Si eres amante de películas como Jurassic Park o sencillamente te encantan los fósiles y la paleontología, este descubrimiento ¡te traerá de cabeza!

¿Cómo eran los mamíferos ancestrales?

Científicos del Virginia Tech y de la Universidad de Bristol llevaron a cabo una investigación donde estudiaron un pigmento en fósiles de mamíferos prehistóricos, y lograron determinar sus colores.

Sin duda todas las imágenes de grandes animales se te vienen a la cabeza, confundiendo la imaginación con lo que fue realidad. Por ejemplo, estos científicos determinaron que el color de dos especies de murciélagos (ya extintas, y de hace aproximadamente 50 millones de años) era marrón rojizo.

La novedad del estudio radicó en que ésta es la primera vez que se describe un color basado exclusivamente en los restos fósiles encontrados. Y es que ya averiguaron cómo detectar un pigmento en los fósiles de los mamíferos prehistóricos y establecer los colores de aquellas especies que murieron hace millones de años. Incluso, indican que el color es algo que podría haberse conservado en restos fósiles de una antigüedad de hasta 300.000 millones de años. Algo asombroso, sin duda.

fósilComo explica Caitlin Colleary, principal autora del estudio y estudiante del doctorado de Ciencias Geológicas del Virginia Tech:

“Hemos estudiado tejidos de peces, ranas y renacuajos, pelo de mamíferos, plumas de aves y tinta de pulpos y calamares. Todos ellos conservan la melanina, por lo que es seguro decir que ésta está presente en todo el registro fósil. Ahora podemos conocer con seguridad algunos de los patrones de los colores originales de estos antiguos animales”.

El meollo del asunto: la melanina

Lo que tradicionalmente pensaban que eran bacterias fosilizadas (muchas estructuras microscópicas), resultó ser melanosomas, es decir, orgánulos dentro de las células que contienen melanina, esa sustancia que le da color al cabello, a la piel, a las plumas o a los ojos.

Quien las describió por primera vez fue Jakob Vinther, un paleobiólogo molecular, que estudiaba en 2008 una pluma fosilizada, y desde entonces se comenzaron a utilizar las formas de estos melanosomas para saber de qué color eran los dinosaurios, los reptiles y –ahora– los mamíferos.

Según Vinther, este descubrimiento es de una gran relevancia para el estudio de los fósiles y completar el inmenso rompecabezas que es nuestra historia natural, ya que las diferentes formas de estas partículas corresponden a determinados colores. El paleobiólogo explica:

“Vemos que las diferentes melaninas se encuentran en orgánulos de diferentes formas: los melanosomas rojizos tienen forma de pequeñas albóndigas, mientras que los negros parecen pequeñas salchichas, y podemos ver que esta tendencia también está presente en los fósiles. Significa que la correlación de la melanina con la forma es un antiguo invento que puede utilizarse para saber fácilmente el color de los fósiles con sólo ver la forma del melanosoma”.

Pero descubrieron que los melanosomas son también químicamente distintos, y a través de un espectrómetro de masa de ionización secundaria, identificaron la estructura de los melanosomas fósiles antiguos para compararla con los modernos.

Melanocito con melanosoma (las manchas amarillas)
Melanocito con melanosoma (las manchas amarillas)

Pero el estudio no se quedó allí; los investigadores replicaron las condiciones en que los fósiles se formaron para reconocer la alteración química de la melanina producida por el proceso de fosilización, lo que en términos prácticos, significa que se puede conocer el cambio químico de la melanina durante millones de años, y así establecer una increíble forma de sacar información de los fósiles, que antes era impensable.

Esto, sin duda, es una gran ayuda para desentrañar parte de los misterios de nuestra evolución. ¿Tú qué opinas? Y si te gusta este tema, no dejes de leer sobre nuestra bisabuela Lucy, o sobre la sorprendente neocueva de Chauvet.