Si tienes entre 20 y 30 años, vas en bicicleta, estudiaste algo relacionado con las artes o la comunicación, y además te has dejado bigote, es facil que te hayan llamado hipster. Aún así, el término usado para la generación milenial es bastante impreciso. Y quizá por eso, acaba de entrar en la ecuación, una nueva consderación: Yuccie.

Los hipsters han muerto y una nueva tribu urbana ha llegado, ¿eres un Yuccie?

Creativos urbanos pequeños. En pocas palabras, una rebanada de la Generación Y, a cargo de comodidad suburbana, adoctrinados por el poder trascendente de la educación, e infectados por la convicción de que no sólo nos merecemos poder perseguir nuestros sueños, sino que debemos sacar provecho de ellos.

Los Yuciees son criaturas casi míticas. Si vives en un área metropolitana, al estilo de Nueva York o San Francisco, probablemente conoces un montón. Son «Social Managers» que coordinan campañas de Instagram o se dedican al patrocinio de marcas de estilo de vida; son brogrammers de venta ambulante, y usuarios de Uber; son empresarios con encanto que calzan gafas de sol de bambú producidas de manera sostenible.

Cuando se graduaron de la universidad, muchos no se molestaron en perseguir una carrera tradicional. Saltaron de cabeza en un guiso empresarial, incluso si eso significaba una reducción salarial. De acuerdo con esta encuesta de Deloitte de 2014, 6 de cada 10 jóvenes milenials citados afirmaban que el propósito de crear su propia empresa era parte de la razón por la que eligieron su trabajo. En el mismo estudio, sólo el 12% identificó «el beneficio personal propio» como una prioridad de liderazgo principal.

Los hipsters han muerto y una nueva tribu urbana ha llegado, ¿eres un Yuccie?
No todos los Yuccies siguen una trayectoria tan directa. Hay un montón de jóvenes que aún pretenden dar sus pasos por el camino del empleo tradicional a pesar de la creciente sospecha de que su intelecto único merece un cumplimiento más profesional. Son los Yuccies «sin contrapartida». Ellos pueden (y lo hacen) pasar las horas en un trabajo de 9 a 5 para una empresa Yuccie sin ajustes culturales masivos. Esa es una relativamente nueva libertad.

Pero en general los Yuccies, están decididos a definirse a sí mismos, no por la riqueza (o el rechazo de la misma), sino por la relación entre la riqueza y su propia creatividad. En otras palabras, quieren recibir el pago por sus propias ideas, en lugar de ejecutarlas para otra persona.

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