Llamamos arma biológica a «cualquier patógeno que se utiliza como arma de guerra«. Puede tratarse de bacterias, virus o toxinas. Su finalidad es matar o dejar incapacitados a individuos concretos o a zonas enteras, ya se trate de ciudades u otros lugares. En Supercurioso os hablamos de la isla Vozrozhdeniya, donde el Gobierno de la antigua Unió Soviética tenia instalado un laboratorio secreto para la fabricación de armas biológicas, y en esta ocasión queremos conocer 3 terribles enfermedades, potenciales armas biológicas.

3 enfermedades, potenciales armas biológicas

Las enfermedades que algunos países han estado estudiando como potenciales armas biológicas son numerosas y entre ellas algunas de las más investigadas son: el ébola, el cólera, el virus de Marburgo, la fiebre hemorrágica, la fiebre boliviana, el muermo, el tifus, el ántrax, la brucelosis o la tularemia, entre otras.

1. Carabunco o Ántrax

Ántrax es el nombre que se le da comúnmente a la infección por «Bacillus Anthracis». Su interés como arma biológica es la formación de esporas en las que la bacteria queda protegida hasta que las condiciones ambientales son idóneas para su desarrollo. Aunque normalmente afecta al ganado, en ocasiones pasa al ser humano.

3 terribles enfermedades, potenciales armas biológicas

Puede contagiarse de forma cutánea, gastrointestinal o respiratoria, siendo esta última la más peligrosa y la que daría lugar a un arma biológica. Sus síntomas, en principio, se parecen a los de un constipado que se complica dando lugar a problemas respiratorios, hipotensión y finalmente shock, además, en casi la mitad de los casos que no son tratados adecuadamente, los enfermos desarrollan meningitis.

Afortunadamente, si se empieza rápidamente el tratamiento con antibióticos, las probabilidades de curación son altísimas.

2. Tularemia

La tularemia está causada por una bacteria llamada «Francisella tularensis» y es una grave enfermedad infecciosa. Tanto EE.UU. como la Unión Soviética o Japón habían incluido la tularemia en sus investigaciones sobre armas biológicas. Entre las «cualidades» para ser un agente estaban el ser aerosolizable sin grandes dificultades, el tener un alto poder de infectar y a la vez ser fácil de descontaminar la zona afectada una vez pasado el conflicto y el ser muy invalidante para el que contrae la enfermedad, pero cuya una tasa de mortalidad no es de las más altas.

3 terribles enfermedades, potenciales armas biológicas

La tularemia empieza con fiebre , aletargamiento, pérdida de apetito, ulceraciones en la piel, inflamación de los ganglios linfáticos que pueden llegar a supurar y enrojecimiento de ojos y cara. En un segundo estadio, si no se trata, afecta a órganos como el hígado, pulmones, bazo o sistema linfático, llegando a la muerte por un fallo multiorgánico.

Actualmente, esta enfermedad tratada con antibióticos desde un primer momento, no llega a producir la muerte ni en un 1% de los casos.

3. Brucelosis

La brucelosis es una zoonosis que se presenta como resultado del contagio por alguno de los géneros de bacterias brucellas. No se contagio de humano a humano, sino por contacto con fluidos animales. A mediados del siglo XX varias especies de brucellas fueron estudiadas como armas biológicas. Los EE.UU. dejaron de fabricarla ya que aunque se almacenaba fácilmente en aerosoles, no era muy estable y su capacidad era más invalidante que mortífera.

3 terribles enfermedades, potenciales armas biológicas

Los síntomas de la brucelosis, que puede contraerse por consumir leche sin pasteurizar, carne poco cocinada si el animal estaba infectado o por estar en contacto con heces de animales enfermos, son en un principio similares a los de una gripe. En una segunda fase puede afectar a órganos muy diversos, cronificarse y en algunos casos llevar a la muerte. Los antibióticos son efectivos contra la brucelosis, pero es necesario el tratamiento durante varias semanas.

La guerra bacteriológica no es un invento nuevo. Desde la antigüedad los seres humanos vienen utilizando diferentes métodos para causar infecciones que mermen las tropas enemigas. Esperemos que la Convención sobre las Armas Químicas que entró en vigor en 1997 cumpla la función para la que se creó y no tengamos que padecer una catástrofe semejante.

Si te ha interesado este artículo, quizá quieras leer:

– Las heridas que brillaban en la oscuridad en la Guerra Civil Americana. ¡RESUELTO!