En la mayoría de las culturas humanas antiguas se pensaba que determinados objetos estaban dotados de poderes y propiedades especiales, razón por la cual eran considerados mágicos. Ya fueran talismanes o amuletos, sus propietarios creían estar protegidos de males diversos gracias a ellos e incluso creían que los dotaba de energía o beneficios específicos. Entre los símbolos de la buena suerte más populares y conocidos están los tréboles de cuatro hojas, las herraduras, las patas de conejo y el cornicello. Por otra parte, entre los talismanes podemos destacar a la Zulfiqar, la espada del yerno de Mahoma, el Uraniborg, un centro de estudios astronómicos danés que era un edificio-talismán y el objeto que hoy nos ocupa: el Sello de Salomón, que era mucho más que un poderoso talismán. Acompáñanos en este nuevo artículo de Supercurioso para descubrir qué era y quiénes creían en su poder.
El Sello de Salomón
El Sello de Salomón era el anillo que portaba el rey Salomón según la tradición judía medieval. Además, la tradición islámica y una gran parte de las corrientes ocultistas occidentales también creían en el grandioso poder que conllevaba este talismán. A este se le atribuían poderes extraordinarios y se decía que era el «símbolo ideal de lo absoluto». Su mayor característica era que el portador quedaba protegido de la muerte, de las amenazas y de todo tipo de males y problemas.
El Sello de Salomón ha sido representado tanto como un pentagrama como con la forma de un hexagrama o Estrella de David dentro de un círculo. Fue utilizado como talismán o amuleto en diferentes religiones y se creía que era el emblema a través del cual el rey Salomón consiguió gobernar a los «genios». Los genios eran seres fantásticos de la mitología semítica llamados también jinn o djin. Eran invisibles y podían adoptar formas diversas ya fueran humanas, animales o vegetales. Tenían el poder de «influir espiritual y mentalmente» sobre las personas.
1. La forma del anillo
Se cuenta que, en las versiones más antiguas, era un anillo de latón en el que estaban engarzadas cuatro piedras preciosas y en el que se podía ver grabado el nombre de dios. Posteriormente, se creía que el sello de Salomón tenía dos triángulos. El triángulo con el vértice hacia arriba representaba la Trinidad u otras deidades positivas o virtudes como el amor, la verdad y la sabiduría. En cambio, el triángulo con el vértice hacia abajo solía representar el mundo material, los enemigos del alma representados por la carne, el mundo y el diablo y cuando ambos triángulos se entrelazaban en el Sello de Salomón significaba el triunfo del espíritu sobre la materia. También se ha representado como un pentagrama dentro de dos círculos concéntricos que contienen símbolos variados de significado místico o por dos triángulos entrelazados, no cruzados, que forman una estrella sin fin.
2. La leyenda del Sello de Salomón
En las leyendas medievales tanto judías como cristianas o islámicas encontramos menciones al Sello de Salomón. Este era un anillo mágico que habría pertenecido al monarca descendiente de David y que le dio el poder de comandar a los genios y hablar con los animales. La leyenda del Sello de Salomón más extendida explica que fue grabado y entregado al rey Salomón por el propio Dios desde el Cielo. Se creía que había sido un elemento clave en la proverbial sabiduría del monarca y por todo ello se consideraba un amuleto o talismán.
El sello tenía dos caras una de latón y otra de hierro; pero de cualquier forma, ambas caras se utilizaban. Una de ella se usaba para sellar las órdenes a los espíritus o genios buenos, mientras que la otra cara era exclusiva para los entes malvados. Cuenta la leyenda que un demonio llamado Asmodeo consiguió apoderarse del anillo y durante cuarenta días suplantó a Salomón en el gobierno. Finalmente, el demonio arrojó el anillo al mar y este fue tragado por un pez. El pez fue pescado por servidores del palacio del monarca y cuando el rey fue a consumir el pescado que le servían, se encontró en su interior el anillo perdido.
3. El hexagrama y la Estrella de David
Una de las representaciones más extendidas del Sello de Salomón es en forma de hexagrama o «Estrella de David». El hexagrama, que se convirtió en uno de los símbolos del judaísmo y vemos incluso en la bandera de Israel adoptada en 1948, tiene su origen en esas antiguas representaciones del siglo XIV del Sello de Salomón.
4. El Sello de Salomón y el genio de la botella de «Las Mil y Una Noches»
Ahora te queremos compartir un corto fragmento del cuento El pescador y el genio del libro «Las Mil y una noches»: «Al abrirla encontró un enorme jarrón de cobre dorado, lleno e intacto. La boca estaba cerrada con un plomo que ostentaba el sello de nuestro Señor Soleimán, hijo de Daud.»
Si leéis atentamente este cuento veréis que se menciona el Sello de Salomón o «Soleimán». Los genios eran considerados por el islam «seres creados de fuego sin humo» que convivían en la Tierra con los humanos. No eran ni buenos ni malos por naturaleza, sino que dependía su comportamiento de si obedecían a Dios o al demonio. Para mantener a un genio, como el del cuento, dentro de una botella era necesario que esta fuera sellada con una tapa de plomo estampado con el anillo o Sello de Salomón. El genio del cuento estuvo 1.800 años encerrado en la botella de cobre sellada de esta manera. El Sello de Salomón representó para muchas culturas un talismán o amuleto extraordinario y para aumentar su poder solían incluir en el interior del sello símbolos como una Cruz de Tau, el Yodh hebreo o una cruz ansada egipcia.
¿Conocías la antigua creencia en este poderosísimo talismán? ¿Habías oído hablar de él? ¿Conoces otras historias o leyendas relacionadas? ¡Compártelo con nosotros! Estaremos encantados de leerlas. Si quieres conocer otros objetos considerados mágicos, puedes encontrarlos en: Papiros Mágicos Griegos, ¡magia en la actualidad!