Las malformaciones congénitas son defectos generados desde el vientre materno que afecta la anatomía del cuerpo humano o el funcionamiento de los órganos dependiendo de la etapa de formación del mismo.

Al menos un 40% de las malformaciones congénitas están asociadas a factores de riesgo que ocurren durante el embarazo, tales como: sustancias tóxicas, consumo de fármacos, edad materna, enfermedades que la madre sufra durante el embarazo, radiaciones, entre otras.

Los tipos de malformaciones congénitas

Hay 3 tipos de malformaciones congénitas: morfológicas, las cuales afectan la forma física del bebé; estructurales, las cuales se deben a alteraciones de las células o genes y los funcionales, que son los que afectan el buen funcionamiento de algunos órganos.

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Es importante destacar que gracias al avance de la medicina, así como también al cuidado y seguimiento del embarazo por parte de la madre y las mejoras de los sistemas sanitarios se ha logrado reducir considerablemente los nacimientos de bebés con defectos congénitos. De hecho, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estas malformaciones afectan a 1 de cada 33 lactantes y en muchas ocasiones tienen solución con el tratamiento oportuno y adecuado.

Algunas de las malformaciones congénitas más frecuentes

Las malformaciones más comunes son las que afectan las extremidades (piernas y brazos). Como por ejemplo:

-La polidactilia: consiste en tener un dedo de más y puede afectar una o ambas manos o uno o ambos pies.

– La sindactilia: esta malformación consiste en dos o más dedos unidos por la piel, aunque por lo general cada dedo tiene sus huesos formados de forma independiente.

El segundo grupo de malformaciones más comunes son las cardíacas, las cuales representan un mayor peligro para el bebé. Algunas de ellas son:

– Cardiopatías congénitas

– Agenesia: es cuando algunos órganos no se desarrollan completamente.

– Genitales ambiguos.

El tercer grupo es considerado como malformaciones mayores y pueden llegar a poner en peligro la vida del bebé, las mismas requieren de cuidados mayores y en algunos casos se ve seriamente afectada la calidad de vida del paciente. Algunas de estas malformaciones son:

-Anencefalia o ausencia de encéfalo.

-Espina bífida.

-Quiste pulmonar congénito.

-Enfermedad quística del hígado.

Las principales causas

En la mayoría de los casos de malformaciones congénitas no se puede determinar una causa; sin embargo, en un 40% de los casos se debe a:

– Trastornos genéticos o cromosómicos: en este caso viene determinado por la información genética del bebé, aunque se pueden dar casos de alteración espontánea.

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– Sustancias tóxicas: el consumo de alcohol, cigarrillos y drogas pueden resultar muy perjudicial para el bebé. En el caso específico del alcohol puede generarse el síndrome conocido como “alcohólico fetal”, el cual produce defectos en el corazón, anormalidades físicas en el rostro, problemas en las articulaciones, intelectuales y de crecimiento.

– Fármacos: algunos fármacos o medicinas pueden alterar el buen desarrollo del feto, de ahí la importancia de que la mujer consulte siempre a su médico antes de tomar cualquier tipo de medicación, inclusive aquella que pueda considerarse como “inofensiva” como un simple antigripal.

– Radiaciones ionizantes.

– Algunos tipos de enfermedades o infecciones que sufra la madre durante el embarazo.

– La alimentación: es muy importante que la mujer se alimente equilibradamente durante todo el embarazo y es que en las primeras semanas cuando se están formando los órganos principales cualquier deficiencia nutricional puede tener terribles consecuencias para el bebé.

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