Todos nos hemos relacionado alguna vez con alguien que solo nos busca cuando hay interés de por medio o que no proyecta esa aura de ser persona de confianza. Pero también hay ocasiones en las que la gente falsa bien sabe camuflarse y confiamos funestamente en su amabilidad fingida. ¿Cómo identificarlas? Te contamos algunas claves para que con ellos no pierdas el tiempo.
Gente falsa. Claves para identificarlos a tiempo
Rodearse de personas genuinas es preciado hasta para los más solitarios, pues los seres humanos, a fin de cuentas, somos animales sociales, como señalaba Lucio Anneo Séneca. Podemos creer que no necesitamos a nadie, que somos 100% autosuficientes, pero a veces necesitamos del prójimo para dar tres pasos hacia adelante en lugar de dos, como también apoyarnos en amigos cuando flaquean nuestros ánimos.
A favor de sostener relaciones sanas, en las que no figura la gente falsa, aconsejamos ir con cuidado con aquellos que:
- Se esfuerzan demasiado en caerle bien a todo el mundo. ¿Por qué? Ser el centro de atención les hace sentir bien, por sólo esta motivación es que son amigables.
- Suelen comprometerse, pero rara vez cumplen con lo prometido.
- Son capaces de desprestigiar a otros para librarse de alguna situación o para conseguir algo a cambio.
- Si acostumbran a hablar mal de otras personas contigo, es probable que también hablen mal de ti a tus espaldas. Así es como actúa la gente falsa.
- Son amos de la presunción, hasta con lo que no es real. Mientras que la gente genuina prefiere comentar sobre sus logros sin llegar a la fanfarronería.
- La gente falsa trata de cosechar amistades que sean de utilidad para cualquier ámbito de sus vidas, y es a ellos a quienes tratan con máxima atención y respeto. En cambio, una persona con intenciones honestas se acerca a alguien y lo respeta sin importar lo que puede obtener mediante ello.
- La gente falsa es aquella que te acompaña en momentos de alegría y esparcimiento. Son excelentes compañeros para fines de semana, eso sí, pero cuando tienes problemas, desaparecen. Pues es natural que eviten todo aquello que involucre sentimientos.
- Casi nunca te invitan a salir y a menudo te ofrecen excusas cuando la invitación va de parte tuya, pues seguramente prefieren estar con quienes -por alguna razón- sí logran captar su atención.
- ¿Les escribes y la mayoría de las veces te dejan sin respuesta? Cuando alguien valora tu presencia, simplemente corresponderá a tu intención de permanecer en contacto. Si no es así, ignorar es una clara señal de que no tienen mucho interés en saber de ti.
- Desconfía de aquellos que ríen demasiado o que aseguran que jamás se enojan, porque nadie que tenga empatía y que experimente emociones reales es ajeno a molestarse, llorar y a sobresaltarse un poco más de lo normal cuando se dan determinadas situaciones. La gente falsa suele tener las emociones adormecidas, por lo mismo es difícil contar con ellos cuando se les necesita.
Para concluir, compartimos esta valiosa reflexión de Mateo Alemán:
Deben buscarse los amigos como los buenos libros. No está la felicidad en que sean muchos ni muy curiosos; sino pocos, buenos y bien conocidos.
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