En otro artículo de Supercurioso hemos abordado aspectos sobresalientes de esa actividad orgánica que nos emparenta con los vehículos automotores: la producción y escape de gases de efecto invernadero, como viene a ser el metano, responsable principal del olor característico y vergonzante de las flatulencias.

He aquí otros datos curiosos y variados sobre la flatulencia.

3 curiosidades más sobre las flatulencias

1. Hay flatulencias después de la muerte. Aún después de haber cesado las funciones orgánicas el cuerpo sigue expeliendo gases, producto de lo que quedó en los intestinos y de la descomposición general. Este último suspiro es responsable de los fuegos fatuos en los viejos cementerios, que tantas leyendas y cuentos de aparecidos han inspirado.

2. En 2014 una descarga de electricidad estática incendió el metano producido por 90 vacas en un establo, el incendio provocó una explosión resultando herida sólo una vaca (que ahora es mal vista por las otras 89).

Una vaca puede producir 500 litros de metano al día y de hecho, según la FAO (La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), la flatulencia bovina es una de las responsables del calentamiento global, pues el metano en la atmósfera contribuye a la creación del efecto invernadero.

Adminículo para obtener el gas metano de las flatulencias bovinas
Adminículo para obtener el gas metano de las flatulencias bovinas

3. En la Feria Mundial de 1900 que se realizó en París, el artista Joseph Pujol presentó un evento llamado “Le pétomane” («El pedomaníaco»), donde interpretó La Marsellesa, el célebre himno nacional francés, tirándose pedos, apagó una vela a cierta distancia, e hizo  imitaciones de otros sonidos. Pujol era oriundo de Marsella y por varios años fue artista del Moulin Rouge, donde además, usando sus poderes flatulentos, podía interpretar con un flautín el Claro de Luna, entre otras piezas.

Joseph Pujol

No todas las culturas huelen con el mismo desagrado las flatulencias, pero sin duda en Occidente es un tema del que sólo puede hablarse con jocosidad, o hacer un silencio incómodo. Naturalmente hay excepciones, como la del autor de Ulises, el escritor irlandés James Joyce, que escribió una carta de amor a su esposa en la que hablaba sobre sus pedos y afirmaba que en una habitación llena de mujeres pedorreándose podría reconocer los de ella.

¿Tú serías capaz de semejante prueba de amor? ¿O conoces a alguien con estas habilidades flatulentas? Lee también 13 cosas desagradables del cuerpo humano.