Cada día hay más información sobre el cuidado de nuestras mascotas; hay desde música para gatos hasta bares y menús caninos, todo pensado para el bienestar de esos amados compañeros, a quienes algunos filósofos e intelectuales han preferido por sobre la raza humana.
Por otro lado, cuando tenemos un perro es lógico aprender lo más posible para ofrecerles el mejor cuidado. Y no siempre lo que creemos que es lo mejor para ellos es, de hecho, lo mejor. Por eso, sigue leyendo para que te enteres de algunas cosas que hacen a tu perro infeliz.
8 cosas que hacen a tu perro infeliz, aunque no te lo imagines
1. Cuando no lo paseas
Claro que si vives en un apartamento, no hay opción: el pobre debe hacer sus necesidades. Nos referimos a los paseos en los que él corre, descarga energías, persigue mariposas y ladra a las moscas.
Es un hecho que los perros necesitan caminar todos los días. Cuando no lo haces, aparte de privarlo de una actividad física que adora, estarás promoviendo el exceso de peso y enfermedades asociadas.
2. Cuando lo consientes demasiado
Sí, es un miembro más de la familia, eso lo entendemos, y al igual que los niños (recuerda que tu perro tiene el cerebro de un niño de dos años), necesita de límites y educación: consentirlo no es dejar que haga lo que quiera, que sea agresivo con otras personas o con otros perros, darle de comer cosas que no son aptas para su consumo o tratándolo como si fuese una persona.
Sin duda, hay perros que merecen medallas, pero si la actitud que describimos es con la que lo tratas, es seguro que haces a tu perro infeliz.
3. Cuando no juegas con él
No creas que sólo dándole de comer y sacándolo a pasear es suficiente. Necesita al menos una sesión diaria de 10 a 20 minutos de juego, y no sólo para él: para ti también será una oportunidad de desconectarte de los problemas cotidianos.
Lanzarle una pelota o un palo, correr con él, cansarse juntos, eso lo hace muy feliz.
4. Cuando no lo educas
El jefe de la manada eres tú, y como tal debes comportarte; tú debes ser quien lo guíe, pues de lo contrario presentará problemas de comportamiento, muchas veces graves, que te será difícil corregir.
5. Cuando lo educas con golpes
A los perros no se les educa con gritos, golpes o regaños, sino con la técnica de reforzamiento o entrenamiento positivo: lograr que aprendan haciéndolos felices –o aprender divirtiéndose–; el entrenamiento positivo consiste en premiar, acariciar y decir palabras de motivación para que el perro vea que cuando hace lo que le pides, te contentas, le haces cariños y hasta le das un premio.
Cuando le das una orden y obedece, enseguida debes darle una recompensa, a fin de que recuerde la relación entre tu orden y la caricia.
6. Cuando lo abrazas muy fuerte o lo cargas como a un bebé
Depende de las razas, por supuesto, pero muchas rechazan los abrazos muy fuertes o prolongados; tal vez soporte tu cariño efusivo, pero ya a la tercera vez se retirará. Es su forma de decir que no le gusta.
Y cuando lo cargas para todos lados, estás interrumpiendo su desarrollo; eso, definitivamente, hace a tu perro infeliz. Como comentamos al principio, necesita actividad física. Y es un perro.
7. Cuando le das comida que le hace daño
En un post anterior hablamos de aquellos alimentos que le hacen mal a tu perro. Es importante que sepas qué cosas puedes darle y qué no, porque lo puedes enfermar.
La comida para mascotas es la mejor, evita darle chocolates, dulces, arroces o carnes condimentadas, pues su organismo no los procesa.
8. Cuando le das demasiados “premios”
Si estás entrenando a tu perro, es lógico que te valgas de esas galletitas especiales que a él le encantan, pero la clave, como en todo, es la moderación.
No le des premios por todo, hasta por echarse: por un lado, ya no verá el premio como premio, y por otro, lo pondrás obeso, arriesgando su salud.
Son buenos consejos que te ayudarán a tratar correctamente a tu mascota, y que servirán para una vida armoniosa con tu familia y tu perro. Y para que tengas más datos sobre lo bueno de vivir con ellos, lee estos beneficios geniales de tener un perro en casa.