La cultura popular está repleta de mitos e historias que despiertan fascinación, romance o terror, de acuerdo a los personajes que las protagonicen. En el mundo de lo desconocido y lo aterrador, las leyendas latinoamericanas son prolíficas, dotando a estos pueblos de un hálito de misticismo un tanto espectral. Pero en los aparentemente fríos y muy organizados países de América del Norte, también nos encontramos personajes verdaderamente alucinantes. Hoy en Supercurioso queremos contarte la historia del Wendigo, quizás de las más conocidas entre las leyendas de Canadá. Este mito local nos presenta a un horrible personaje de alma oscura, en ocasiones con forma humanoide, y que busca saciar su ansia con la carne humana. Acompáñanos a conocer todo sobre la leyenda del Wendigo.

¿Cuál es la leyenda del Wendigo?

leyenda del Wendigo

La leyenda del Wendigo no nos habla solo de una expresión de la cultura popular, sino que tiene un simbolismo mucho más potente. Este personaje reúne la representación de las bajezas morales del hombre, de sus vicios y de ese abismo, al que en muchas ocasiones puede caer cuando se deja llevar por sus instintos: por la avaricia, por la rabia y por el hambre. Tal es su efectismo y su angustiante estela de maldad, que a menudo se toma su leyenda para llevarlo al mundo del cine y la televisión. Vimos su referencia, por ejemplo, en la última producción de «El llanero solitario». Y famosas son sus apariciones en series para la televisión como «Sobrenatural» o la muy destacable adaptación de «Hannibal» para la pequeña pantalla (imagen que encabeza este artículo).

La historia del Wendigo forma parte del folklore norteamericano de una manera muy especial. Dicen los habitantes de la zona, que en la región de los grandes lagos de Canadá, el Wendigo suele salir en las noches más frías de invierno. Creen que prefiere la soledad y el silencio de los bosques, ahí donde puede esconderse y cazar más hábilmente a sus víctimas. La razón por la que las tribus nativas ensalzaban tan habitualmente la leyenda del Wendigo era porque, en cierto modo, representaba su miedo más atroz, la parte más oscura e inmoral del ser humano. La misma en la que algunos hombres podían caer durante los más áridos inviernos, cuando la caza escaseaba y los recursos eran mínimos. Épocas en que la mente humana podía enloquecer y, simplemente, emerger el ansia por consumir carne.

El origen de la historia del Wendigo

la historia del Wendigo

Es en el seno de la tribu de los algonquinos, que vivían entre lo que hoy es Canadá y el actual Nueva York, donde da sus primeros pasos la historia del Wendigo. Se trata de un ser mitológico, sí. Pero también de una leyenda que contribuyó a profundizar en la condición humana. El término Wendigo significa búho. Es descrito como una figura nocturna que llamaba a sus víctimas con la voz, o incluso podía acudir a ellas y darles la mano. Les invitaba a correr a su lado, dando zancadas largas. En algún momento de la ruta seguida, las huellas en la nieve dejaban de ser cuatro, para quedar solo dos: el Wendigo había logrado su cometido de devorar a su víctima.

Lo que cuenta la leyenda del Wendigo es que a simple vista podía llegar a confundirse con un hombre muy alto y huesudo. Era una figura de aspecto humanoide, pero cuando lo ves más de cerca, puedes detallar sus dedos alargados como garras, su rostro espantoso y sus dientes afilados y desgarradores. La leyenda cuenta que la espectral criatura va creciendo en una medida proporcional a la estatura de la persona que ha devorado. Hay quienes lo describen también con potentes cuernos de arce, que solo aparecen en su cercanía. También se dice que solo el fuego es capaz de ahuyentarlo.

La psicosis del Wendigo en el mundo humano y animal

La historia del Wendigo ha dado lugar a un término moderno conocido como la psicosis del Wendigo, un síndrome que implica que la persona que lo sufre pueda experimentar de pronto un irrefrenable deseo de comer carne humana. Algo tabú hoy y desde los inicios de la humanidad. Algo que los assiniboine y los ojibwa intentaban representar en muchos de sus bailes y celebraciones. Como la «wiindigookaanzhimowin», un tipo de danza practicada en épocas de hambruna para alejar al insaciable espíritu del Wendigo.

En la naturaleza también se habla a menudo de animales que pueden llegar a transformarse en auténticos Wendigos, como es el caso de los osos. Después de su hibernación, pueden despertar con un hambre irrefrenable. Es tan intensa e incontrolable, que se han documentado casos en que han atacado o devorado a ejemplares de su misma especie.

La moraleja de la leyenda del Wendigo

mitos americanos

La leyenda del Wendigo, aunque muy antigua, ha podido sobrevivir, siendo transmitida de manera oral, de una generación a otra. Siempre nos encontraremos, por ejemplo, con la típica historia de un cazador que terminó perdiéndose en la espesura, que nunca pudo encontrar el camino de regreso y que, poco a poco, fue transformándose en algo inhumano: en el mismísimo Wendigo. Un ser de piel grisácea, de afiladas garras y mirada flamígera, que se escondía entre los árboles para alimentarse de los incautos excursionistas que paseaban por esa zona del bosque. Escalofriante, no hay duda. Quizá por ello atrajo tempranamente el interés de figuras literarias como H.P Lovecraft. En los «Mitos de Cthulhu» vemos la historia del Wendigo representado en el dios ártico Ithaqua.

Como ves, la esencia de esta leyenda es en realidad una maldición. Como un espíritu malévolo que posee aquellas personas que se dejan llevar por sus instintos, por la parte más oscura y brutal del ser humano. Algo a tener en cuenta y que sucede también con criaturas tan inquietantes como los íncubos y súcubos, que atacan a las personas cuando más indefensas están: durante el sueño. Los ataques de los íncubos actualmente se han interpretado como una forma de ocultar abusos en una misma familia. En lugar de acusar al hombre que visitaba a esa niña o joven de su familia de quien abusaba, resguardado en la cobarde oscuridad, se atribuían embarazos y traumas nocturnos a esas criaturas de leyenda, cuando en realidad era el propio ser humano el responsable de tanto terror. Igual que la leyenda del Wendigo, el súcubo encarnaba la parte más despreciable de las personas.

En resumen, una de las líneas de análisis con las que ha sido estudiada esta historia, nos refiere al deseo de las tribus americanas de conservar la humanidad del hombre, aún en los momentos de peores condiciones, esos en los que el frío y el hambre podrían nublar los sentidos. Usando el miedo como herramienta, la leyenda del Wendigo atemorizaba a los hombres, alejándolos de las oscuras ideas asociadas al canibalismo. Si te ha gustado esta historia y te interesan las leyendas mitológicas, no te pierdas nuestro artículo sobre la leyenda de Sko-Ella, la mujer que logró atemorizar al propio diablo. Y si quieres seguir alimentando tu imaginación con historias de miedo, disfruta de esta selección de los mejores libros de terror.