Tratándose de seres humanos, la verdad es que la gama de adicciones puede ser tan amplia como extraña. Te hablamos hace poco sobre si es saludable tener relaciones mientras esperas un bebé, y hoy lo haremos sobre aquellas mujeres a las que no sólo les gusta estar embarazadas, sino que son adictas a la gestación. Acompáñanos a ver de qué se trata.

Dulce espera

No lo dudamos, esperar un bebé puede darnos a nosotras las mujeres una dimensión totalmente distinta de la vida y de lo que esperamos de ella. Sentir a un ser que crece dentro de una no es fácil de describir sin acudir a las frases hechas. Es una mescolanza de sentimientos, de sensaciones físicas, de reacciones químicas dentro del cuerpo que muchas veces son agobiantes, pero siempre fascinante.

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Es increíble constatar todos los cambios que acontecen en el organismo femenino para hacer posible un embarazo, de semana en semana; cómo todo el cuerpo se ajusta a ese nuevo ser que va desarrollándose; sin duda, estar embarazada es una etapa que merece la pena vivirse, sobre todo en estos tiempos modernos en que las familias tienden a ser más pequeñas por razones económicas o sociales. No siempre resulta apropiado o prudente tener más hijos de los que podemos criar, y de allí la necesidad de las clínicas de planificación familiar, para adecuar el impulso biológico de la especie a terrenos más prácticos: economía, pero no sólo eso, también cuenta nuestro tiempo disponible y la atención que seremos capaces de dar a los hijos que tengamos.

Sin embargo, hay mujeres que desarrollan un gusto excesivo por el embarazo, tan excesivo que resulta apropiado llamarlo adicción.

¿Qué siente una mujer adicta al embarazo?

Se sienten vacías, sin energía, deprimidas. Necesitan la sensación del bebé creciendo dentro del útero para estar tranquilas. Lo más asombroso es que no necesariamente quieren tener más hijos, sino “estar embarazadas”.

Claro que es un momento para redescubrir el cuerpo, pues las hormonas facilitan las sensaciones a flor de piel. Para muchas mujeres que disfrutan la preñez, ésta es una oportunidad de reconciliarse con la propia sexualidad.

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Hay un caso singular, Tara Sawyer, una británica de 38 años quien ya ha parido a siete niños de cinco embarazos. Su propia familia cuenta con cuatro hijos, y ha dado a luz a tres niños para dos parejas homosexuales.

Sin adentrarnos en aspectos legales sobre el alquiler de vientres (las leyes locales inglesas indican que se puede recibir hasta 15.000 libras por gastos derivados), Tara disfruta realmente los cambios físicos que se operan en ella; de hecho, asegura que no cobra, el placer del embarazo es suficiente.

Así lo describe ella:

“Esto es muy adictivo… Es una gran emoción desde el momento en que la prueba de embarazo sale positiva. Es un sentimiento grandioso el poder entregarle un niño a alguien que lo desea desesperadamente, y yo me siento en mejor forma estando embarazada”.

Cuando parió a los gemelos, de cinco años ahora, comenzó su adicción. Quedó preñada de su marido, pero fue la primera niña que entregó. Según ella, por la niña no tenía sentimientos de madre, ni siquiera sintió que estuviera renunciando a su bebé. Al parir a la niña, volvió a querer embarazarse, pero esta vez optó por alquilar su vientre para que familias que no pueden tener hijos los tengan (aparentemente, ésa es parte de su propia historia).

Una vez que da a luz y los da se siente triste, pero no por entregarlos y quedarse sin ellos, sino porque ya no está embarazada.

sentada

Pero así como Tara existen muchas otras mujeres que deciden alquilar sus vientres para poder embarazarse por el placer que les da. Con toda certeza, estas mujeres no sufren las molestias propias del embarazo –o si las sufren no son tan importantes–, ni desarrollan el sentimiento de protección hacia las crías que los mamíferos suelen presentar.

Al tratarse de una adicción, lo más conveniente es buscar ayuda, aunque se piense que no se hace ningún mal. Desde el punto de vista físico, los continuos embarazos desgastan el organismo, lo descalcifican y le quitan nutrientes, dejando muy vulnerable a la madre. Aparentemente, ésta no es una razón suficiente para no seguir haciéndolo.

¿Qué opinas sobre esto? Te recordamos que si quieres saber más de este tema, leas entonces 4 cosas más del embarazo que tal vez no sabías.