La llegada del mes de diciembre viene cargada de las más diversas tradiciones, que engalanan el espíritu festivo de prácticamente el mundo entero. Las curiosidades de la Navidad nos presentan una fiesta que, de un origen netamente religioso, ha ido sumando manifestaciones culturales del todo variadas y encantadoras. El nacimiento de Jesucristo se celebra de diversas maneras según el rincón del mundo en el que estemos. Pero existen algunos rituales que son comunes a prácticamente todas las culturas. En esta oportunidad en Supercurioso hemos querido profundizar en el origen del árbol de navidad. Este encantador distintivo navideño ocupa un sitial de honor en millones de hogares alrededor del mundo, pero son pocos los que conocen la verdadera historia del árbol de navidad. Acompáñanos a descubrirla.
El origen del Árbol de Navidad
Si bien la historia del árbol de navidad está actualmente bastante relacionada con los ritos cristianos de celebración por el nacimiento de Jesucristo, la realidad es que el conocido arbolito no es precisamente un símbolo cristiano, al menos en su versión más antigua y original. El origen del árbol de navidad puede rastrearse a tiempos muy antiguos, en los que la población del norte de Europa tenía arraigadas las creencias propias de la mitología nórdica.
En este cúmulo de creencias, se destaca aquella que reza que tanto la Tierra como los Astros penden de un árbol gigantesco, que se conoce como el Divino Yggdrasil o Árbol del Universo, cuyas raíces estaban en el infierno y su copa, en el cielo. Se cree que la copa del gran árbol era la sede del Reino de Asgard, la morada de los dioses, y del Valhalla, el palacio del Dios Odín. En su raíz más profunda emergía el Helheim, reino de los muertos. Los creyentes de esta mitología acostumbraban durante la época del solsticio de invierno a decorar un gran roble con antorchas, y bailar a su alrededor. El ritual tenía como fin celebrar el natalicio de Frey, el Dios del Sol. Fue luego de descubrir esta tradición, que los cristianos tomaron para sí la historia del árbol de navidad.
¿Cuándo inicia la historia del árbol de navidad en el Cristianismo?
Para los cristianos, la verdadera historia del árbol de navidad inicia en el siglo VII, cuando San Bonifacio transforma la creencia popular nórdica, para atribuirle un nuevo significado. Una vez ocurrido el proceso de evangelización de los pueblos del norte europeo, se cuenta que este evangelizador alemán tomó un hacha y con sus propias manos derribó un gran árbol que representaba al Yggdrasil. Con el fin de este árbol se demolían también las antiguas creencias en los dioses paganos.
En su lugar plantó un árbol de abeto, pleno de significados. Sus hojas representaban la eternidad del amor de Dios hacia los hombres, y su forma triangular refería a la Santísima Trinidad. El origen del árbol de navidad cristiano, según la leyenda, llevaba también abundantes manzanas, que representaban las tentaciones y el pecado original. San Bonifacio también lo decoró con velas, que simbolizaban la luz de Jesucristo en el mundo. Posteriormente la tradición fue adquiriendo detalles variopintos, añadiendo esferas de cristal y estrellas o dulces.
¿Cómo fue recibida la nueva tradición en el seno de la Iglesia?
Como en todo lo que surge espontáneamente hubo un “pero” ante la conmoción del nuevo adorno navideño, puesto lógicamente por la Iglesia Católica, quien lo creyó un ritual pagano y con gran cantidad de errores en la simbología. Sin embargo, la tradición obtuvo tal impacto que rebasó las creencias de la Iglesia, convirtiéndose en un éxito, principalmente en las regiones alemanas de Alsacia, Renania-Palatinado y Baden en el siglo XVII.
Los fieles protestantes acuñaron la iniciativa del abeto argumentando que fue Martín Lutero quien propuso e inició la tradición de adornar con velas, manzanas y dulces el árbol de navidad, en representación de las muchas bendiciones que Jesucristo otorga a sus devotos. Llegado el año de 1774, la historia del árbol de navidad no tenía vuelta de hoja. La Iglesia no pudo frenar esta tradición, que incluso se abrió paso hasta la literatura más famosa de la época, a manos de Johann Wolfgang Von Goethe en su obra “Las Penas del joven Werther”, haciendo referencia al ahora famoso árbol de navidad.
Del lejano origen del árbol de navidad, rastreado hasta los mitos nórdicos, la costumbre fue afianzándose como un rito de los católicos practicantes. A mediados del siglo XIX la Iglesia reconoce éste árbol como el “Árbol de Cristo”, añadiendo incluso el afamado pesebre donde se representa el nacimiento de Jesús. Ambos símbolos representan los puntos más emblemáticos de las decoraciones navideñas alrededor del mundo.
La evolución de la historia del árbol de navidad
Tal como ocurre con los inicios de muchas tradiciones, la verdadera historia del árbol de navidad empezó a hacerse popular prontamente. Sin embargo, su presencia en los hogares estaba reservada sólo a aquellas familias de clases pudientes. La mayor parte de la población, de bajos recursos, se conformaba con observar estos adornos en plazas comerciales, mercados e iglesias.
El primer árbol navideño público se colocó en el año 1878, en el mercado de navidad del niño Jesús en Núremberg, al sur de Alemania. Sus instalaciones aún permanecen de puertas abiertas, como uno de los mercados más tradicionales de la región. Los encargados de esparcir la noticia fueron algunos viajeros que, llevando la imagen del árbol, se trasladaron a tierras americanas. Fue así como la tradición de armar el árbol de navidad llegó a Estados Unidos en el siglo XX.
De ahí se extendió con velocidad a los países de América Latina, arraigándose como una de las tradiciones más universales vinculadas a la navidad. En muchos países se usa el arbolito como un elemento decorativo, y en otros como centro de reunión familiar, colocando en su base los obsequios que Santa Claus trae a los más pequeños. Sea en el formato comercial de plástico, o pinos naturales, los árboles de navidad se presentan cargados de luces, esferas de cristal y los más variados adornos. Tan sólo en Europa se estima que la producción de árboles de navidad ronda las sesenta millones de unidades por año.
Y cerramos este recorrido por la historia del árbol de navidad, con un curioso dato. ¿Cuántos de nosotros coronamos nuestro árbol con una vistosa estrella? Pues sobre la historia de este emblemático adorno de la navidad se tejen dos versiones. La primera refiere que su origen se rastrea hasta Filipinas, donde se preparan antorchas en esta forma, que iluminan la entrada de los hogares. La segunda refiere a que se utiliza la estrella como un símbolo de aquel astro que guió a los Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar en su recorrido por Belén, hasta el lugar del nacimiento de Jesucristo.
¿Qué te parece el origen del árbol de Navidad? ¿Ya has puesto el tuyo? ¿Eres de los que adorna el pie del árbol con todos los regalos para tu familia? Cuéntanos cómo adoptas esta tradición, o alguna otra, honrando la Navidad. Y si quieres darle una bocanada de impulso a tu espíritu navideño, no te pierdas esta selección de las mejores frases de la Navidad, pues, tal como dice la escritora norteamericana Helen Lowrie Marshall. «La Navidad es un tiempo de tradición, y son las tradiciones las que traen a la mente preciosas memorias a través de los años.»