Los científicos han descubierto que existen unos cuerpos celestes que se dedican a vagar sin rumbo por el universo. No son estrellas, ni planetas y su aparición podría cambiar las teorías sobre la formación de los planetas y de las estrellas. ¡Descubre más acerca de los misteriosos mundos errantes!

Los misteriosos mundos errantes

Una investigación publicada en la revista Nature ha sacado a la luz la existencia de los misteriosos mundos errantes, objetos celestes que no giran alrededor de una estrella, sino que navegan errantes y sin compañía en el espacio. ¿Cuántos de estos mundos errantes existen?

Anteriormente, se creía que había alrededor de dos mundos errantes por cada estrella común. Sin embargo, ahora, de acuerdo con un estudio realizado por investigadores del Instituto Kavli de Cosmología y Astrofísica de Partículas (KIPAC), un laboratorio independiente de la Universidad de Stanford en Palo Alto, California, se calcula que hay 100.000 mundos errantes por cada estrella de nuestra galaxia. Esto significa que estos mundos errantes pueden ser hasta 50.000 veces más comunes de lo que se pensaba.

Asimismo, los mundos errantes pueden cambiar las teorías sobre transmisión de la vida ya que “si alguno de estos planetas nómadas son lo suficientemente grandes para tener una atmósfera densa, podrían haber atrapado el calor suficiente para que exista vida bacteriana”, explica Louis Strigari, responsable de una investigación sobre este tema que se ha publicado en «Monthly Notices» de la Royal Astronomical Society.  Aunque los planetas nómadas no obtienen el calor de una estrella, pueden generarlo ellos mismos a través de la actividad radioactiva y tectónica interna.

Así que, a medida que los planetas nómadas vagan por el espacio, las colisiones podrían propagar la vida microbiana por otros lugares.

planeta errante

¿Y cómo se crearon? Algunos científicos creen que fueron expulsados de sistemas planetarios, mientras que otros sostienen que estos mundos errantes podrían haberse originado a partir de una nube de gas en contracción, de una manera similar a como se forman las estrellas, pero su temperatura más fría hace que no se les pueda clasificar como tales.

«La sola existencia de estos cuerpos es una sorpresa y su origen y destino es un misterio», afirmó Ray Jayawardhana, científico de la Universidad de Toronto, Canadá.

De momento, habrá que esperar a la futura generación de telescopios de investigación para realizar un estudio más preciso sobre estos mundos errantes y obtener más respuestas.

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