¿Y tú? ¿También procrastinas? Si no lo haces, estamos seguros de que conoces a alguien que lo hace continuamente y que, seguramente, te desespera. Pero ¿qué significa realmente esta inquietante palabra? Pongamos un ejemplo: llevas saliendo mucho tiempo con una persona, hacéis planes de futuro, tenéis muchas ilusiones y proyectos, sin embargo, tu pareja nunca parece decidirse. Es incapaz de formalizar vuestra relación porque algo así, no sólo le abruma, sino que hasta le da pereza. «¿No estamos bien así?» te suele reprochar.

Pongamos otro ejemplo: es posible que tengas el clásico amigo que nunca parece terminar sus estudios. Es más fácil ser un «eterno» universitario que enfrentarse a las responsabilidades y ansiedades del mundo laboral. ¿Y qué hay de las personas que pasan todo su tiempo frente a una pantalla del ordenador dejando escapar «la vida real»? En ocasiones, es mucho más fácil dejarnos llevar, evadiendo responsabilidades, que poner medios para actuar, para reaccionar, ser adulto y consecuente. No importa que la tarea a realizar sea la más fácil del mundo, en ocasiones, es mejor dejarla para mañana….

Hablemos hoy de la procrastinación.

Mejor mañana que hoy: la procrastinación

Es un fenómeno realmente común e incluso, viéndolo con humildad, es algo que todos hemos hecho alguna vez. Algunos lo consideran «simple vagancia», pero, en realidad, va mucho más allá de esta simple concepción. Bien es cierto que algunos expertos llaman a la procrastinación «el síndrome del estudiante», porque es realmente típico verlo en muchos jóvenes que prefieren aplazar sus tareas o estudiar en el último momento ante la inminencia de un examen.

dormir supercurioso (2)_660x330

Ahora bien, la procrastinación también es habitual en personas adultas, en perfiles con una baja autoestima. Son personas que lejos de tomar las riendas de su vida, «se dejan llevar». Se dejan arrastrar por la plácida cotidianidad donde esconderse y donde protegerse, porque el simple hecho de «actuar», les produce estrés o ansiedad. Pueden por ejemplo «procrastinar» decisiones. Han recibido una oferta de trabajo en la cual, tendrían que irse a vivir a otra provincia o otro país y deciden que es mejor no pensarlo ahora. Mejor mañana.

5231599455_6ec2c4ea32_o_660x330

También es muy característica la procrastinación respecto a la pareja. Personas que no formalizan sus compromisos o que son incapaces de ofrecer respuestas serias ante preguntas concretas. «¿Cuándo te va bien que te presente a mis padres?, ¿Le has pedido ya un permiso a tu jefe para hacer ese viaje? ¿Cuándo buscamos un piso para vivir juntos?». En ocasiones, la clásica conducta evasiva no esconde sólo la procrastinación, sino otras realidades.

¿Cómo podemos evitar «procrastinar»?

Si te has identificado con alguna de estas características, no te preocupes. En realidad todos «procrastinamos» en algún aspecto de nuestra vida. Lo importante es darnos cuenta de ello y valorar si debemos hacer algún cambio, de ahí que te propongamos estas sencillas ideas:

1. Ponte plazos

Seguro que tienes un sinfín de cosas que hacer, y al final, sin saber cómo, se te acumulan todas. Así, pues, establece plazos para que esas cosas queden resueltas a tiempo. No importa que sean trabajos o incluso decisiones. Si debes tomar una decisión o decirle algo a una persona, cuánto antes lo hagas antes quedarás liberado y descansado de ese «problema». De lo contrario, el ovillo se hará aún más grande.

2. Date recompensas cuando hayas cumplido tus tareas

¿Has entregado ese trabajo a tiempo? Excelente, ahora ya puedes ir a cenar con tus amigos o tu pareja. ¿Has tomado esa decisión que tanto te costaba? Muy bien, es momento de descansar, darte un capricho y sobretodo, sentirte orgulloso de ti mismo. El orgullo y la satisfacción personal por hacer las cosas bien, son la mejor recompensa.

3. Cuidado con las redes sociales, el móvil y el ordenador

Según nos dicen los expertos, las redes sociales, o el uso continuado del móvil, es lo que más nos hace caer en la procrastinanción. Nos «evade», nos ofrece una vida fácil en la cual, sin saber como, perdemos la real y dejamos de dar importancia a las cosas importantes. Establece límites.

4. Valora las palabras, atiende tu entorno

Es posible que no te hayas dado cuenta de que el mundo se mueve, y de que tú, te estás quedando al margen. Tus amigos, tu familia, tu pareja te dicen cosas que no sueles valorar o incluso escuchar. Puede que llegue un día en que dejen de esperarte, o incluso de decirte cosas esperando a que reacciones o que tomes decisiones. Atiende, escucha, mírales y valórate a ti mismo. Merece la pena formar parte de ese carrusel que es la vida para ser feliz.

3689890979_0758967fdb_o_660x330

Si te ha parecido interesante este tema, descubre también si dispones de una personalidad anancástica.