La depresión es un trastorno mental más común de lo que nos gustaría admitir. En alguna medida hemos sufrido ciertos síntomas, lo que supone que en menor o mayor grado la hayamos experimentado. Puede que estemos tristes por algún suceso puntual en nuestras vidas, y está bien; la pérdida, el luto, la tristeza son cosas que debemos enfrentar, vivir y experimentar, para poder superar el momento doloroso. Pero cuando estos sentimientos se vuelven crónicos, corremos el riesgo de caer en una depresión. Y a veces es muy difícil salir de ella sin ayuda.

Depresión, 12 datos para conocerla mejor

1. Depresión, más sueños

En los años 70 se desarrolló una interesante investigación sobre el sueño REM (Movimiento Ocular Rápido, por sus siglas en inglés), en donde advirtieron que las personas clínicamente deprimidas reportaban más sueños que el promedio, se despertaban sintiéndose agotadas y con la sensación de volver a la realidad sin haber descansado.

Depresión, 12 datos para conocerla mejor

La calidad de los sueños era más emocionalmente intensa, se presentaban más sueños de temas negativos y pesadillas, y además experimentaban insomnio junto a pocos estados de sueño profundo –el tipo de sueño reparador–.

2. El arte ha sido comúnmente asociado al estado depresivo

Suena a lugar común pero es cierto, las personas creativas suelen tener más probabilidades de sufrir de depresión. Los escritores, por ejemplo, son 121% más propensos a tener depresión bipolar y corren un peligroso 50% de riesgo de cometer suicidio.

Depresión, 12 datos para conocerla mejor
Virginia Woolf

Esto no significa que si te dedicas a la escritura vas a ser un “poeta maldito” o vas a terminar quitándote la vida, pero si revisamos un poco las vidas de artistas, pintores, músicos, etc., veremos que una gran cantidad de ellos eran depresivos o se suicidaron: Cesare Pavese, Virginia Woolf, Van Gogh, Charles Dickens, John Lennon, Beethoven, Hemingway, Tolstoi, Kurt Cobain

3. Las mujeres parecen tener predisposición genética para desarrollar la depresión

No es una muy buena noticia para nosotras, pero según una investigación, el hecho de estar sometidas a niveles fluctuantes de hormonas –sobre todo en el parto y en la menopausia– dispara esa probabilidad.

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También el abuso sexual y físico suele ser un factor importante que genera el estado depresivo; y tal vez te suene risible, pero las mujeres casadas presentan una mayor tasa de depresión (si pensamos en la gran cantidad de matrimonios en donde la voluntad femenina está ausente, tal vez dejemos de sonreír), así como las afrodescendientes y africanas, por la discriminación racial y étnica de que son objeto en todo el mundo –y de nuevo, pensemos en países como Nigeria, en donde campean movimientos como Boko Haram y secuestran a las mujeres–.

4. La importancia de la lactancia materna

Las que somos madres hemos experimentado en carne propia los beneficios de amamantar, pero ¿sabías que dar el pecho al bebé puede reducir el riesgo de la depresión post parto?

Según la OMS 1 de cada 10 mujeres sufrirá de depresión luego de dar a luz a su bebé. La falta de sueño, la ansiedad y el dolor son factores detonantes, y amamantar al niño puede ayudar a relajar a la madre y reducir notablemente el estrés.

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Pero también el hecho de planear la lactancia y no poder realizarla puede ser un desencadenante de la depresión.

5. La ayahuasca puede ser un excelente tratamiento

La ayahuasca es una medicina a base de plantas oriundas de Suramérica. Usualmente utilizada en ceremonias de curación, hoy en día ha sido analizada por innumerables científicos, y a través de un estudio piloto en Brasil, encontraron que esta bebida redujo la depresión en los sujetos en cosa de horas, cuyo efecto persistió hasta tres semanas después.

La razón es que la ayahuasca contiene compuestos que alteran la concentración de la serotonina en el cerebro, un neurotransmisor indispensable para mantener el buen ánimo.

6. Ser espiritual puede proteger tu cerebro de la depresión

Una investigación demostró que la meditación regular, o cualquier otra práctica espiritual como la oración, engrosa la corteza cerebral. Así lo estableció la profesora Lisa Miller de la Universidad de Columbia, que realizó un estudio con 103 personas con bajo y alto riesgo de sufrir depresión, sobre la base de sus antecedentes familiares.

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A cada uno se le pidió su opinión sobre religión y espiritualidad, y a través de resonancias magnéticas, descubrió que quienes practicaban la religión o la espiritualidad tenían la corteza cerebral más gruesa; y quienes no, la tenían más delgada y presentaban mayor riesgo de desarrollar una depresión.

7. Hacer ejercicio puede prevenir la depresión a largo plazo

Y es tan sencillo que no lo creemos. La actividad física, incluso en niveles bajos, es un potente remedio que mantiene a raya los estados depresivos. No tienes que participar de una maratón, con caminar 20 minutos diarios es suficiente, y para todas las edades.

8. La gratitud, un bálsamo para la depresión

En un artículo anterior te hablamos de los cambios que suceden en tu cerebro cuando agradeces. Los sentimientos de gratitud activan las regiones cerebrales donde se producen la dopamina y la serotonina, que funcionan como antidepresivos.

9. Los cómicos son más depresivos

El suicidio de Robin Williams, a la luz de esta frase, no es sorprendente. Científicos de la Universidad de Oxford llevaron a cabo una investigación sobre los rasgos psicológicos de los comediantes, y participaron 523 del Reino Unido, Australia y EE.UU.

En el estudio advirtieron una posible relación entre la depresión y la comedia, en donde la risa se usa como método para hacer frente a la depresión. Por supuesto, no a todos los cómicos les pasa.

10. Mucho tiempo en Internet puede causar depresión

Así es. Mientras más tiempo pasas pegado a tus pantallas, más posibilidades tienes de desarrollar depresión, y sufrir de estrés y de trastornos del sueño.

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Es fácil que el tiempo vuele, pero también significa que abandonas tus actividades normales, tu interacción social real y la actividad física, sin hablar de la mala postura.

11. Los hongos alucinógenos pueden ser un buen tratamiento

Cuando sintetizaron por primera vez el LSD, un médico checo de 1930 pensó que podría utilizarse para curar la esquizofrenia. No estaba tan equivocado. Hoy en día, han descubierto que los hongos alucinógenos tienen un compuesto químico, la psilocibina, que hace crecer nuevas células cerebrales, y así hicieron un experimento con sujetos profundamente deprimidos, induciéndoles viajes psicodélicos intensos con altas dosis de psilocibina. A la semana no sufrían de depresión, e incluso a los tres meses después de la experiencia, cinco de ellos no presentaban síntomas de la enfermedad. Los científicos piensan que puede deberse a una especie de “despertar” de la conciencia, similar al alcanzado por la meditación.

12. Las autolesiones pueden ser curativas

Así lo han referido algunos expertos en el tema, y las llaman “autolesiones no suicidas”. Los adolescentes y adultos que suelen autoinfligirse estas heridas lo hacen como una forma de enfrentar sus emociones negativas y autodestructivas, pues aparentemente su cerebro libera endorfinas haciéndolos sentir mejor.

Sin embargo, es un riesgo pues puede convertirse en adicción y estructurar un círculo vicioso difícil de romper.

Depresión, 12 datos para conocerla mejor

La depresión siempre es un tema serio, y si sientes algún síntoma lo mejor es que busques ayuda. Lee nuestro artículo sobre algunos remedios naturales para combatirla.