Transilvania, la región rumana de los Cárpatos, es una zona rica en leyendas y seres mitológicos. Además del Conde Drácula, otros seres fantásticos parecen haber vivido en sus pueblos y aldeas. Acompáñanos a conocer a los Solomonari, los antiguos magos mitológicos que dominaron a los dragones.
Los Solomonari, los magos que dominaron a los dragones
Según cuentas las leyendas de Transilvania, el diablo tenía una escuela para brujos o magos que se conocía como «Scholomance». En cada curso, únicamente admitía a 10 alumnos y al finalizar la enseñanza dejaba partir a 9 de ellos, pero retenía al décimo. Este último pupilo, aprendía a montar dragones y se convertía en una especie de ayudante de campo del diablo, especialmente en los temas relacionados con la meteorología. Era un mago solomonari o solomonario.
Las leyendas los describían como jóvenes altos, pelirrojos y con ojos saltones que solían ir ataviados con túnicas blancas como los campesinos o con ropas hajadas y remendadas. Cuando no actuaban ayudando al diablo vestían como mendigos para que la población no los reconociera y portaban una bolsa con instrumentos mágicos y un libro con todos sus conocimientos y conjuros titulado «Libro de los Solomonarios». Sus enseres mágicos suelen ser un hacha de hierro que actuaba de forma similar a una varita, pero que también funcionaba como pararrayos, un semantron o toaca que es un instrumento de percusión con el que convocaban a los vientos y unas riendas para dirigir a los dragones hechas con corteza de abedul.
Los conocimientos adquiridos con el diablo permitían a los solomonari dominar a los dragones y guiarlos hasta el cielo para provocar lluvias, granizo y nieve, ventiscas o tormentas eléctricas. Cuando se disfrazaban de mendigos estudiaban los corazones de los habitantes de los pueblos y granjas y según como fuera su comportamiento los favorecían o castigaban con buen o mal tiempo.
Los antiguos habitantes de Transilvania no temían a los solomonari ya que creían que eran seres fundamentalmente benévolos e incluso si por su mal comportamiento algún paisano atraía sus iras, estas podían aplacarse con el concurso de algún antiguo maestro solomonari que viviera entre los humanos. Fue con la llegada del cristianismo que se quiso erradicar la figura de los solomonari y se les hizo discípulos del diablo para que la gente dejara de creer en ellos. Sin embargo, la leyenda primigenia resistió y en Rumanía se sigue considerando a los solomonari o solomonarios figuras fundamentalmente benéficas.
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