¿A quién no le gusta un sabroso y crujiente croissant para desayunar  junto a un café con leche? No hay nada más agradable para empezar el día, todo un clásico que para muchos tiene su origen en Francia. Pero sentimos decirte que no es así, que el mundialmente conocido croissant -o curasán- tiene en verdad sus inicios en otra capital europea un poco más lejana: Viena. Y más aún, los turcos también tuvieron algo que ver en su creación.

¿Hemos despertado tu apetito histórico? Excelente, vamos allá.

Cómo celebrar la retirada de tus enemigos según los austríacos

Pongámonos en contexto:  Estamos en el siglo XVII, concretamente en el año 1683. Viena no está pasando su mejor momento, el Imperio Otomano lleva asediando la ciudad durante bastante tiempo, ahogando poco a poco las esperanzas de los austríacos ante unos turcos que no solían rendirse con facilidad. Sus ansias por conquistar el país eran muy importantes estratégicamente, de ahí que el general turco, Kara Mustafá Pachá, pensó que tal vez debían buscar nuevas opciones para poder hacerse con el control de Viena.

Llevaban ya bastantes meses intentando entrar por tierra, intentando cruzar aquellos muros casi inexpugnables protegidos por unos militares tan bravos como los propios turcos. ¿Solución? Si no podían lograrlo por tierra, tal vez debía intentarlo bajo ella, es decir, excavando un túnel durante una noche sorprendiendo así al enemigo. Un buen plan, sin duda.

¿Y qué ocurrió? Algo con lo que no esperaban las tropas otomanas. Encontrar a alguien despierto a esas horas de la noche. ¿Y qué gremio es el que habitualmente no duerme por la noche? En efecto. Los panaderos. Los infatigables y queridos panaderos que diariamente nos traen ese pan crujiente e indispensable. Fueron ellos quienes al escuchar unos ruidos extraños provenientes del subsuelo dieron la voz de alarma de inmediato, provocando así que toda la ciudad se armara y el ejército vienés cercara a los turcos de inmediato. Una reacción tan rápida y efectiva, que el enemigo no tuvo más remedio que retirarse.

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Bandera de Turquía

Y ahora viene lo más interesante. Tal fue la alegría de las gentes de Viena y del gremio de los panaderos, que éstos no dudaron en elaborar un producto que conmemorara aquel día. Como ya sabes el símbolo más significativo de la bandera Turca es su característica media luna, así que ¿Por qué no imitarla en un dulce? Y así fue como elaboraron lo que llamaron en un principio la “Lune Croissant”.

Pero… ¿y cómo puede ser que hasta ahora hayamos asociado siempre al querido croissant con la cultura francesa? Muy fácil, fue la polifacética y golosa Maria Antonieta quien lo popularizó en Francia tras haberlo probado en Austria. Fue ella quien propició su elaboración y consumo tras haber probado algo tan realmente delicioso. Una mujer inteligente, no hay duda.

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