Tu perro te ama, ya lo sabes, ¿verdad? Porque si tienes un perro de mascota, de seguro ya conoces de primera mano el amor incondicional. Y, aunque durante años hemos sabido que esta es una realidad. Hay diversos estudios que sugieren que los perros reconocen la bondad y dan confianza a cambio, además, experimentan emociones como el amor y el apego, de manera similar a los seres humanos. ¡Te contamos!
Según la ciencia, sí, tu perro te ama (pero ya lo sabías)
Para conocer toda la verdad, uno de los grupos de investigadores utilizó una resonancia magnética. Para llevar a cabo las resonancias (una tarea que dada la hiperactividad de los animales no fue nada sencilla) los perros fueron previamente entrenados y tratados como los niños humanos: sus propietarios tenían que firmar un formulario de consentimiento para permitirles participar, y a los perros se les permitió salir si así lo querían.
En este caso, los investigadores se enfocaron en estudiar el núcleo caudado, la zona del cerebro donde las emociones se pueden medir en perros como en los seres humanos. Obtuvieron como resultado que había grandes similitudes entre ambas especies, es decir, que la actividad en esa zona aumentaba en respuesta a las señales de mano que indicaban alimento, olores de perros y personas familiares y el retorno de un ser humano familiar. Un experimento posterior mostró que la actividad aumentó cuando los perros oyeron la voz de alguien familiar (y no nos referimos a la persona que los alimentó).
La conclusión es la siguiente: los perros sienten apego y emociones como lo hacemos los seres humanos.
¿Oxitocina, la hormona del amor?
En otro estudio, el grupo investigador, metió a 30 perros con sus dueños en una misma habitación, durante 30 minutos, y se dedicaron a tomar notas y observar lo que sucedía entre dueños y canes: miradas, caricias, voces mimosas. Así, antes y después de este experimento, midieron la cantidad de la llamada hormona del amor, la oxitocina, en la orina tanto de las mascotas como de los amos.
Los científicos pudieron constatar que mientras más se miraban a los ojos los perros y sus dueños, más oxitocina inundaba sus cerebros. Para poder contrastar el resultado, repitieron el experimento con lobos criados, en ellos la hormona, no aumentaba.
Allí lo tienes, es justo entender que los perros no son una propiedad y que debemos amarlos. Ellos son compañeros leales y amorosos que recompensan la bondad y la coherencia con el servicio dedicado. Merecen respeto por parte de nosotros sus compañeros de vida.
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