Los superhéroes han salido de las páginas de cómics en los últimos años con una fuerza imparable. ¿Cómo negarlo? Nos apasionan sus aventuras, sus excentricidades y su capacidad para solucionar grandes problemas. El éxito es imparable y la industria cinematográfica no deja de explotar clásicas historias que la Marvel o la DC, sacaron en su momento para deleite de un tipo de público.
Hoy en día, casi todos conocemos al multimillonario Tony Stark, o a Thor y sus problemas de convivencia con su hermano Loki, o al Capitán América y su llamativo uniforme de barras y estrellas. Su encanto, según los expertos, radica en hacernos soñar e identificarnos con algún área de la vida de estos superhéroes. En especial para los llamados «Nerds», disponen de una serie de intereses y hobbies que los diferencian de los demás . ¿Quién de nosotros no tiene un amigo «nerd»? o más aún… puede que hasta nosotros mismos lo seamos un poco o mucho.
Los superhéores y los Nerds
Pero ¿Por qué son tan admirados los héroes de cómic? En los años 40 y 50 estos personajes con mallas y capas venían a representar esos héroes poderosos y a la vez que humildes, capaces de salvar a la Tierra y a sus ciudadanos en épocas difíciles. Ofrecían seguridad y admiración.
La posguerra, los años de crisis, de depresión en EEUU…eran momentos idóneos para que superhéroes como Superman o el Capitán América, se alzaran como personajes en los que los niños podían proyectarse y así soñar con un mundo mejor. En los siglos anteriores disponíamos de las figuras mitológicas, de los héroes de la Ilíada o la Eneíada, dioses, semidioses y héroes que compartían, en cierto modo, muchas de las características de los actuales personajes de los cómics.
Los expertos los llaman «leyendas contemporáneas», espejos sobre los que reflejarse en un presente, el siglo XXI, donde vuelven a sucederse las crisis de valores, los problemas sociales y económicos y en los que parece ser catártico poner los ojos en estos personajes. Y si hay una «tribu urbana», un grupo poblacional que siente este fenómeno con especial pasión son los Nerds.
En cierto modo, los superhéroes resuenan entre estos fanáticos porque ambos disponen de una identidad nerd. Pensemos en Clark Kent un extraterrestre que siempre ha tenido problemas de integración a pesar de su potencial, o en Peter Parker, el joven humilde y sencillo que, un buen día, recibe la picadura de una araña. Recordemos también al Profesor X, ese mutante tan especial… ¿Y por qué no? Tony Stark, ese millonario excéntrico que tiene una gran capacidad como ingeniero.
Mike Peterson, un investigador de la conducta social, afirma que “las personas pueden convertirse en una variedad de cosas, y el encanto de los superhéroes es que las personas pueden imaginar que ellas también pueden lograr algún tipo de grandeza. Revelan esas cualidades que nos gustaría tener a todos en mayor medida”.
Son personajes con doble personalidad, disponen de un trabajo y aficiones cotidianas, son normales pero también… extraordinarios ¿A quién no le atraen este tipo de personalidades? Cada superhéroe nos enseña cosas diferentes y son algo más que hombres con esqueleto de adamantio, o rostros tras una máscara que esconden coches fantásticos. Se esfuerzan por hacer el bien a pesar de no sentirse integrados, buscan siempre la esperanza aunque su vida, entre nosotros, no les sea especialmente fácil.
En cierto modo y si nos damos cuenta, todos somos un poco «Nerd», los superhéroes nos inspiran no porque luchen contra el mal, a nadie le interesa demasiado que puedan eliminar un mutante del inframundo que esté a punto de asesinar al presidente de los EEUU, lo que nos gusta, lo que verdaderamente nos interesa, es que toda dificultad puede ser vencida.
¿A quién no le puede gustar esto?
