Si oímos hablar de un dragón azul, la mayoría de nosotros dejaremos volar nuestra imaginación y nos acercaremos a animales como la Saphira de Éragon, inmensa y de un intenso color azul o Shenlong el Dragón Espiritual de la mitología china que también tiene sus escamas de ese tono, sin embargo hoy queremos acercarnos a un animal que es un dragón real, pero mucho más pequeño: es el Glaucus Atlánticus, el pequeño y asombroso dragón azul.
En la naturaleza hay muy pocos animales que podamos afirmar que son de color azul. Como explicamos en Supercurioso, en el artículo en el que os presentamos 10 Bellos Animales Azules que te asombrarán, el hecho de que sean tan pocos se debe a que la gama de pigmentos que dan la coloración a los animales es relativamente pequeña. En el reino animal, las tonalidades amarillas surgen a través de compuestos de pteridina, las anaranjadas o rojizas se deben a los carotenoides y los negros y marrones a las eumelinas, pero no se producen pigmentos azules. Los animales que vemos de color azul son en realidad el resultado de efectos como la iridiscencia o la reflexión selectiva, por ejemplo.
Un pequeño y asombroso dragón azul, el Glaucus Atlánticus
La palabra «glauco» proviene del griego antiguo «glauko» y significaba «azul grisáceo» o «verde azulado». El glaucus atlánticus no es realmente un dragón, es un molusco sin concha, un gasterópodo nudibranquio. Junto con sus «hermanos» menores, los glaucilla marginata, también de color azul, pero más pequeños y menos vistosos, son las dos especies que forman la familia Glaucidae. Su nombre común es «dragón azul» y fue descrito por primera vez en 1705 por un naturalista alemán llamado Johann Philipp Breyne que por error lo consideró una sanguijuela. En la actualidad se lo considera una babosa de mar.
El dragón azul puede encontrarse en todas las aguas cálidas y tropicales del mundo. Ya sea en el océano Atlántico, el Pacífico o en el Índico, en el Golfo de México , en el Mar Caribe o en el Mar Mediterráneo, si tienes buena vista y suerte los podrás observar flotando en la superficie del agua. No forman parte del plancton, pero se dejan llevar por las corrientes y los vientos. El dragón marino puede moverse por si solo, pero por lo general es un animal bastante apático y puede tardar más de cinco minutos en recorrer ¡10 cm.! Mide entre 3 y 4 cm. pero puede llegar a los 6 cm. Fueron descritos por los primeros naturalistas que los observaron como de «gráciles formas y de agradable surtido de colores». Le dieron el nombre de dragón azul ya que se parecía a un pequeño lagarto azulado.
Su zona dorsal es de color azul plateado y la del vientre de un tono azul pálido, mientras que sus patas presenta bandas de color azul oscuro casi negro. Durante décadas, tras su descubrimiento, los antiguos científicos los estudiaron por su singular belleza.
A pesar de presentar este singular y hermoso aspecto, el dragón azul es venenoso. Al ser humano tan solo le produce una ligera urticaria, pero para especies de menor tamaño puede resultar peligrosa. El veneno o urticante lo extrae de su alimento principal que son los hidrozoos, de los cuales suele comerse principalmente los tentáculos. Los hidrozoos flotan junto a él en la superficie marina formando el pleuston. Uno de sus manjares favoritos son las velellas o velas de mar. Estos animales tienen unas células urticantes llamadas cnidocitos en sus tentáculos. Estas no presentan un peligro para el hombre porque sus nematocistos, que son las partes que utiliza para inyectar las toxinas, no pueden atravesar la piel humana. Sin embargo, sí son procesados por el pequeño dragón azul para elaborar su veneno.
El Glaucus Atlánticus es hermafrodita, cada individuo tiene órganos reproductivos femeninos y masculinos, pero no puede autofecundarse. Tras la fecundación cada uno de los participantes pondrá entre 10 y 36 huevos rodeados de moco en forma de rosario o cuerda. Ésta puede llegar a medir 17 milímetros de largo. Los huevos son abandonados a la deriva en el mar o en ocasiones, colocados en cadáveres que hayan sido presa de sus progenitores.
En ocasiones, el glaucus atlánticus o dragón azul, flotando en grandes grupos a la deriva, encalla en las playas junto con las velellas. En Australia es bastante común que grupos de niños se arrojen velellas varadas en la arena en «batallas» conocidas como «bluebottles fights». De esta manera, aunque las velellas no son tóxicas para el hombre, entran en contacto con el dragón azul, que es urticante, y en casos de personas alérgicas puede dar lugar a un shock anafiláctico.
¿Conocías la existencia de este diminuto dragón azul? ¿Lo has visto alguna vez? ¡Comparte tu experiencia con nosotros! Si quieres conocer otros animales de colores curiosos, te invitamos a leer:
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