Socrota. La llaman la isla encantada del Yemen, un escenario tan asombroso digno de la novela el «Mundo perdido», de Arthur Conan Doyle. Aquí la naturaleza hace un tributo a la más increíble imaginación para traernos una vegetación única en el mundo. Colores intensos en cada una de sus flores, de sus sugestivos árboles, de su mar, sus dunas y sus tibias montañas…
Creerás que estás soñando, que te has perdido en una de las epopeyas de Homero y que, como Ulises en la isla de Circe, te habrán embrujado. Pero te aseguramos que todo es real y que la isla de Scotra se alza como uno de los lugares más increíbles que has visto jamás.
El árbol Sangre de Dragón y 700 maravillas más
Estamos en frente del cuerno de África y a unos 300 km del sureste del Yemen. Socrota es una de las cuatro islas situadas en el océano Índico, conocidas como las islas de San Gustav. Como no podía ser de otro modo, este tesoro natural escondido del mundo es Patrimonio de la Humanidad desde el 2008 por su increíble diversidad y sus más de 700 especies únicas en el mundo.
El secreto de su variedad biológica se debe, ante todo, a que es una de las islas de origen continental más aisladas del mundo. Lo más probable es que este pedacito de tierra se independizara de la propia África durante el Plioceno medio, justo en el mismo instante en que se abrió, por ejemplo, el golfo de Adén hacia el noroeste.
Durante todo ese tiempo el archipiélago se mantuvo aislado y rodeado de un notable calor, originando así todas esas increíbles plantas endémicas que tanto fascinan a los botánicos. Pero ojo, al ser endémicas significa que son únicas en el mundo y, por tanto, muy-muy vulnerables. De hecho, una de las especies más asombrosas son los árboles que ponen portada a este artículo, es el Dracaena cinnabari. Tienen forma de paraguas, y se les conoce como «sangre de dragón» por un hecho increíble: su sabia es de color rojo. Asombroso ¿verdad?
Una isla de fantasía habitada por murciélagos
Así es, los únicos mamíferos nativos de la isla son los murciélagos. El resto de animales vinieron de otras islas para poblarla, pero sus preciosos murciélagos son también una especie endémica. Pero ¿y su pueblo, y las personas? Te preguntarás. La isla no está desierta, en absoluto, pero sus habitantes llevan aquí una vida muy sencilla. No hay electricidad ni agua corriente. Tampoco verás carreteras y lo más interesante: aquí se habla un idioma semítico llamado socotrí. Una lengua influenciada a su vez por otras de la península arábiga.
Como puedes ver, su magia reside también en su humildad, en la sencillez de un paraje donde nunca ha llegado el progreso de la civilización. Algo que esperamos perviva durante mucho, mucho tiempo.
Si te decides a visitar la isla Socrota, será sin duda una de las mayores experiencias de tu vida. Jamás podrás olvidar los árboles sangre de dragón o los árboles pepino de la imagen inferior. Tampoco olvides visitar sus costas y acantilados. Es ahí donde descubrirás maravillosas flores de rojos intensos, de rosas satinados de mil formas e increíbles olores. Un escenario apartado del tiempo, donde no tendrás wifi, pero tus sentidos descansarán como el náufrago que ha llegado a otro mundo y que, sencillamente, ya no quiere escapar de él.
¿Te animas?