Que el ADN del ser humano guarda una cantidad increíble de información valiosísima para la ciencia que se encarga de estudiarla y aplicarla en una infinidad de campos que puede ir desde la Ingeniería Genética a la Medicina Forense, pasando por la Neonatología, la Historia, Antropología, Paleontología y más recientemente aún la Bioinformática, es algo que sabemos ya pero lo que quizás no podíamos ni tan siquiera imaginar es que el ADN tuviese rostro.

¡Increíble! ¡El ADN tiene rostro!

Claro está que el rostro han encontrado ¡no es que emerja así de entre el resto de componentes que forman el núcleo de la célula! Puesto que el ADN es una molécula que contiene las instrucciones genéticas para el desarrollo de los seres, sino más bien un método que permite determinar los rasgos faciales de una persona, cualquiera, a partir de su ADN para construir así un retrato del individuo al que pertenece ese ADN. De esta forma los fluidos corporales como la sangre, el semen o la saliva dejarían de ser anónimos.

¡Increíble el ADN tiene rostro!

Lo que facilitaría en un modo escandaloso la labor policial, que hasta ahora, cuando se encontraba ADN en la escena de un delito se disponía de una prueba que no era concluyente si no se tenía ningún sospechoso con el que confrontarlo para llegar así a su propietario y autor de la falta. Todo esto ya no sería necesario gracias a este asombroso descubrimiento que han bautizado con el nombre de Fenotipación del DNA.

¡Increíble el ADN tiene rostro!

Y te preguntarás cómo han realizado esta proeza. Para empezar, el ADN arrojaba ya muchas pistas acerca de los rasgos físicos de la persona, en concreto: la raza, el sexo, el color de los ojos o el del pelo, sólo quedaba por averiguar la forma de la cara en sí. Y esto se ha logrado analizando toda una lista de mutaciones genéticas responsables de las deformaciones faciales y craneales que intervienen en nuestro aspecto físico. Llegando así los genes responsables de las mismas. 

¡Increíble el ADN tiene rostro!

Luego seleccionaron un grupo de 592 voluntarios de distintas razas, a los que se le realizó un perfil genético y un mapeo facial en 3D de casi 7000 parámetros para establecer una relación entre los marcadores del DNA y las características faciales. Con todo esto obtuvieron un algoritmo predictivo en grado de crear una imagen en 3D de la persona a la que pertenece ese ADN.

Hay que decir que, por el momento, los retratos son muy aproximativos aunque sin duda es una técnica que promete.

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