Decía el mismo Hipócrates, en una de las más célebres frases de médicos, que «Dondequiera que el arte de la medicina es amado, también hay un amor a la humanidad». Y es justo eso lo que esperamos cuando tenemos una dolencia física y buscamos la ayuda de un profesional de la salud. Estas personas han sido formadas para preservar la vida y el bienestar como norma. Pero en la historia nos hemos topado con casos de médicos malos, no solo en la falta de experticia en el ejercicio de sus labores, sino en su propia concepción del mundo. Se trata de personas que han utilizado sus conocimientos con saña y oscuridad, con el único objetivo de dañar. Acompáñanos en Supercurioso a conocer las historias de los médicos terroríficos más cruentos del mundo.
Los 7 médicos terroríficos más espeluznantes
1. Josef Mengele
Abrimos la lista de los peores médicos terroríficos de los que el mundo ha tenido conocimiento, con el caso más abrumador: el de Josef Mengele. En tiempos de guerra han tenido lugar inolvidables actos humanitarios, que han llegado a recordarnos que aún existe la bondad en el corazón del hombre. Pero, sin duda, los actos nefastos los superan en número. Mengele fue el más activo de los médicos Nazi durante la Segunda Guerra Mundial y uno de los de mente más perturbada. Era el responsable de decidir qué prisioneros se encontraban en condiciones para hacer trabajos forzados y cuáles debían ser directamente aniquilados.
Pero lo que le ganó un lugar entre los médicos malos y despiadados del mundo, fue la saña enfermiza de su experimentación. Obsesionado por la herencia genética, Mengele experimentó sobre cambiar el color de los ojos de las personas, la amputación de miembros para unirlos a un nuevo cuerpo y así comprobar la evolución de la curación, las reacciones de los organismos de gemelos y su comparación. También esterilizó forzadamente a centenares de mujeres, entre otras crueldades que bien le ganaron el calificativo de El Ángel de la Muerte.
2. Shiro Ishii
Y, si Alemania abre la lista de los peores médicos terroríficos de la historia, justo en la época de la Segunda Guerra Mundial, encontramos a la perfecta contraparte japonesa. Se trata del tristemente célebre Shiro Ishii. Militar y médico, se destacó por su intelecto brillante y maquiavélico. Estaba convencido de que las armas biológicas eran la mejor vía para ganar la guerra, así que dirigió sus esfuerzos a la realización de experimentos bacteriológicos y químicos terribles, para los que usaba los debilitados cuerpos de soldados y prisioneros.
A sus conejillos de indias les apodaba Maruta, que quiere decir troncos. Les inyectaba en sus sistemas los microbios del cólera, la peste bubónica, la fiebre tifoidea, la tuberculosis, la viruela, la gonorrea, la disentería y la sífilis. El resultado era la sufrida e inevitable muerte de las víctimas. También experimentó con condiciones para provocar abortos y ataques al corazón, sin un atisbo de culpa. Sin duda, un criminal de guerra épico que se cuenta entre los peores médicos malos.
3. Herman Webster Mudgett
Seguimos con este recorrido por las vidas de los más legendarios médicos malos de la historia, con el inconfundible Herman Webster Mudgett, quien también se hizo popular por el alias de H.H. Holmes. Este hombre, nacido en New Hampshire (EE. UU.), en 1861, quería estudiar medicina, pero no contaba con los suficientes recursos económicos, así que ideó un plan macabro para lograrlo. Pagó su carrera a base de contratar seguros de vida y luego presentar los cadáveres, a los que tenía acceso en la facultad de medicina, como los titulares de las pólizas, fallecidos. Naturalmente, él era el beneficiario.
