Como siempre hemos tenido cárceles, siempre ha habido fugas carcelarias. Esta es una lista de los 5 escapistas más atrevidos y sorprendentes de la historia.

1. Sobibor. Un campo de concentración digno de Malditos bastardos

En los escapes carcelarios el sigilo y el ingenio suelen ser importantes. Pero a veces eso no es una opción. Por ejemplo, si la prisión es un campo de concentración, y los captores son la maquinaria de guerra nazi.

Leon Feldhendler, se reunió con el primer teniente Alexander «Sasha» Pechersky, un prisionero de guerra ruso y judío. Los dos planeaban luchar. Su lógica era que los nazis muertos no podían castigar a la gente, lo cual tiene bastante sentido, aunque no era tan sencillo. Los oficiales de las SS estaban a cargo de Sobibor, pero los propios guardias reales eran ucranianos locales. Pechersky tenía la teoría de que los ucranianos se rendirían si todos los oficiales de las SS estaban muertos, por lo que decidió hacer que eso sucediese.

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Ambos prisioneros construyeron armas en secreto hechas en los talleres de la prisión. Diseñaron carias armas blancas, a sabiendas de que si en algún momento eran capturados, estaban muertos. Luego, cuando cada oficial de las SS llegaba a los diferentes talleres para recoger el material exigió ser reparado, todo estaba orquestado para la trampa perfecta.

Uno por uno, los judíos asesinaron a cada oficial de las SS de la prisión. No importaba si el guardia estaba armado o no. Todos murieron. Algunos guardias que sospechaban, murieron también. De los 600 prisioneros, 300 lograron escapar. De ellos, 100 fueron recapturados, y un total de 70 sobrevivieron a la guerra. Y todo gracias a un asesinato en masa bien coordinado.

2. Amor en la salud, la enfermedad, en la riqueza, en la pobreza, en la calle o en la cárcel

Nadine Vaujour estaba tan decidida a sacar a su marido de la cárcel parisina que tomó lecciones de vuelo en helicóptero sólo para el escape. Su marido, Michel Vaujour, estaba cumpliendo una larga condena por intento de asesinato y robo a mano armada.

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En mayo de 1986, el Chicago Tribune informó, que Michel Vaujour se abrió paso hacia el techo de la prisión manejando nectarinas que fueron pintadas para parecer granadas. Su esposa luego lo recogió en un helicóptero y lo llevó a un lejano campo de fútbol, ​​donde desembarcaron y huyeron. Pero su suerte pronto se agotó.

Nadine Vaujour fue descubierta y detenida en el suroeste de Francia, y Michel murió finalmente de un disparo en la cabeza durante el fallido atraco a un banco.

3. Frank Abagnale se hace pasar por un Inspector de Prisiones

Frank Abagnale es el famoso estafador que interpretó Leonardo DiCaprio en Atrápame si Puedes. Condenado por fraude bancario, suplantación de pilotos, maestros, médicos, e incluso abogados, utilizaba técnicas extravagantes que no se le ocurrirían ni como guionista de dibujos animados. Pero tal vez la más absolutamente ridícula de sus estafas fue la que realizó para escaparse de la cárcel.

Después de ser condenado a 12 años, Abagnale tuvo la fantástica suerte en 1971, cuando al US Marsal transportándolo, se le olvidaron los documentos de compromiso de detención. No, esto no significa que quedase libre, no aún. Pero sí permitió que Abagnale tuviera algo de margen para convencer sutilmente los guardias de que él era en realidad un inspector de prisión encubierto haciéndose pasar por un preso. Él llamó a una amiga, Jean Sebring, que se hizo pasar por una escritora de una revista independiente haciendo una exposición sobre las cárceles y utilizó esa oportunidad para conseguir la tarjeta de visita de un inspector de la prisión. Visitó Abagnale y le deslizó ambas tarjetas.

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Abagnale entonces dijo al guardia que era, de hecho, un inspector encubierto como ellos pensaban. Les dio la tarjeta de visita de inspector de prisión como prueba, y luego les dijo que era imperativo que hablara con el FBI inmediatamente. Los guardias se golpeaban los unos a los otros en la espalda y se jactaban de lo inteligentes que habían sido. Abagnale les dio la otra tarjeta (la del supuesto agente del FBI), y marcó el número. Un amigo de Abagnale respondió desde una cabina telefónica, haciéndose pasar por un operador del FBI. Dijo que tenía que reunirse con Abagnale justo fuera del centro de detención, y, por supuesto, los guardias tuvieron ningún problema con esto porque ellos pensaban que estaban hablando con el FBI y porque pensaban que Abagnale era un inspector federal. Los guardias vieron como su prisionero salía y se dirigía hacia el atardecer, muriéndo de la risa.

4. La fuga de Alcatraz

Varias películas han retratado esta sorprendente y misteriosa historia. Incluso la seie Alcatraz (2012) tenía una curiosa teoría sobre el suceso.

La prisión de Alcatraz era el modo de mantener a los reclusos peligrosos encerrados en una prisión rodeada de agua helada y de fuertes resacas, de modo que a los presos les fuese imposible escapar. O eso creían.

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En 1962, Frank Morris y los hermanos John y Clarence Anglin crearon cabezas ficticias que incluso completaron con el pelo humano real para utilizarlas como señuelos para los guardias que hacían su guarda nocturna. Utilizaron utensilios caseros para agrandar los orificios de ventilación y se deslizaron a través de estos. Luego bajaron a través de un tubo de drenaje en el extremo norte de la Cellhouse y se dirigieron al mar. Décadas más tarde, aún no está claro si lo lograron surcar la bahía de San Francisco con vida o perecieron en el intento. 

5. El profesor de Yoga

Choi Gab-bok tuvo mucho de tiempo durante sus 23 años tras las rejas. Así que el ladrón convicto practicó yoga, una habilidad que le ayudó a escapar de una cárcel de la comisaría de policía en Daegu, Corea del Sur.

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Una noche de 2012, Choi esperó a que los oficiales se durmiesen antes de escapar por la bandeja rectangular de los alimentos de la puerta de su celda. Para poder comprender mejor este dato, tengamos en cuenta que Choi medía 1’60 y pesaba 50 kilos. La ranura de la bandeja de alimentos era de aproximadamente 45 centímetros de ancho y 15 centímetros de alto. Choi se frotó la piel con una pomada para ayudar al deslizamiento entre las barras. Funcionó, y así él corrió hacia la libertad. Nunca estar al borde de la desnutrición fue tan útil.

¿Conocías estas fugas? La que seguro que conoces es la de Casanova de la cárcel, ¿quieres saber más sobre este seductor?