La mayoría de las personas cerramos los ojos al besar, pero te has preguntado alguna vez ¿Por qué lo hacemos?

En todas las películas o en cualquier libro, cada vez que se narra cómo ocurre un beso, los protagonistas cierran los ojos antes de juntar sus labios.

Incluso, nosotros mismos a menudo sin ser conscientes de lo que estamos haciendo, sin darnos cuenta, cerramos los ojos antes de besar a nuestra pareja.

Los expertos aseguran que hay dos explicaciones sobre por qué cerramos los ojos al besar:

Acto reflejo

Nuestros ojos no están preparados para enfocar un objeto tan cercano como el rostro de la persona a la que vamos a besar debido a que está demasiado cerca como para ser visualizado correctamente.

Besamos con los ojos cerrados

De esta forma, lo habitual es que como acto reflejo nuestros ojos se cierren, así se evitan tener que estar mirando una mancha borrosa o hacer el esfuerzo de tratar de enfocar correctamente cuando es imposible que lo logren.

Una forma de relajarse

La otra teoría está más vinculada con la psicología. Al besar a otra persona, nos sentimos vulnerables y cohibidos porque estamos realizando un acto muy íntimo.

Sin embargo, al cerrar nuestros ojos logramos abstraernos de lo que realmente está sucediendo y relajarnos para disfrutarlo. En este sentido, cerrar los ojos es el equivalente a apagar la luz cuando estás teniendo relaciones sexuales.

Por otra parte, la creencia popular nos dice que un beso no es un beso si se da con los ojos abiertos, y que las personas que besan con los ojos abiertos, no están siendo del todo honestos, lo que demuestra que la mejor forma de besar es con los ojos cerrados.

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