Roald Dahl odió, aborreció con tanta fuerza al Willy Wonka de la adaptación fílmica de 1971 del famoso cuento Charlie y la Fábrica de Chocolate, que irónicamente pensó en realizar una campaña para sabotear la película inspirada en su propia obra. La decepción fue a primera vista, nada era como lo había imaginado.
Con esta experiencia y un par más, perdió toda esperanza en la industria cinematográfica. Desde entonces, los cuentos de Dahl no volverían a ser manipulados por Hollywood, al menos mientras se encontrase con vida, pues el autor británico se negaba tajantemente a que volvieran a destruir otra de sus fantásticas historias.
Por estas razones Roald Dahl odió al Willy Wonka cinematográfico
La idea de Willy Wonka, y todo el concepto de Charlie y la Fábrica de Chocolate, se gestó en Roald Dahl desde la infancia. Ya a los 13 años su imaginación era prometedora. En sus tiempos como estudiante en Repton School, Derbyshire, solía fantasear con que, algún día, elaboraría la más asombrosa barra de chocolates. Una tan deliciosa, capaz de superar a las nuevas golosinas que la fábrica Cadbury acostumbraba a enviar a su colegio para promocionarlas entre los chicos.
Willy Wonka era la representación de sus fantasías de niño, pero Hollywood, según el escritor, lo había hecho trizas con una adaptación fílmica que le hizo alejarlo del personaje que con tanto esmero había creado en 1964.
El trabajo de Gene Wilder, el actor que interpretó el rol principal, no logró convencerlo. En realidad esta fue la razón de peso por la que Dahl se enfureció con el filme, ya que esperaba a un Wonka más siniestro, fiel a la trama del exitoso cuento. En la fábrica de Willy Wonka desaparecían niños en circunstancias sospechosas, en cambio Wilder interpretó a un sujeto que se preocupaba en ser amigable, era demasiado blando para el gusto de Dahl. En reacción a esto, el autor espetó que el actor Spike Milligan, su primera opción, habría captado la esencia de Wonka a la perfección.
En sí, varias cosas molestaron al escritor. El primer desacuerdo tuvo que ver con el cambio de nombre de Charlie, a Willy Wonka y la Fábrica de Chocolate. Pese a que a Dahl se le permitió escribir el primer guión, los productores impusieron su visión, decidiendo que el filme debía tratarse sobre el excéntrico personaje, más no en Charlie, como su creador esperaba. Quizá de esta manera la propuesta sería más jugosa para el público.
A Dahl, nada le parecía apropiado, ni la música tampoco las escenas psicodélicas. Ni siquiera el modesto éxito que alcanzó la película dirigida por Mel Stuart, con 13.7 millones de copias vendidas, traducidas a 32 idiomas, le hicieron cambiar de opinión.
Lejos de superar el golpe, las expectativas de Dahl volverían a ser demolidas con las adaptaciones de Matilda y Daniel el campeón del mundo, así que su ruptura con Hollywood fue irremediable.
Pero su segunda esposa, Felicity Dahl, como defensora de su legado tras su fallecimiento en 1990, confió al director Tim Burton la tarea de rescatar lo que su esposo realmente añoraba que fuese proyectado en el cine con Charlie y la fábrica de chocolate. En honor a su memoria, esta sería una versión más oscura que la de 1971, con el refuerzo de la inolvidable actuación de Johnny Depp interpretando al perverso, pero colorido Willy Wonka, en 2005.
¿Has visto las dos versiones cinematrográficas de la obra de Dahl? ¿Estás de acuerdo con la inconformidad del escritor británico? ¡Cuéntanos!
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Imágenes: Wikipedia.