En 1886, se trasladó a Chicago, donde se hizo construir una mansión de tres plantas llena de trampas, pasillos secretos, puertas que solo se abrían desde fuera, entre otros trucos. Se cree que contrató a empresas diferentes en la construcción, para que nadie intuyera la magnitud de lo que planeaba. Lo que lo hizo pasar a la historia como uno de los peores médicos terroríficos, fue justo el hallazgo del sótano de su casa. Allí, se descubrió un espacio que bien podría ser comparado con la sucursal del infierno. Repleto de instrumentos de tortura, fue el lugar en el que asesinó a la mayoría de sus víctimas. Cuando fue detenido reconoció haber asesinado a 27 personas, pero la policía estimaba que fueron por lo menos doscientas. Lo ahorcaron el 7 de mayo de 1896.
4. Herta Oberheuser
En el campo de las ciencias, la medicina, la biología y la química nos topamos con notables mujeres que han hecho aportes invaluables. Es por ejemplo el caso de Marie Curie. Pero, también hallamos referencias en el extremo de la maldad. Entre los médicos malos sumamos a Herta Oberheuser, una dermatóloga alemana que ejerció sus macabras funciones en el campo de concentración para mujeres de Ravensbrück. Pasó a la historia por el espantoso dolor que sus experimentos provocaban en las víctimas.
Los más comunes eran la generación de heridas a las prisioneras, para simular las que podían sufrir los soldados alemanes en los campos de batalla. Luego de hecha la herida, la doctora procedía a infectarla con clavos oxidados, astillas de cristal, suciedad o madera. Así hacía el seguimiento del dolor del paciente, desde la infección y sus complicaciones, hasta la muerte. También llegó a experimentar con niños, a los que inyectaba aceite y extirpaba los miembros y órganos vitales, estando la víctima consciente hasta su fallecimiento. Una leyenda entre los médicos malos y sangrientos.
5. Walter Freeman
El siguiente entre los peores médicos terroríficos es Walter Freeman. Este neurólogo norteamericano ejercía sus funciones en el campo de la salud mental, justo un área en la que ocurrieron algunas de las peores prácticas médicas antiguas. Pasó a la historia por ser el principal defensor de la lobotomía, un dantesco procedimiento con que se destruyen, de manera total o parcial, los lóbulos frontales del cerebro. El doctor Walter Freeman asumía estos casos de lobotomía como la mejor cura para muchas enfermedades mentales. Tal era su convicción sobre los resultados de esta barbárica operación, que perfeccionó un método en el que hacía las lobotomías armado de un picahielo y sin cirugía. Se calcula que realizó más de 3.500 de ellas, hasta que le fue retirada su licencia médica.
6. Michael Swango
Otro de los médicos malos, pero en esta ocasión de tiempos más recientes, es Michael Swango. Al parecer, sin más motivos que los de la propia oscuridad que habita en su mente, este doctor se declaró culpable del homicidio de tres pacientes, aunque se le atribuyen de treinta a sesenta asesinatos no comprobados. Entre los años 1991 y 1997, Swango envenenó, con arsénico intravenoso y otras sustancias, a varios pacientes en diferentes centros de salud. En la actualidad, cumple una condena de cadena perpetua inapelable.
7. Harold Shipman
Cerramos este recorrido por los peores médicos terroríficos de la historia con el caso de Harold Shipman. Este doctor inglés desarrolló una impecable hoja de vida en hospitales, hasta que en el año 1993, fundó su propia clínica. A partir de entonces, el galeno sacó a relucir su aspecto más siniestro. Aunque se le han demostrado quince asesinatos, se estima que mató a más de 250 mujeres, todas ellas mujeres de edad avanzada, y utilizando sobredosis de morfina. De hecho, entre los datos de asesinos en serie, se considera que el Dr. Shipman fue el asesino «más prolifero» de la historia.
Y tú, ¿Conocías las historias macabras de estos médicos malos? Pues, como habrás podido darte cuenta, las batas blancas no siempre son sinónimo de seguridad y bondad. Si te ha llamado la atención este tema, no te pierdas nuestro artículo sobre el Juramento Hipocrático original. ¡Alucinante!