Hoy queremos hablarte de un sitio hermosísimo, espectacular y único. Queda al norte de México, en el estado de Coahuila, situado en una región desértica que quita el aliento.
Cuatrociénegas, o Cuatro Ciénegas, se llama este lugar que fue galardonado en 2012 con la distinción Pueblo Mágico que otorga la Secretaría de Turismo mexicana a ciudades, pueblos o lugares que han desarrollado importantes iniciativas para proteger y salvaguardar su riqueza cultural. ¿Te animas a dar una vueltecita con nosotros por Cuatrociénegas?
Cuatrociénegas, un oasis ÚNICO en el mundo
Constituye una zona importante de humedales. Los primeros colonos la escogieron precisamente por sus manantiales, que forman áreas muy grandes de lagos y pantanos. Este sitio resulta muy curioso por varias razones. En el Valle de Cuatrociénegas se desparraman entre las dunas de yeso más de 400 pozas de agua cristalina…
Sí, has leído bien, es un desierto de yeso, porque hace millones de años, esta zona formaba parte del Mar de Tetis; al retirarse el mar, quedaron algunas lagunas que poco a poco (a lo largo de miles y miles de años) fueron evaporándose, pero el yeso, que es un mineral más pesado, siguió depositándose y acumulándose, formando así este conjunto impresionante de dunas blanquísimas. Puedes ver increíbles formaciones naturales de yeso levantadas aquí y allá, que se han moldeado gracias a la erosión de los vientos. A ratos uno se siente como en otro planeta.
Esta característica le ha valido la consideración de Área de Protección de la Flora y Fauna, ya que es una de las regiones gipsófilas más importantes de Norteamérica. Gipsófilo se refiere a un tipo de vegetación típica de suelos yesosos, donde predominan iones de magnesio y calcio. En esta vegetación sobresale un pastizal alcalino en la parte seca de la cuenca, y en la zona acuática y semi acuática tenemos una especie propia de aquí, el lirio acuático.
Las dunas de yeso hospedan a 6 especies endémicas de vegetación, chaparrales e incluso una gran variedad de cactus, exclusiva de la zona.
En el Valle de Cuatrociénegas es donde hay una mayor concentración de flora y fauna propias de Coahuila, y en estas espectaculares pozas puedes realizar desde buceo hasta investigación, pasando por un tranquilo picnic o una tarde de natación entre sus aguas transparentes (pero sólo en algunas pocas, como la poza La Becerra).
También puedes hacer ciclismo de montaña, rapel, fotografía de paisaje y subacuática, campismo o simplemente caminar por entre las dunas, admirando este paisaje único, este oasis en medio del desierto.
Otra de las cosas que hace de este sitio un lugar muy especial es que las pozas mantienen una cadena alimenticia similar a la de hace 550 millones de años, pues los investigadores descubrieron que sus microorganismos presentan afinidades con especies marinas fosilizadas que tal vez desciendan directamente de los antiguos mares someros de la zona, adaptados para vivir en condiciones extremas (por ejemplo, sus aguas carecen casi totalmente de fósforo y hay una muy alta incidencia de radiación solar). De hecho, encontraron allí especímenes que se consideraban extintos, y ya hoy se sabe que sólo existen aquí.
Es tan importante su riqueza y biodiversidad que se la ha equiparado con las islas Galápagos, ya que ambos ecosistemas son increíbles escenarios de la evolución de las especies.
Toda la cuenca posee numerosos manantiales y sus aguas pueden ser cálidas o frías. Este acuífero se extiende mucho más lejos de Cuatrociénegas, incluyendo los valles cercanos. En años recientes, la agricultura masiva y a gran escala ha producido una disminución en el agua superficial, y como se interconecta toda esta red de agua es más que probable que el desarrollo agrícola y la extracción de líquido estén poniendo en riesgo este lugar tan frágil, único y hermoso de la tierra.
Puedes apuntarte a un tour y dar paseos en bicicleta o en kayak en Las Playitas, y así podrías recorrer el desierto de otra forma más interesante. No está permitido nadar porque eso altera a las especies endémicas protegidas, sólo lo puedes hacer en el río Los Mezquites y en la poza La Becerra, que es de gran tamaño y sus aguas cristalinas son semi termales.
Hay hoteles donde puedes hospedarte y disfrutar de la tranquilidad de Cuatrociénegas, así como saborear la estupenda comida mexicana y la compañía siempre amigable y atenta de sus habitantes.
Vale la pena que cuidemos de lugares como éste, para asegurar no sólo nuestra vida en el planeta sino la de otros seres que merecen la oportunidad tanto como nosotros, ¿no te parece? Continúa en Supercurioso leyendo otro de nuestros fantásticos e interesantes artículos, como la serie de Lugares que no podrás creer que existen.