¿Sientes mareos, confusión y hasta alucinaciones cuando entras en un museo? ¿Eres incapaz de contener las lágrimas al pasear por una hermosa ciudad? ¿Se te nubla la visión por la magnificencia de una obra musical? Claro, todos o casi todos, hemos sentido en alguna ocasión cómo se nos pone la piel de gallina ante el arte, sea del género que sea, pero cuando inicias a sentir fuertes síntomas de fatiga, mareo e incluso miedo, podrías estar padeciendo el síndrome de Stendhal, también conocido como el síndrome de las obras de arte y el estrés del viajero. En Supercurioso queremos contarte en qué consiste este trastorno psicosomático, su origen y causas. Si quieres conocer todo sobre el síndrome de Stendhal, ¡continúa leyendo!
¿Qué es el síndrome de Stendhal?
Imagínate que estás observando las pinturas más hermosas del mundo, cuando de un momento a otro te invade una sensación de caída, o quizá, de euforia incontenible, no sabes qué sucede, pero sin duda, aquella obra que observas te afecta de gran manera. Gracias a este tipo de sensaciones de goce y malestar es que se ha podido descubrir que existe el síndrome de las obras de arte. De hecho, esta curiosa enfermedad también es conocida como síndrome de Florencia, ya que el descubridor de la afección fue el francés Henri-Marie Beyle, que escribía algunas de sus obras bajo el nombre de Stendhal, uno de los seudónimos de escritores más famosos de la historia.
Stendhal estaba conociendo Florencia, la mágica ciudad italiana, cuando experimentó por primera vez los síntomas. Según se sabe, fue a principios del siglo XIX y estaba en una visita a la Basílica de la Santa Cruz. En su obra Nápoles y Florencia: Un viaje de Milán a Reggio, recogía sus impresiones: «Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Cruz, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme. No me sentía en condiciones de razonar y me abandonaba a mi locura como a la vera de una mujer a la que se ama.»
Aunque sabemos quién fue el primero en registrar su afección, en ese momento se desconocía esta enfermedad. No obstante, la base científica del síndrome de Stendhal o del «estrés del viajero», la desarrolló, en 1979, la psiquiatra italiana Graziella Magherini, tras investigar más de un centenar de casos similares entre los turistas que acudían a Florencia.
Una enfermedad psicosomática
El síndrome de las obras de arte se ha catalogado como una enfermedad psicosomática que puede causar, entre muchas cosas, un elevado ritmo cardíaco, vértigo e incluso alucinaciones cuando la persona está expuesta a un total éxtasis de belleza. Aunque el síndrome de Stendhal sea una enfermedad que se caracteriza por los síntomas físicos, cuyas causas parten de cargas emocionales muy fuertes, en la actualidad existe una reacción romántica e idealizada ante la acumulación de belleza y la exuberancia en el goce estético, lo que resulta un problema para aquellos que la sufren porque no se le otorga a la enfermedad su debida importancia.
La apreciación de las obras de arte, en general, tiene valores positivos para los observadores, pero llevado al extremo, es decir, para aquellos que sufren el síndrome de Stendhal, significa padecer algunos síntomas físicos muy molestos como: fatiga y cansancio, elevación del ritmo cardiaco, sudoración, sensación de desorientación, mareos, visión borrosa, delirios, ansiedad y, como dijimos anteriormente, alucinaciones y alteraciones en el pensamiento.
Causas del síndrome
El síndrome de Stendhal no es algo común y solo afecta a personas altamente sensibles a la belleza artística, especialmente cuando observan muchas obras de arte en un espacio cerrado y durante un periodo de tiempo prolongado. Los pacientes con esta patología pasan de disfrutar de la beldad que contemplan a sentir un contradictorio malestar.
La primera aproximación al síndrome de Stendhal generalmente es desde el psicoanálisis, desde donde se propone el término «fruición artística» o señales psíquicas que una obra de arte genera en un observador sin otro tipo de intereses que los puramente artísticos. Para ello, la doctora Magherini propuso la clasificación de las posibles causas por las que se podría dar el síndrome de Stendhal:
1. A partir de la experiencia estética primaria, que derivaría de una aproximación del entorno cotidiano de la persona que padece el síndrome de Stendhal.
2. Otra de las causas puede verse en aquello que es «extraño», correspondiente a un elemento reprimido que vuelve en algunas circunstancias. Así, la contemplación de una obra de arte, por ejemplo, puede hacer regresar a determinadas circunstancias o experiencias remotas algo traumáticas.
3. La tercera de las causas que puede desembocar en el síndrome de Stendhal es la representación de una obra en sí, descubrir los secretos escondidos en obras de arte, que de alguna manera evoquen grandes emociones o modulan la percepción de la persona que está observando.
4. Por último, el síndrome de Stendhal puede aparecer por el valor artístico que la persona le otorga, viendo a la obra de arte como el punto culminante de grandes procesos creativos y gloriosos. Es decir, quedar obnubilado por la magnificencia de una obra de arte.
A su vez, un sector de la psicología sostiene que la base del «estrés del viajero» es la sugestión y que solo desarrollan los síntomas como consecuencia del conocimiento de la patología, por lo que no sería un trastorno como tal, sino un fenómeno psicológico. Esto es lo mismo que sucede si sufres pareidolia y eres de los que ven rostros en todas partes.
Sugestivo o no, lo cierto es que el Hospital Santa María Nuova de Florencia atiende a una media de una docena de turistas al año con este cuadro clínico. Incluso, el director Dario Argento, plasmó en 1996 el síndrome de Stendhal en su película del mismo nombre, comercializada en España bajo el título El arte de matar.
Cuéntanos, ¿has sufrido alguna vez del síndrome de las obras de arte? ¡Te leemos! Y por si quieres seguir conociendo un poco más sobre enfermedades extrañas, no dejes de leer sobre el síndrome de enclaustramiento, ¿te imaginas estar atrapado dentro de tu propio cuerpo?