El satanismo existe prácticamente desde que la religión cristiana se estructuró; quizá no sea tan temprano, pero la adoración de Satanás –que es, a fin de cuentas, lo que significa “satanismo”– puede advertirse desde hace siglos en distintas vertientes.
Hay que acotar que también en el Oriente medio, los yazidíes son considerados como adoradores de Satanás por ciertos sectores del islam.
Dentro del cristianismo, quienes adoran a las deidades paganas, o estas mismas religiones antiguas, son tomadas como satánicas o satanistas, ya que no aceptan los dogmas cristianos. Pero lo mismo podría decirse de los musulmanes, que tampoco aceptan nada fuera del Corán. Y del judaísmo.
En realidad, el satanismo puede verse, en términos más amplios, como todo aquello fuera de las grandes religiones monoteístas; las brujas, escritores como el Marqués de Sade, Charles Baudelaire, los románticos, y quienes rompieron en el arte y la literatura con los cánones aceptados, voluntariamente admitían el epíteto de satánicos, pues con ello también escandalizaban a la sociedad. Hasta la masonería fue tenida como satánica; todo esto denota el profundo rechazo hacia la autoridad impuesta durante siglos por la cristiandad, específicamente hacia la Iglesia, Católica o Luterana.
Hubo muchos escritores europeos que escribieron sobre el satanismo o describieron una misa negra, e incluso Anton LaVey elaboró la Biblia Satánica.
En este post vamos a tratar sobre ciertas organizaciones declaradamente satánicas, que afirman adorar a Lucifer o Satanás, y que tal vez estén más cerca de lo que piensas.
Satanismo: 5 formas en que podrías encontrarlo
1. Culto de Cthulhu
Este culto, devenido de H.P. Lovecraft, cree en una deidad inventada en el llamado “círculo Lovecraft”; Clark A. Smith, un colaborador del célebre escritor, fue quien sugirió algunas de las ideas que alimentaron los mitos de Cthulhu.
Estos mitos establecen que hubo ciertos Seres Antiguos que vivían en la Tierra mucho antes del homo sapiens; los dioses menores, encadenados y azotados, crearon con su sangre el universo, y algunos de ellos, que se liberaron, lograron sobrevivir y ahuyentar a los Antiguos.
Para este grupo, Cthulhu es visto como Lucifer, como un ser superior que quería transmitir el conocimiento a los seres humanos y liberarlos de la esclavitud que significa la “Realidad”; la única forma de hacerlo es despertando la conciencia de la humanidad.
Cthulhu tiene varios nombres: “la llama negra”, “la marca de Satanás”, “el don de Set”, la “llamada de Cthulhu”, y se cree que todos los “dioses malignos”, como Satanás, Loki, o el mismo Cthulhu, son sólo extensiones de la “esencia negra informe” que yace debajo de la realidad, y representan la idea de auto-empoderamiento, que es la ley más alta de esta secta.
2. Luciferismo
Pertenece a la rama del satanismo tradicional o teísta, donde se adora a Satanás como si fuese un dios. Para este grupo, Lucifer es la representación simbólica de la sabiduría oculta. Sin embargo, algunos rechazan la identificación entre Satanás y Lucifer, y prefieren asociarlo al dios romano precristiano del mismo nombre –Lucifer–, que es el portador de la luz.
Siguen los 11 Puntos Luciferinos de Poder, y en ellos establecen la relación entre Lucifer y valores como la libre determinación y la liberación de la conciencia, y en este sentido se acerca más a una filosofía de vida que a una religión. Existe la Iglesia Mayor de Lucifer donde se aglutina este tipo de satanismo, cuyo objetivo final es ayudar a los individuos a “encender su llama negra interior”, y a conseguir la auto consciencia; piensan que como luciferinos están llamados a cuestionar todo, a superar su propia ignorancia y a equilibrar los deseos carnales con lo intelectual.
3. Iglesia de Satán
Fue fundada por Anton LaVey (considerado el Papa Negro) en 1966, en California. Contrariamente a lo que pudiera sugerir el nombre, en esta organización no se hacen sacrificios humanos o se adora la figura del diablo; más bien se retoma la figura de Satanás como la representación de la inteligencia y lo humano.
Anton LaVey acusa al cristianismo de haber deformado la imagen de Satanás y haber atemorizado con él a la gente durante 2.000 años; ya que pensó por sí mismo y se rebeló contra Dios, LaVey pretende devolverle al diablo su dimensión original.
La Iglesia de Satán promueve la indulgencia, la justicia y el orgullo; reniega categóricamente del cristianismo, y condena a otros satánicos que hacen los consabidos sacrificios, profanaciones y ritos como la otra cara de la misma moneda cristiana.
Rechaza la dualidad Bien/Mal, y en este sentido todo se permite pues el mundo es una manifestación de lo humano que, como ya dijimos, es Satán. El Sumo Sacerdote actual es Peter H. Gilmore.
4. Demonolatría
Como su nombre lo indica, es la adoración de los demonios. Tradicionalmente se ha referido a la adoración del concepto cristiano de demonio, que es la encarnación del mal, pero en sentido estricto adoran a los demon, que serían espíritus o entidades sobrenaturales, no necesariamente malas.
Cada grupo puede diferir en sus prácticas y creencias; generalmente adoran a uno o más demonios distintos de Satanás; en otros llaman a éste el “quinto elemento”, pues sería la quintaesencia de la vida, o la fuente de todas las energías.
Si bien los demonólatras son considerados satanistas, no todos lo son. En general se pueden advertir tres posibles interpretaciones de los demonios. La primera, que son malignos y tentadores, como la visión cristiana; la segunda, que son fuerzas personificadas detentadoras de energía; y la tercera, que son dioses por derecho propio, ya que demonio significa poder divino.
5. La Iglesia de Azazel
Pertenecen al satanismo politeísta, creen en muchos dioses o demonios. Fundada en Nueva York, acepta a todos los tipos de satanistas, ocultistas y seguidores del Sendero de la Izquierda.
Esta iglesia se centra en lo que ellos llaman “el surgimiento de los dioses del Occidente moderno”, siendo estos dioses Satanás, Azazel, Lilith, Prometeo, Ishtar, Pan y Lucifer de Sofía –Sofía era una diosa gnóstica que presenta paralelismos tanto con Lucifer como con Adán y Eva–.
Todos los dioses antiguos fueron demonizados por las religiones abrahámicas (es decir, las monoteístas), sin embargo representan valores importantes para la humanidad; por ejemplo, Prometeo representa el conocimiento, la comprensión y el sacrificio; Ishtar, la naturaleza y la sexualidad; Satanás, el pensamiento libre y cuestionador.
La Iglesia de Azazel no venera a estos demonios en el sentido tradicional, sino más bien profesan reverencia y respeto hacia uno o más de ellos. Podría decirse también que se consideran agnósticos, pues saben que el “reino de los dioses” jamás será revelado completamente a la humanidad, aunque sí creen que puede manifestarse en los asuntos humanos, específicamente en lo social, económico y, claro, religioso.
Hay muchos otros grupos dentro del satanismo, como la Iglesia de Set, los Rojos Satánicos, o el Satanismo Trascendental, pero como hemos visto son casi siempre derivaciones del mismo concepto: Satanás como fuente de conocimiento. Y no tanto en el sentido en el que las películas de horror nos los pintan: grupos sedientos de sacrificios oficiando aterrorizantes misas negras.
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