En artículos anteriores de Supercurioso te hemos hablado del fenómeno de la sinestesia, esa manera de ver el mundo en la que nuestros sentidos se combinan para hacernos ver el color de la música, el sabor de las palabras o de las cosas que tocas, y que afecta al menos a 1 de cada 100 personas. También te hablamos de las ventajas que parece otorgar esta cualidad a músicos, escritores y pintores y cómo en general esta aparente mezcla de sensaciones puede enriquecer tu vida.

Pero no todo en vivir siendo sinestésico es siempre ventajoso y en algunos casos esta condición puede generarte algunas dificultades.

La dificultad de vivir siendo sinestésico

Varias personas sinestésicas reportan que en sus primeros años, cuando no sabían del todo de su condición especial, al hablar de su forma de percibir las cosas se encontraban con la incomprensión de amigos y familiares, e incluso con actitudes hostiles en las que eran ridiculizados por vecinos y compañeros de clase. Algunos llegaron a creer que sufrían alguna clase de locura, antes de saber que se trataba de una condición neurológica.

La dificultad de vivir siendo sinestésico

Otra dificultad al vivir siendo sinestésico es que los sonidos y colores también se “cargan” emocionalmente, y así como puede haber letras y colores amables, puede haberlos que te generen desagrado o antipatía, lo que puede influir, por ejemplo, en tu trato con personas cuyos nombres tengan letras “desagradables”.

Vivir siendo sinestésico es vivir también luchando contra los estereotipos que se han creado en torno a ellos. Se supone que la mayoría son zurdos, son creativos y artísticos, pero malos para las matemáticas. No todo estereotipo es errado: ciertamente abundan los zurdos entre los sinestésicos y pueden tener cierta inclinación a ser creativos en música y pintura; pero también es cierto que cualquier niño puede ser creativo y artístico con los estímulos y métodos pedagógicos adecuados.

La dificultad de vivir siendo sinestésico

Algunas personas con sinestesia señalan incluso que para el aprendizaje de la música no es siempre una ventaja ver las notas como colores, y que esto puede crear dificultades adicionales.

En cuanto a las matemáticas, los sinestésicos enfrentan otros problemas, sobre todo cuando cada número tiene un color y alguna condición emocional. En este caso hacen faltan docentes que entiendan al niño sinestésico y métodos pedagógicos diferentes para abordar la enseñanza de esta disciplina.

Hay un tipo de sinestesia que combina sensaciones visuales y táctiles y que se puede ejemplarizar con un espejo: los que tienen esta condición, al ser tocada su imagen en el espejo, sienten el toque en ellos mismos. Esta experiencia visual-táctil muchas veces puede ser desagradable y hasta crear situaciones de peligro aparente que pueden generar reacciones de miedo e incluso dolor.

Por razones como éstas y otras más no es fácil vivir siendo sinestésico, aunque, por otra parte, es una experiencia que todos deberíamos vivir alguna vez, de manera consciente, pues, según algunos investigadores, todos somos sinestésicos los primeros cuatro meses de vida.

Te invitamos a profundizar un poquito más en el tema leyendo El curioso caso del hombre que siente sabores al pronunciar palabras.