Cuando pensamos en el mundo del volante, de la automoción, tendemos a relacionarlo con figuras masculinas, pero son muchas las mujeres que han estado implicadas en este ámbito. Ellas lograron superar las barreras que la sociedad les imponía, demostrando que la pasión por conducir, por viajar, por el motor, poco tiene que ver con el género de una persona. Un ejemplo de ello es Aloha Wanderwell.

Aloha tenía apenas 16 años cuando se embarcó en la aventura de su vida. Apasionada de los viajes y una mujer de increíble talento y atractivo, aquel periplo marcaría para siempre su destino. Cuando escuches el nombre de Aloha Wanderwell, recuerda que es sinónimo de aventura, pero también de ambición y fuerza de voluntad. La mayor prueba de ello son las vivencias que acumuló a lo largo de sus recorridos. ¿Qué te parecería descubrir un poco más de las mujeres que se coronaron reinas de la carretera y de esta gran conductora y cineasta, que se convirtió en la primera mujer en dar la vuelta al mundo conduciendo un coche? ¡Sigue leyendo!

La incombustible Aloha Wanderwell

Aloha Wanderwell
Retrato de Aloha Wanderwell para publicidad, datado de aproximadamente 1930

Aloha era canadiense y nació en 1906, no con el nombre de Aloha, sino como: Idris Galcia Welsh. Apellido que cambió por Hall, por su padrastro. Fue su propia madre, de ascendencia gitana, quien auguró a la pequeña Idris un gran futuro y quien le puso el que sería el apodo por el que la conocerían mundialmente, «Aloha».

¿Cómo era Aloha Wanderwell? Sólo hace falta echar una mirada rápida a sus fotografías para percatarse de que era una mujer increíblemente atractiva. Pero no era sólo una cara bonita, tras esas bellas facciones se ocultaban una gran ambición e inteligencia, un deseo ardiente de viajar, conocer el mundo y ser conocida por este. Además de, sin duda, una terquedad que es admirable.

Era adorada y odiada por la prensa casi en una misma medida. Su oratoria era envidiable y su capacidad para lograr los retos que se proponía, casi incomparable. Quizás demasiado para una sociedad tan machista como la de entonces.

Los viajes de Aloha Wanderwell

El viaje de la vida de Aloha empieza al conocer a Walter Wanderwell, con quien se casaría. La chica todavía tenía 16 años, cuando se embarcó en la empresa que los diarios titularon de la siguiente forma: «una jovencita de 16 años y un estudiante, pilotarán un vehículo, alrededor del mundo». Y así fue. 

Walter Wanderwell y Aloha viajaron en un Ford Modelo T por 43 países, en la década de 1920.

Aloha Wanderwell, Ford Modelo T
Ford Modelo T

En esta aventura adquiriría fama y disfrutaría de la libertad de viajar, pero también sentiría que parte del viaje era aburrida, en ciertos países. Algo que no podría decir de otros como India o China en los que estuvo a punto de ser linchada, tras atropellar accidentalmente a un caballo, o hecha prisionera por un grupo de mercenarios. Estas serían algunas de las anécdotas que viviría Aloha a lo largo de sus recorridos, cruzando fronteras sumamente peligrosas en zonas de conflicto, y enamorándose de las culturas más diversas.

Además, aprendería también no sólo a estar ante las cámaras, sino detrás de ellas. Convirtiéndose en una cineasta que documentaba sus impresionantes expediciones.

Parte de estas experiencias las recogió en un libro que escribió con 33 años, titulado «Call to Adventure» («Llamada a la Aventura»). En él, describía especialmente sus incursiones a áreas remotas. Seguramente fue esta publicación la que terminó de darle la fama de «Amelia Earhart del automóvil».

Aloha viajó por África, encontrándose en las situaciones más difíciles y amenazada por depredadores y elefantes, visitó Cuba y Brasil, donde convivió un tiempo con el pueblo de los Bororo, y acumuló una gran cantidad de experiencias que demuestran su pasión por esa sensación de libertad que la conducción y el desplazarse por el planeta le aportaban.

La historia de Aloha Wanderwell explicada en profundidad y las de otras muchas pioneras del manillar y el volante están recogidas en el fantástico libro «Las reinas de la Carretera»:

La sorprendente vida personal de Aloha Wanderwell

Walter Wanderwell, Aloha Wanderwell
Walter Wanderwell

Aloha era muy joven cuando se casó con su compañero de ruta, Walter Wanderwell. A los 18 años se percató de que su relación era más compleja, pues ya no eran esos amigos que compartían vehículo. Había surgido el amor. De su matrimonio nacieron dos hijos: Valri y Neil, algo que no impidió que la pareja siguiera conduciendo por el mundo.

Todas las miradas se posaron en Aloha cuando en 1932, justo un día antes de iniciar un viaje por los mares del sur que pensaban grabar juntos, Walter apareció asesinado en el puerto donde estaba su yate, cerca de Longbeach, California.

Por supuesto, Aloha se convirtió en una sospechosa eterna, dado que nunca se logró aclarar quién acabó con la vida de Walter. No ayudó que, poco más de un año después, se casara con un atractivo cameraman casi diez años menor que ella, con quien compartía la pasión por viajar y por el cine.

Cabe decir que él fue su segunda y última pareja, al lado de quien falleció a los 89 años, en el hogar donde se instalaron en Newport Beach, California.

¿Conocías la figura de Aloha Wanderwell? Sin duda, es una de esas mujeres que demostró que hacerse un hueco en un mundo tan tradicionalmente masculino es posible y que, a pesar de las circunstancias, siempre es posible sacar lo máximo de la vida, aunque incluso tu género te juegue a la contra. Un ejemplo de terquedad, valentía y ganas de descubrir,  que vale la pena tener siempre en mente.