Distimia o depresión. Hace un tiempo escribimos un artículo sobre la distimia, y te explicábamos en qué consiste este trastorno. También hemos escrito sobre la depresión, cómo reconocerla y cómo tratarla.
En esta oportunidad queremos hacer énfasis en sus diferencias, pues muchas veces los síntomas de ambos trastornos pueden confundirse e impiden un tratamiento adecuado. Claro, los diagnósticos deben hacerlos los especialistas, eso debes tenerlo muy claro.
Distimia o depresión, ¿sabrías diferenciarlas? Claves para hacerlo
Es importante saber si se sufre de distimia o depresión, pues si bien hay síntomas en común, el tratamiento para cada enfermedad es distinto. Existe una herramienta de diagnóstico que, aunque no es perfecta, sí ayuda a develar dudas; se trata del DSM-IV-TR (por sus siglas en inglés: Diagnostic and Statistical Manual, Fourth Edition, Text Revised), que apoya al especialista en la distinción de ambas condiciones.
En primer lugar, la distimia es una sensación de tristeza crónica, perdurable en el tiempo; al menos durante dos años seguidos, la persona que la sufre puede experimentar ciertos síntomas (de dos a varios de ellos):
- baja autoestima, que conlleva una pobre confianza en sí mismo y sentimientos de desmerecimiento;
- pérdida del placer o interés;
- pesimismo, desesperanza, desesperación;
- cansancio crónico;
- irritabilidad o ira excesivas;
- problemas de concentración, memoria o indecisión;
- sentimientos de culpa;
- disminución de la eficacia.
Como ves, es un estado de ánimo triste, en donde la persona “no levanta cabeza”; podríamos decir, incluso, que es una depresión leve, una tristeza perenne que no llega a convertirse en una depresión grave. Sin embargo, la gente que la sufre lo pasa muy mal.
Para que la distimia sea distimia, es preciso que los síntomas tengan una larga duración y no haya “períodos de descanso”, es decir, que no desaparezcan o que el ánimo no mejore.
Este trastorno puede sufrirlo hasta el 5% de la población mundial, y hasta ahora no se ha estudiado lo profundamente que se debería. Existe un riesgo muy elevado de sufrir distimia y la edad de su aparición difiere de la depresión: mientras que en ésta la edad promedio es alrededor de los 30-35 años, la distimia puede aparecer siendo muy joven, incluso en la infancia.
Veamos ahora los síntomas de la depresión:
- disminución del placer o interés en cualquier actividad;
- estado de ánimo deprimido (estos dos primeros síntomas son sine qua non, es decir, necesarios para se pueda hablar de un episodio de depresión mayor);
- insomnio o hipersomnia (dormir demasiado);
- agitación, o lentitud psicomotora;
- trastornos en el apetito y en el peso;
- pérdida de energía o fatiga;
- problemas para concentrarse o tomar decisiones;
- sentimientos excesivos de culpa o inutilidad;
- ideas recurrentes de suicidio o de muerte.
Los síntomas deben interferir en el funcionamiento cotidiano de la persona, y para diagnosticar una depresión al menos cinco de ellos deben presentarse; la depresión también puede distinguirse porque el paciente sufre períodos de al menos dos semanas con estas señales, y vuelve después otro período de “normalidad”. Claro que quien tiene una depresión grave puede sufrir estos episodios de tres a quince meses, dependiendo de la severidad, antes de equilibrar el ánimo.
Pero sucede que ambas condiciones pueden coexistir, y cuando eso pasa se llama “depresión doble”: la persona afectada pasa del estado depresivo al crónico de la distimia, y nunca experimenta un alivio. Esto perjudica muchísimo la salud emocional y física, por lo que hay que buscar ayuda lo más rápido posible.
Otra de las diferencias en ambos trastornos es su tratamiento; para la depresión mayor se tiende a sugerir tratamientos con fármacos, mientras que para la distimia se prefiere la psicoterapia. En el caso de la depresión doble, se recomienda combinar ambas estrategias.
Tal vez sufras de distimia o depresión, y lo que has creído siempre una personalidad triste o pesimista sea en cambio una condición más delicada que requiere de atención. Si lo crees es así, te recomendamos que visites a un especialista para que te ayude a salir de dudas.
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