Pocos lugares sobre la tierra resultan tan despampanantes como el enigmático Egipto. Basta con recordar al caudaloso Nilo, la magnificencia de las pirámides o los misterios aún no resueltos en las vidas de personajes como Cleopatra o Tutankamón. Todo en aquel rincón del planeta resulta fascinante. Y, entre sus múltiples atractivos, no podemos dejar de mencionar al valle de las ballenas en Egipto. Pues bien, las entrañas de los desiertos no solo esconden yacimientos de las épocas de los faraones. Esta nación custodia, además, un maravilloso legado biológico, secretos evolutivos que nos hablan de un viejo océano y de sus auténticas reinas… las ballenas. ¿Confundido? Acompáñanos en Supercurioso a develar los misterios del Wadi Al-Hitan.
El Wadi Al-Hitan, ¿Qué es?
Lancemos nuestra mirada al pasado. Un lejanísimo tiempo en el que casi nada de lo que hoy integra nuestra cotidianidad existía. Allí, en pleno desierto occidental de Egipto, se alzaba el Wadi Al-Hitan. Nadie que esté vivo hoy pudo verlo con sus propios ojos, pero esta realidad no ha impedido que los arqueólogos, científicos e investigadores se obsesionen con aquello. Al punto de traerlo al presente en los fósiles y en la imaginación. El valle de las ballenas en Egipto fue descubierto a principios del siglo XX y, desde entonces, se convirtió en uno de los lugares más ricos del mundo en fósiles de cetáceos prehistóricos.
Su historia se remonta hasta hace unos cuarenta millones de años atrás, época en la que esta árida zona de Egipto estaba cubierta por un denso océano. Los cambios en el planeta terminaron por extinguirlo y sustituirlo por la superficie arenosa que vemos hoy, pero en sus suelos aún quedan los resquicios de la vida pasada. En el desierto de Wadi Al-Hitan se esconden los lechos marinos del mar de Tethys, también conocido como el valle de las ballenas en Egipto.
Este fantástico lugar, que se emplaza a unos 200 kilómetros de El Cairo, no solo interesa por su valor arqueológico e histórico, sino también por los mitos y leyendas que se mueven en torno a él. De hecho, durante décadas, fue considerado como un lugar encantado, al que la gente temía acercarse.
1. ¿Cómo es el valle de las ballenas en Egipto?
El Wadi Al-Hitan o valle de las ballenas en Egipto no llama en demasía la atención a simple vista. Se trata de una curiosa planicie salpicada de montículos aquí y allá. Pero, hay algo que eriza la piel y a la vez te inflama de nerviosa expectación… ¿Qué es lo que nos envuelve? Parecen pequeñas mesetas de extrañas formas. Algunas asemejan ser cuerpos de gigantescos animales hundidos en la tierra. Hay quien ve, incluso, una tortuga gigante justo al lado de algo que tiene forma de cocodrilo. Unos metros más allá, parecen alzarse dos serpientes.
Andar por Wadi Al-Hitan hace que nuestra imaginación se dispare porque, aunque no todo son fósiles, las rocas dibujan en ocasiones muestras de un pasado, de aquellos días del Eoceno donde se alzaban animales prehistóricos y que la Unesco declaró como Patrimonio de la Humanidad.
2. Leyendas de maldiciones del Wadi Al-Hitan
El valle de las ballenas en Egipto es, en la actualidad, un verdadero paraíso para los científicos, pero antes de ello, fue un rincón del horror, un lugar considerado maldito. Desde la época de los faraones, todas las tierras al oeste del Nilo eran consideradas como lugares de muerte. Las necrópolis egipcias siempre se situaban en la ribera occidental del gran río, en la dirección en la que se ponía el sol. Era en aquel lugar donde empezaba el desierto, dominio del temido Suty o Set, dios del caos y los conflictos. En aquel lugar, se dice, moraban chacales, la encarnación de Anubis, el guía de los muertos en el Más Allá.
Todas aquellas leyendas sobre el Wadi Al-Hitan fueron construyendo en el imaginario colectivo egipcio una especie de terror generalizado, en el que el lugar era asociado con fuerzas sobrenaturales y oscuras.
3. ¿Cómo llegar al Wadi Al-Hitan y qué veremos en él?
Para visitar el valle de las ballenas en Egipto debemos hacerlo a pie y siguiendo un sendero. Es por ahí donde veremos los múltiples esqueletos de las ballenas. Hay, por ejemplo, un espinazo curvo de una cría de ballena ‘Dorudon’. También una gigantesca columna vertebral de la ballena ‘Basilosaurus’, que mediría unos 16 metros de largo. Llama la atención en especial su forma de lagarto o dragón, así como sus increíbles y afilados dientes.
Podemos admirarnos, cómo no, de los restos petrificados de tortugas, peces espada y erizos de mar que se encuentra en el Wadi Al-Hitan. También de las especies vegetales incrustadas en las rocas: arbustos marinos, manglares… maravillas de las profundidades oceánicas que el mar del tiempo ha traído a la superficie en un escenario único, como de otro mundo… un lugar magnífico para escenificar cualquier película, como ya se hizo, por ejemplo, en Lawrence de Arabia.
Uno de los especímenes más llamativos es sin duda la titánica ballena Basilosaurus. Te asombrará saber que este cetáceo disponía de dos delicadas patas traseras, como de una niña de tres años. Todo esto nos demuestra una de las curiosidades de las ballenas más interesante, pues, claramente, nuestras preciosas ballenas actuales son el resultado de una magnífica evolución. Descienden de mamíferos terrestres que en otra época, hace millones y millones de años, caminaron a cuatro patas. Son muchos los biólogos que investigan la gran cantidad de datos que día a día siguen obteniéndose del Wadi Al-Hitan, una maravilla de la naturaleza que denominan como «La piedra Rosetta del océano».
El Wadi Al-Hitan es uno de los secretos mejores guardados de esta nación, y de esos lugares que bien vale la pena conocer. Lejos de las clásicas pirámides y esfinges, o de los tradicionales paseos en camellos, el valle de las ballenas en Egipto nos habla de la presencia de animales magníficos, que dominaron la tierra en espacios mucho más grandes de los que hoy disponen. Si eres, como nosotros, un apasionado de los misterios de esta tierra fascinante, no te pierdas esta selección de los mejores lugares qué ver en Egipto.