Nada puede ser tan concluyente como una prueba de ADN. Eso es lo que, al menos, siempre nos ha dicho la ciencia forense, y de ahí, que sirva como base legal para muchas condenas y pruebas legales.

Pero,  ¿es realmente tan infalible? En ocasiones no tanto y para darte un sencillo ejemplo de ello, queremos hablarte de una joven llamada Lydia Fairchild, una americana que se quedó sin empleo y sin ningún medio con el que mantener a sus hijos.

Para poder pedir una ayuda social, Lydia tuvo que pasar por una prueba de maternidad y cuál fue su sorpresa cuando, de pronto, la hicieron entrar en un despacho para tramitar una denuncia. Las pruebas de ADN demostraron que sus tres niños no eran suyos. ¿Los había robado? ¿Secuestrado? ¿Había cogido a los niños de otra familia para pedir una ayuda?

Lydia Fairchild no podía creer lo que estaba ocurriendo, le repetían una y otra vez que el ADN era una prueba infalible y que ella era una farsante. ¿Pero qué pesadilla era aquella? ¿Cómo podían decirle que sus tres hijos no eran suyos?

La desesperación de esta joven tenía un nombre: Quimerismo. Tenía dos ADN distintos.

Ser tu propio gemelo. Tener dos ADN diferentes: quimeras humanas

El caso de Lydia Fairchild fue largo y complejo. Hubo de enfrentarse a una demanda y a tener que buscar apoyo legal a pesar de no tener recursos económicos. Pero finalmente su abogada buscó documentación de casos similares. De mujeres cuyas pruebas de maternidad salían negativas, madres a quienes la ciencia les decía claramente que no habían dado a luz a sus propios hijos. Semejante incongruencia debía tener una explicación.

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Quimerismo. Como ya sabes, cada uno de nosotros somos únicos en el mundo, disponemos de nuestro propio ADN, ese que podemos obtener a partir de sangre, saliva, cabello u otro tipo de fluidos. Pero ¿y si te dijéramos que existen personas que en el interior de su cuerpo disponen de dos tipos de ADN? Seguro que estarás sorprendido, pero como ves, la biología humana es en ocasiones tan fascinante como aterradora, en especial si tenemos en cuenta los problemas que algo así puede ocasionar. En especial en temas legales.

El quimerismo humano es algo realmente peculiar y muy poco frecuente. Ocurre cuando una persona dispone en su cuerpo de dos ADN diferentes, el primero estaría en fluidos como la sangre o saliva, mientras que el segundo se hallaría en los tejidos internos como pueden ser nuestros órganos.

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Quimera, criatura mitológica

¿Y cuál puede ser su origen? Los científicos nos desvelan que la causa puede estar en nuestro desarrollo embrionario. Ahí cuando surgen dos embriones mellizos no idénticos que, finalmente, acaban fundiéndose en un mismo. Este fenómeno tan asombroso deriva en el hecho de que en nuestro interior, dispongamos aún de esos trazos de un hermano que nunca llegó a desarrollarse, que se fundió, por así decirlo, en nosotros dejándonos huellas de su ADN en algunas partes de nuestros órganos internos.

Lo normal es que nunca nos demos cuanta de si padecemos quimerismo o no, hasta que de pronto, por la razón que sea debemos hacernos algún tipo de prueba. Como es el caso de nuestra protagonista en este artículo, Lydia Fairchild. ¿Qué ocurrió finalmente con ella? Te preguntarás. Todo acabó bien.

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Tuvo un sinfín de audiencias ante el juez, las pruebas demostraban que lo más probable era que fuera tía de sus hijos, pero no madre. La abogada recogió el caso de otra mujer en la misma situación, Karen Keegan, y de su particularidad llamada «quimerismo humano». Para respaldar sus sospechas se solicitó que se le realizara a Lydia la prueba de Papanicolau, y, efectivamente, fue entonces cuando se pudo demostrar claramente que sus tres niños eran suyos. Al fín.

Un hecho realmente curioso que todos podemos sufrir sin que nunca lleguemos a saberlo y de experimentarlo del mismo modo que esta mujer. No debe ser nada agradable.

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