Según un grupo de investigadores de dos prestigiosas universidades, la de Stanford (EE.UU.) y la de Bolonia (Italia) existen genes que nos hacen centenarios. Este equipo logró identificar 4 genes que, aparentemente, podrían ser garantía para quien los porte de una vida mucho más larga.
Este hallazgo fue publicado en la revista científica PLOS Genetics y es una posibilidad abierta para vivir más años de una mejor manera.
Y los genes son…
Ciertamente los nombres casi no importan. Son 4: ABO –que determina el grupo sanguíneo–, CDKN2B –que contribuye a regular los ciclos de vida celular–, sh2b3 –que prolonga la esperanza de vida en la mosca del vinagre– y HLA –que es uno de los genes que promueve el reconocimiento por parte del sistema inmunológico de las propias células del organismo–.
Aquí lo que importa es ser portador de alguna variante de estos genes, que garantizaría sin ninguna duda poder cumplir más de 100 años.
La búsqueda
Se hicieron estudios genéticos con gemelos idénticos, y por supuesto que la genética juega un rol clave en la esperanza de vida de cada persona (hasta un 20%).
Buscar estos genes no fue fácil, así como tampoco encontrarlos. La Universidad de Stanford comenzó la búsqueda y analizó los genomas de al menos 17 personas de más de 100 años, comparándolos con los de la población general. No se encontró ninguna variante fuera de lo común que pudiese explicar por qué había gente que cumplía más años y otras personas no, a pesar de tener una salud similar o compartir los mismos hábitos de vida.
Sólo pudieron identificar un gen –APOE, vinculado al alzheimer– que difería en la población de quienes llegaban a los 100 años de quienes no. Pero un científico, Stuar Kim, el autor principal del estudio, no se dio por vencido, y decidió ampliar los horizontes.
Incluyó a 800 personas de más de 100 años y a 5.000 de más de 90, pero se centró en los genes comunes que se sabe que influyen en al menos 14 enfermedades asociadas a la vejez… y acertó. Encontró pistas importantísimas.
El descubrimiento ayudará a la ciencia a descubrir por qué envejecemos, pero no sólo eso, también será muy plausible encontrar formas efectivas de alargar la vida de manera sana, sin enfermarse: sin diabetes, sin alzheimer, sin sufrir del corazón o de dolores en las articulaciones, y hasta sin cáncer.
Qué se logrará
Es muy importante entender el alcance de este descubrimiento, pues estamos muy cerca de una posibilidad real de traspasar la barrera del siglo. Con un simple examen genético podremos saber si cada uno de nosotros lo podría lograr. Pero, como en Gattaca, la genética no lo es todo, y aún es muy difícil poder predecir exactamente cualquier cosa basándose sólo en los genes.
Hace un tiempo, publicamos un artículo en el que exponíamos unos avances científicos interesantes relacionados con el tratamiento de la vejez como si fuese una enfermedad, y en tanto esto “tratar los síntomas”. Claro que el envejecimiento es una parte natural de nuestro propio proceso vital, no somos inmortales, vamos a morir, pero de lo que se trata es hacerlo lo más sanos posible.
Llegar a los 90 o 100 llenos de vitalidad y salud, capaces de cuidarnos a nosotros mismos y dueños de todas las facultades, físicas y mentales… suena bien, ¿no es así? Esto es lo que busca la ciencia del envejecimiento.
Hemos alargado nuestra esperanza de vida en el último siglo de nuestra historia, mucho más que en todos los miles de años precedentes. Los científicos acaban de empezar.
Por ahora, lo único que ha demostrado ser eficiente para alargar la vida es la restricción calórica. Comer menos –sin llegar a la desnutrición– parece ser la manera más efectiva de cumplir más años, tal como lo expusieron en la revista Science, aunque se está experimentando con diversos fármacos para conseguir esos mismos beneficios.
Si quieres vivir más y mejor, haz ejercicios al aire libre, respira profundamente, duerme bien… y come poco, ya sabes que no hay que atracarse pues eso resta años. De modo que la fórmula es bastante sencilla.
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