En abril de 2015 convergieron varios aniversarios que involucran millones de muertes y al menos dos de los conflictos más sangrientos del siglo XX, y varias de las mayores atrocidades cometidas en la historia de la humanidad. Fue también un mes signado por muertes más recientes e igual de significativas.
Dos conflictos o uno solo con un intermedio
El siglo veinte será recordado como uno de los más sangrientos de la historia, plagado de guerras y conflictos que se extendieron de los campos de batallas a las ciudades y violaron todos los acuerdos y límites legales y éticos más o menos respetados en siglos anteriores. La Primera Guerra Mundial, conocida también como la Gran Guerra, duró cuatro años, de 1914 a 1918. En ese lapso murieron más de 9 millones de soldados y las bajas militares –muertos, heridos y desaparecidos– fueron de casi 30 millones, sin contar los civiles. Y habría que contar los civiles.
La Gran Guerra y el imperio de la medialuna
En abril se cumplieron 100 años de dos eventos trágicos que involucraron al imperio otomano. El 24 de abril de 1915 el gobierno turco detuvo a 235 ciudadanos armenios, iniciando así un proceso de arrestos, deportaciones, violaciones y asesinatos que llevaron a la muerte a más de 600.000 armenios (aunque algunos historiadores consideran que fueron un 1 millón 800 mil). Los gobiernos turcos nunca han aceptado el término de genocidio para estos hechos y en abril de 2015 el uso de esta palabra por parte del Papa Francisco generó un impasse diplomático entre el Vaticano y el estado otomano. También se recuerda una batalla desastrosa para Gran Bretaña y sus aliados, que se inició justamente un día después del inicio de las detenciones de los armenios: la batalla de Gallipoli, que comenzó el 25 de abril con el bombardeo desde barcos ingleses a fortificaciones turcas, seguido por el desembarco de tropas inglesas, australianas, neozelandesas y francesas, que chocaron contra tropas turcas y alemanas. La operación, ideada por Winston Churchill, fue un completo fracaso y provocó la muerte de 500.000 soldados de ambos bandos. En 2015, sobrevivientes y familiares de los países participantes rindieron homenaje a los caídos en el monumento turco que recuerda esta inútil matanza.
La otra gran guerra
Hay historiadores que consideran que en el siglo XX hubo una sola gran guerra, que se inició en 1914 y concluyó en 1945, con un interludio para el reacomodo de fuerzas entre 1918 y 1939. En lo que sí concuerdan todos es en que las causas de la Segunda Guerra Mundial se encuentran en las malas maneras como concluyó la Primera, sobre todo en el trato que se le dio a Alemania. En abril de 1945 concluyó en el frente del Atlántico parte de la guerra más mortífera de la historia de la humanidad, causante de más de 70 millones de víctimas. Terminó con la toma de Berlín por parte del ejército ruso y el suicidio del principal artífice del conflicto, Adolf Hitler, justamente el 30 de abril. Se cumplieron también 70 años de la liberación del campo de concentración de Buchenwald por parte de tropas norteamericanas. Abierto en 1937, fue el campo de concentración más grande de Alemania y por él pasaron más de 250 mil prisioneros, entre judíos, gitanos, homosexuales, presos políticos y testigos de Jehová, y murieron unos 56.000, víctimas de experimentos, malos tratos, enfermedades, torturas y fusilamientos.
Las venas abiertas del mes de abril
El lunes 13 de abril coincidieron dos muertes de escritores destacados de la cultura mundial: el narrador y premio Nobel alemán Günter Grass (1927) y el escritor uruguayo Eduardo Galeano (1940). El primero, aunque fue dramaturgo, poeta, artista plástico y ensayista, será recordado sobre todo por su obra narrativa, y especialmente por su novela El tambor de hojalata; Grass además fue un sobreviviente de la Segunda Guerra, en la que participó con diecisiete años y como parte de la SS, información que mantuvo oculta hasta hace pocos años y que fue causa de gran escándalo. El uruguayo Eduardo Galeano dedicó la mayor parte de su vida y obra a reivindicar aspectos desconocidos o despreciados de la cultura latinoamericana, combinando mitos y testimonios con relatos sobre las numerosas luchas sociales del continente; sin embargo, la obra por la que probablemente pase a la memoria colectiva es la polémica Las venas abiertas de América Latina (1971), donde abordó la historia del continente como un continuo saqueo por parte de las potencias occidentales.
Sin duda, un mes para recordar.