos.

Para entender un poco más el estudio, es importante que sepas que mediante un proceso natural llamado metilación, nuestro organismo regula los genes, provocando transformación química del ADN que tiene como consecuencia la activación o la desactivación de genes específicos, con el objetivo de regular hasta qué punto está activo el material genético en cada momento.

El equipo de investigación recogió muestras de saliva de 120 voluntarios, en vistas a realizar análisis genéticos y calcular los niveles de metilación del gen OXT. A continuación, los participantes se sometieron a diversos test, en los que se evaluaban sus habilidades sociales y el mecanismo de su cerebro en ese instante.

¿Eres poco cariñoso? La ciencia tiene una explicación

Como resultado, el equipo descubrió que las personas con mayor índice de metilación del gen OXT, eran quienes tenían el gen más inactivo, y por lo tanto solían menos habilidosos cuando se trataba de reconocer expresiones faciales. Aparte de eso, durante las pruebas mostraban más ansiedad al tener que describir las relaciones que mantenían con sus personas más allegadas y hablar de ellas.

Además de evaluar algunas de sus capacidades sociales, el equipo usó resonancias magnéticas para medir la actividad cerebral, por medio del flujo de la sangre oxigenada en diferentes áreas del cerebro. De este modo se encontraron con que los participantes con el gen OXT más metilado, poseían una menor actividad cerebral en aquellas regiones asociadas a los procesos sociales. Finalmente, estos participantes demostraron poseer también una menor cantidad de materia gris en la región cerebral giro fusiforme, que al parecer juega un importante papel en los procesos cognitivos y sociales.

Aunque admiten que el estudio se encuentra en sus albores, esperan poder seguir adelante, involucrando otras investigaciones y posibles tratamientos para distintos desórdenes sociales. Por el momento, la metilación es un proceso dinámico, por lo que puede cambiar a lo largo de la vida, pero no descartan la posibilidad de alterar estos niveles mediante la medicación, para ayudar a aquellas personas que padecen anormalidades en los procesos de cognición social.

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