Las curiosidades de Van Gogh nos llevan de paseo por la vida de uno de los artistas más extraordinarios y atormentados en la historia de la humanidad. Con obras como Los girasoles, La habitación de Arles o Los comedores de patatas, se ganó un lugar glorioso entre los artistas más populares del postimpresionismo. Pero, tal como suele ser común en la vida de muchos artistas, la soledad, la tragedia y la locura le acompañó en su recorrido vital, y el amor no fue la excepción a este destino. Los amores de Van Gogh, contrariados, erráticos y sufridos, marcaron el corazón y la obra de este genio del lienzo. Y es que se dice que el pintor estaba irremediablemente atraído por las causas perdidas, por esa clase de romances destinados a no suceder bajo ninguna circunstancia. Hoy en Supercurioso te contamos las historias de mujeres de Van Gogh. ¡Acompáñanos!
Los amores de Van Gogh que inspiraron sus pinturas
Un Vicent Van Gogh de 20 años, muy emocionado, se abría camino hasta Londres, donde trabajaría con su hermano Theo en la venta de obras de arte. Vincent se encontraba prácticamente en el paraíso al estar rodeado de pinturas la mayor parte del día. Eran sin duda buenos tiempos. En ese viaje los hermanos Van Gogh se hospedaron en la casa de la familia Loyer, junto con la dueña de la casa y su hija Úrsula, quien tenía casi la misma edad que el joven pintor. Allí empezaría el azaroso recorrido de los amores de Van Gogh…
1. Úrsula Loyer, el primer de los amores de Van Gogh
El primero de los amores de Van Gogh, el más sublime, el que nace de la inocencia de la juventud, fue desafortunado. Al comienzo, Úrsula y Vincent cosecharon una gran amistad. Durante los ratos libres, conversaban por largas horas, tomaban té y se acompañaban en silencio mientras admiraban los atardeceres, decenas de ellos. Hasta que los sentimientos por Úrsula comenzaron a florecer, lo cual se atrevió a confesarle con la esperanza de ser correspondido, pero su corazón acabaría deshecho. Úrsula no lo amaba, se reservaba para alguien más. Desolado, aquel muchacho enamorado por vez primera, regresó a casa de sus padres donde por poco se echó a morir.
2. Kee Stricker, la prima triste que Van Gogh amó
La siguiente de las mujeres de Van Gogh llegaría para rescatar la ilusión perdida, aunque con resultados igual de poco satisfactorios. Ella, cuyo nombre era Kee Stricker, llegó a su vida en el año 1881, devolviéndole las ganas de vivir y de pintar. Pero, la suerte de Vincent en el amor, como confirmarás más adelante, dejaba mucho que desear. Así como esta dama apareció y las viejas heridas aparentemente cicatrizaban, abriría otras mucho más punzantes de las que jamás se volvió a recuperar. Kee era su prima y una mujer abatida por el fallecimiento de su marido, que lo cautivó con su tristeza.
El delirio de Vincent comenzó cuando Kee llegó a la casa de la familia en busca de consuelo luego de quedar sola con su pequeño hijo de cuatro años. La fragilidad de Kee, la desesperanza que se le dibujaba en el rostro, fascinó a Van Gogh perdidamente desde el primer momento en que la vio. El pintor enloqueció por ella hasta el punto de gritar a los cuatro vientos que era la mujer de su vida. Pero la familia de Van Gogh no estaba conforme con esto. Creían que él había perdido la cabeza, pues el fallecimiento del esposo de Kee era demasiado reciente como para que él intentase pretenderla.
Por su parte Kee no aguantó la insistencia de Vincent y se marchó para jamás saber ni de él ni de su familia. En cambio, su imagen permanecería grabada para siempre en los cuadros del hombre que soñaba con ponerle fin a su luto. Otra batalla perdida en el amor, otro de los amores de Van Gogh fracasados. Pero no por ello desistiría de seguir intentándolo, aunque este desamor condujo a otro mucho más tormentoso en La Haya, Países Bajos, donde Vicent se retiró para escapar de la realidad.
3. Clasina Hoornik, la prostituta
La siguiente de las mujeres de Van Gogh fue también de las más polémicas. En una de sus escapadas al bar para ahogar las penas en alcohol, notó a una muchacha desnutrida tirada en la acera. Era una prostituta embarazada y ebria. A ella le extendió la mano, sin dudarlo ni un segundo, para salvarla de la miseria. Su nombre era Clasina Hoornik y con ella materializó un romance que se extendería durante dos años.
Hay hipótesis que dicen que durante la convivencia la mujer quedó de nuevo embarazada, y la paternidad de aquel niño nunca quedó aclarada. Otros dicen que el pintor simplemente crio al hijo de ella como propio. Incluso se sabe de una carta que Van Gogh escribiría a su hermano, donde le contaba: “Yo no puedo mirar la cuna sin sentirme impresionado, pues el hombre se siente invadido por una sensación profunda y poderosa cuando está sentado al lado de la mujer que ama, junto a la cuna donde duerme un niño”.
Ahora bien, aunque llevado a la realidad, este es otro de los amores de Van Gogh que terminó en fracaso. Algunos dicen que de las mujeres de Van Gogh, ésta lo marcó volviendo a sus viejas andanzas: el alcoholismo y la prostitución. Un asunto que para Vincent se volvió insostenible y que terminó obligándolo a abandonar el hogar. Otros defienden que fue un tema familiar: la familia del pintor no aprobaba la relación, por lo que le pusieron el ultimátum de abandonarla o no seguiría recibiendo dinero, y él, aunque a su pesar, optó por lo primero.
4. Margot, la mujer mayor
A este punto te preguntarás, ¿alguna vez alguien amó a Vincent Van Gogh de verdad? ¿Algunos de los amores de Van Gogh fue mínimamente feliz? Sí, Margot lo hizo, fue la primera en enamorarse del pintor loco de Nuenen, como le llamaban. Ella era mayor que él y poco agraciada a la vista. Pero Vincent se encontraba tan solo y dolido por haber abandonado a Clasina Hoornik, que aceptó recibir las atenciones de Margot por los cuatro meses que permanecieron juntos. En ese tiempo Margot le propuso matrimonio, pero su familia se encargó de separarlos debido a la fama de la enfermedad de Van Gogh, se decía que era un ‘desequilibrado mental’.
5. Agostina Segatori, el último de los amores de Van Gogh
Todos, o casi todos los amores de Van Gogh quedaron documentados en sus pinturas, pero ninguna inspiró una imagen más colorida que Agostina Segatori, la última de las mujeres de Van Gogh. Era una modelo famosa, con aspecto exótico, inclinada a los lujos y a los excesos. Vincent, mucho más modesto, terminó tan abrumado con su estilo de vida que decidió dejarla y cerrar su corazón definitivamente. Después de ella, se dice que nunca más se volvió a enamorar.
Estas desventuras nos hablan de cuan sensible, incomprendido y solitario era el pintor neerlandés, uno de los principales exponentes del postimpresionismo. ¿Y a ti, qué te dicen sobre él las historias de los amores de Van Gogh? Si te cuentas entre aquellos a los que su obra ha impresionado o conmovido en alguna ocasión, te dejamos con esta selección de las más geniales frases de Van Gogh, el brillante, incomprendido y desdichado genio del pincel. Quizás también te interese conocer estas frases de amor.