Todos sabemos qué es el albinismo, una patología que produce alteraciones genéticas en el sistema de pigmentación o, lo que es lo mismo, la melanina de la piel. Ahora, esta patología no solo se puede presentar en las personas, sino que también se ha registrado el albinismo en animales y plantas. ¿Árboles albinos? Sí, así como lo lees; preciosos árboles blanquecinos que se alzan como los fantasmas legendarios de un bosque y que sobreviven siglos y siglos por alguna extraña razón. En Supercurioso ha llegado el momento de hablar sobre el albinismo en plantas y su particular forma de sobrevivir… ¡Acompáñanos!
Descubre las peculiaridades de los árboles albinos
Aunque parezca curioso, los árboles albinos son producto de los azares de la indomable naturaleza, que por un golpe del destino, terminan con hojas y troncos blanquecinos en lugar de los característicos tonos verdes que suelen abundar en sus ramas. Es normal que se le suela asociar con albinismo, pero lo cierto es que las plantas, a diferencia de las personas y los animales, no se componen de melanina para adquirir su color. ¿Sabes cuál es? ¡Exacto! Es la clorofila.
Los árboles albinos y, en general, el albinismo vegetal, se refiere a una condición extremadamente extraña e inusual, donde la planta es incapaz de producir la clorofila, un elemento fundamental para realizar la preciada fotosíntesis. Como es lógico, el ciclo natural de los árboles albinos se ve totalmente distorsionado… Entonces, la pregunta clave sería: ¿cómo sobreviven los árboles albinos si no pueden hacer fotosíntesis?
1. El seductor gusto de succionar
El título del artículo no es casualidad, los árboles albinos son los vampiros vegetales por excelencia: succionan los nutrientes que no pueden crear por sí mismos de otros árboles cercanos. Este hecho nos hace recordar una de las frases de plantas más curiosas que se han dicho en la historia: «utiliza las plantas para dar vida», y vaya que aquí los árboles albinos se lo toman muy literal.
Seguro te estarás preguntando: ¿cómo lo hacen? Bueno, en realidad es algo muy sencillo. Cuando la planta no es capaz de producir clorofila y, por tanto, de hacer su proceso de fotosíntesis para obtener energía química, estas interfieren las raíces de árboles «sanos» a su alrededor (en muchos casos llamados «progenitores»). Los árboles albinos logran chupar o succionar los nutrientes que recorren las raíces de sus progenitores para incorporarlos a su sistema. Piensa que, si esto no ocurriera así, los árboles albinos no tendrían ni una sola oportunidad de vivir.
2. ¿Qué pasa con el progenitor?
Aparentemente, los árboles albinos sobrepasan sus días «robando» el alimento de otro árbol más… ¿Acaso los progenitores mueren? ¿Dan su vida incansablemente por proteger a los indefensos? La verdad es que no, no dan su vida por ellos y tampoco les afecta dar algo de su alimento.
En realidad, parece que la convivencia entre árboles albinos y convencionales han logrado un punto de equilibrio casi perfecto; los árboles albinos crecen a la sombra de sus progenitores sin mayor problema. No obstante, si los tiempos son difíciles la «ayuda» de los árboles progenitores se verá disminuida, por lo que, cualquier árbol albino podrá morir rápidamente.
Si lo pensamos bien, este es tal vez el único de los problemas del albinismo en las plantas, pues su dependencia a un benefactor y al territorio en el que está ubicado determina la supervivencia del espécimen. Aun así, aunque no abunden árboles albinos, existen casos muy curiosos donde se propagan para crear extensas áreas de ramas blanquecinas que se confunden con la nieve aún incluso, estando en pleno verano.
3. Las secuoyas albinas
Seguro tienes en mente los árboles secuoyas, considerados como los grandes dioses del cielo y de la tierra. Se caracterizan no solo por ser uno de los árboles más longevos del mundo, sino también por su increíble altura. A ello tenemos que sumarle el caso más grande de árboles albinos que se haya visto en la historia y en las curiosidades de la naturaleza.
Corría el año de 1890, cuando un campesino que rondaba el Parque Estatal Henry Cowell vio algo, jamás antes visto, un árbol no tan grande que crecía completamente blanco, ¡parecía un espejismo! Pero ahí estaba, acompañado de su progenitor, que posteriormente adoptó otro árbol más… Se trataba de las primeras secuoyas albinas descubiertas en Estados Unidos.
Con el paso de los años, las secuoyas albinas fueron tomando más terreno, hasta el punto de tomar una extensión importante de terreno en el parque Estatal de California. De hecho, en 2014, algunos investigadores y biólogos se acercaron para estudiar tal fenómeno.
Tras dos años de largos estudios, descubrieron que, las agujas de los árboles albinos contenían altos niveles de metales pesados como el níquel y el cobre. Al parecer, las secuoyas albinas no solo absorben los nutrientes de las raíces de sus progenitores, sino también absorben la contaminación del suelo y la almacenan en sus ramas. Permitiendo que sus progenitores tengan un suelo mucho más limpio para absorber los nutrientes de ambos.
En todo caso, sobra decir que algunos aseguran que las secuoyas albinas son todo un espectáculo, sus hojas absolutamente blancas hacen que en las noches de luna llena la Tierra se ilumine, creando un ambiente espectral donde las secuoyas son fantasmas brillantes y asombrosas.
Aun así, es necesario llamar la atención a una cosa antes de cerrar, con el estudio que se le realizó a los árboles albinos, los investigadores declararon abiertamente que «se están envenenando a sí mismos». De acuerdo con el doctor Moore, los árboles albinos funcionan como un hígado o un riñón que se encarga de filtrar toxinas.
Aunque, a nuestro parecer, los árboles albinos se vean realmente hermosos y resplandecientes, lo cierto es que esta patología en las plantas genera múltiples problemas en su funcionamiento. Se estima que, incluso, solo el 30% de los árboles albinos logra sobrevivir al primer año de vida, un rango que resulta sorprendentemente alto para los problemas que debe atravesar.
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