¿Sabes qué es un damán? Al verlo lo más seguro es que creas que se trata de un roedor pariente de los conejillos de indias, o de las liebres. No es así, los dos parientes vivos de este pequeño mamífero africano son el elefante, el animal terrestre más grande de todos, y el manatí.
Y es que el damán es un ungulado primitivo con una única familia viva, Procaviidae (que acoge a seis especies agrupadas en tres géneros), y varios primos fósiles. Él y el elefante tienen un ancestro común que vivió hace 50 millones de años, y desde su descubrimiento fue un dolor de cabeza para los taxónomos; el científico Gerrie de Graaf afirmó:
«sus incisivos se parecen a los de los roedores, sus molares a los de los rinocerontes, su sistema vascular al de las ballenas y sus pies nada menos que a los de los elefantes».
No es tan confuso como el ornitorrinco, pero casi.
Son animales de unos cincuenta centímetros de largo, de pelaje marrón, con un ligero parecido a las marmotas y que pueden llegar a pesar cerca de cinco kilos.
¿Damania? ¿Hispania? ¿España?
Actualmente el damán se encuentra distribuido en casi toda África y en la península arábiga. Como su primo gigante, es herbívoro y vive en grupos, que pueden alcanzar hasta una treintena de individuos, protegiéndose en grietas o viviendo en árboles (hay especies arborícolas).
Se comunican entre ellos utilizando diversos gritos y chillidos, y el terrestre tiene un comportamiento similar al de los conejos, al que además se parece.
La versión tradicional, esbozada en el siglo XVIII, afirma que los fenicios al llegar a la península ibérica -1104 antes de Cristo- se sorprendieron por la numerosa presencia de conejos en la costa, y por eso llamaron al país Isephanim: “tierra de abundantes conejos”. Nuevas teorías apuntan a que los fenicios confundieron los conejos con damanes, y que I-sepha-im podría traducirse como “el país de los damanes”, de donde derivaría “Hispania”, y posteriormente “España”.
¿Por qué no? De confusiones similares está hecha la historia humana, después de todo no olvidemos que Colón creyó haber llegado a la India y que cuando los primeros españoles en América vieron a los manatíes, parientes de los damanes, creyeron que las sirenas existen. Eso sí, también dejaron constancia de que eran muy feas.