Hay personas cuya vida parece una novela, y es que las vicisitudes que han rodeado su existencia parecen imposibles. Una de ellas es Violet Jessop, conocida también como «la superviviente del Titanic» o «la camarera del Titanic». Sin embargo, su verdadera fama reside en el asombroso hecho de haber sobrevivido a dos de los naufragios más conocidos de la historia, no solo salió con vida del Titanic, sino que posteriormente también lo hizo del Britannic, donde trabajaba como enfermera.
Además, antes de esos desgraciados eventos, esta muchacha de aspecto dulce y decidido, ya había sufrido un percance con el Olympic, un impacto que, durante un tiempo, le hizo dudar sobre si continuar o no prestando sus servicios como camarera a bordo de estos gigantescos barcos. Sin embargo, Violet accedió porque no tenía otro recurso para vivir, desconociendo aún todo lo que la vida y el mar le tenía guardado para ella, ya que en un periodo de sólo cinco años, vivió un auténtico «tour» de la tragedia marítima… Te lo contamos todo, a continuación.
Violet Jessop, la increíble historia de la superviviente del Titanic
Solo 711 de las 2208 personas que viajaban en el Titanic sobrevivieron a la tragedia. Entre ellos, hemos conocido a Harold Bride, el telegrafista, a la actriz Dorothy Gibson que participó en la primera película sobre el naufragio o a la última superviviente del Titanic, Millvina Dean, que era un bebé de meses cuando el transatlántico se hundió. Sin embargo, ninguna historia supera a la que vivió Violet Jessop, te lo aseguramos.
1. Violet Jessop, una vida de dificultad
Violet Constance Jessop Vivanco nació en Argentina en 1887. Sus padres eran inmigrantes irlandeses y se abrieron, a duras penas, un futuro en este país a base de la crianza de ovejas. Fueron muchas las veces en las que Violet esquivó a la muerte. Ya siendo solo una niña, los médicos le dieron unos meses de vida tras contraer tuberculosis, pero contra todo pronóstico logró sobrevivir. El padre de Violet falleció y la familia decidió regresar a Gran Bretaña.
Vivieron primero en Liverpool y luego en Londres, donde su madre empezó a trabajar como camarera en la Royal Mail Line. La numerosa familia apenas podía salir adelante cuando, desgraciadamente, la madre enfermó. Violet tuvo que hacerse cargo de la familia y fue contratada para sustituir a su madre en sus funciones de camarera en el RMS Orinoco de la Royal Mail Line. El suelo era muy bajo y las jornadas de 17 horas agotadoras.
Pasados dos años, se postuló para una plaza en la White Star Line. Dado que hablaba perfectamente español e inglés, teniendo además un carácter afable y una grata presencia, fue rápidamente contratada y en septiembre de 1910 se embarcó en el RMS Majéstic, siendo promocionada para trabajar, en junio del año siguiente, en el buque más lujoso y grande del momento: el RMS Olympic.
2. La accidentada vida marítima de Violet Jessop
Desde 1907 la naviera White Star Line tenía el imponente proyecto de construir tres grandes transatlánticos y, con ellos trasladar de un continente a otro a más de tres mil viajeros por trayecto. Algo increíble que puso en marcha los engranajes de esos tres inolvidables monstruos marinos: el Olympic, el Titanic y el Gigantic (posteriormente bautizado como Britannic). Al ser la misma compañía, parte del personal iba a ser también el mismo a medida que cada uno de ellos empezara a botarse, siendo el primero en hacerse a la mar el flamante Olympic en el que se embarcó Violet Jessop.
Violet Jessop en el RMS Olympic
Fue a finales de 1910 cuando nuestra Violet Jessop empezó a trabajar a bordo de dicho trasatlántico, junto a 860 tripulantes más. Hasta entonces, la mayoría de camareras contratadas eran de mediana edad, pero su juventud y su gran disposición hizo que la compañía la quisiera en el Olympic. Su vida, hasta entonces, había estado dominada por la precariedad familiar, por la necesidad de mantener a los suyos y por abrirse un camino en aquella época tan difícil, pero a la vez llena de oportunidades. Lo que ocurrió a partir de aquellos días, ha hecho ya historia.
Fue el 20 de septiembre de 1911 cuando vivió el primer incidente. Violet estaba a bordo del RMS Olympic cuando éste impactó contra el HMS Hawke. No hubo víctimas, pero sí grandes destrozos en ambos barcos. La compañía y, sobre todo, el jefe de construcción Thomas Andrews, se preocuparon mucho por todos sus trabajadores, de ahí que cuando Violet se planteó dejar el trabajo tras aquel percance, fuera rápidamente convencida de que no lo hiciera, ya que la White Star Line había pensado en ella para trabajar a bordo de su siguiente gran proyecto, el más increíble: El Titanic.
Violet Jessop dudó, pero venciendo sus temores decidió quedarse en el RMS Oympic, se había acostumbrado a él. Tuvo que ser su familia quien, finalmente, la convenciera de que aceptara entrar el Titanic. Era un barco de lujo e iba a tener un mejor sueldo. ¿Cómo negarse? Así que el 10 de abril de 1912, Violet firmó el contrato, ocupando su puesto de camarera en el nuevo y flamante transatlántico, esa criatura que desafiaba a cualquier ingeniería vista hasta entonces. El barco que se jactaba de ser el más seguro del mundo y en el que embarcaron tan solo 23 camareras.
Violet Jessop y el naufragio del Titanic
Y cómo no… Todos conocemos las consecuencias de ese desafío llamado Titanic. Cuatro días después de haber zarpado, la noche del 14 al 15 de abril de 1912, el RMS Titanic impactaba contra un iceberg hundiéndose y llevándose con él la vida de 1.523 personas. Violet Jessop fue una superviviente del Titanic, recordada también como la camarera a quien se le ordenó acercarse a tercera clase para tranquilizar a todos aquellos viajeros de lengua hispana. Más tarde, fue llevada a los botes salvavidas de primera clase para atender a las personas heridas. De ahí su fortuna.
Muchos años después fue convencida para que publicara sus memorias. Los hechos sucedidos en la tragedia quedaron plasmados en su libro Titanic Survivor: The Memoirs of Violet Jessop Stewardess. Violet Jessop fue una de los poco más de 700 supervivientes. Uno de los oficiales del Titanic hizo subir al esquife, junto con otras camareras, para demostrar a las mujeres que abordar las pequeñas embarcaciones era seguro. Al empezar a descender el bote, el oficial arrojó un bulto a su regazo diciéndole: «Señorita Jessop, tenga. Cuide a este bebé». Se salvó en el bote nº 16 que rescatado por el RMS Carpathia.
¿Cómo asumir semejante tragedia? ¿Cómo atreverse a trabajar de nuevo a bordo de un trasatlántico? Era su trabajo, evidentemente. Era su responsabilidad y tenía a una familia que mantener todavía. Violet Jessop estuvo un tiempo de baja, unos meses que la compañía le cubrió y respetó. Pero estábamos en 1915 y la Primera Guerra Mundial había encendido ya su mecha. En 1914, la White Star Line había por fin finalizado el tercer y último barco de la clase «Olympic», el Britannic, hermano del RMS Olympic y RMS Titanic. Este barco, inicialmente llamado Gigantic, rebautizado como Britannic tras el desastre del Titanic y concebido para el transporte de pasajeros, fue requisado por el gobierno británico para el transporte de tropas a poco de iniciarse la Primera Guerra Mundial.
La última tragedia marítima de Violet Jessop: El Britannic
El Britannic fue convertido en buque hospital, una pieza esencial para llevar tropas y atender heridos, de ahí que Violet se incorporara como enfermera a la Cruz Roja para ofrecer sus servicios en un barco que ya conocía, porque a fin de cuentas, era muy similar a los anteriores. Pero la desgracia extendió de nuevo sus largos y huesudos dedos desde las profundidades del océano para llevarse, en esta ocasión, al Britannic. Fue el 21 de noviembre de 1916, en el Mar Egeo, cuando una mina impactó con él, hundiéndolo en 55 minutos.
En sus memorias relata lo siguiente: «De repente, oímos un ruido ensordecedor. Todo el salón se levantó… Me trajo recuerdos no muy distantes de la noche aciaga del Titanic”. Era la destrucción del último gigante. Fallecieron 29 personas, el resto, Violet incluida, pudieron saltar y acudir a los botes salvavidas. Ella, superviviente del Titanic, salió con vida esta vez gracias a su abundante cabellera. Cuando era succionada por debajo de la quilla, se golpeó la cabeza. Cuando perdía la consciencia, fue izada del pelo por otro de los náufragos. Afortunadamente, en el momento de la explosión no había enfermos y heridos en el buque. Una vez más, nuestra joven esquivó la muerte a bordo de un barco. Pero, a fin de cuentas, era su trabajo.
3. Violet Jessop, ¿una mujer afortunada o con mala suerte?
Cualquiera podría plantearse, en la situación de Violet Jessop, si las circunstancias vividas demostraban que era una mujer realmente afortunada o que tenía cierto «gafe». Ella no se dejó vencer y su unión con la White Star Line no acabó ahí. En absoluto. Porque Violet no creyó jamás en la mala suerte, su trabajo era su vida y ese trabajo estaba en el mar. Siempre tan poderoso, siempre tan superior al hombre y sus desafíos.
Violet Jessop continuó trabajando en el Olympic, el único de los tres grandes barcos que logró sobrevivir. Su vida siempre estuvo vinculada a las compañías navieras hasta el día de su jubilación, en 1950, cuando se retiró a vivir a una pequeña granja, en tierra firme. Pero sin dejar de ser nunca, la superviviente del Titanic y de dos accidentes marítimos más. Falleció en 1971 a los 84 años.
¿Conocías la historia de Violet Jessop, la superviviente del Titanic? ¿Crees que tuvo suerte o por el contrario la perseguía la mala fortuna? ¡Comparte con nosotros tu opinión! Y si estás interesado en la más famosa tragedia marítima de todos los tiempos, no dejes de leer estas Frases de la película que le rinde homenaje. Te impresionarán.