Más del 60% de las personas en el mundo se automutila, incluso tú podrías estar dentro de ese porcentaje, ¿lo sabías? Sí, así como lo lees, dentro de la comunidad médica, el comerse las uñas es considerado una forma de mutilación. Ahora bien, ¿por qué nos comemos las uñas? Seguro no es el manjar más delicioso que hayamos probado o una forma de vernos guapos y estilizados, pero, en cambio, sí es una de las cosas asquerosas del cuerpo. Entonces ¿de qué va esta patología? En Supercurioso hemos averiguado por qué se produce y algunas de sus consecuencias. Quédate hasta el final, te contáremos cómo dejar de comerse las uñas. 😉
¿Por qué nos comemos las uñas?
¿Nervios?, ¿ansiedad?, ¿una costumbre que no podemos evitar? Sin importar cuál creas que sea la respuesta al por qué nos comemos las uñas, queremos decirte que parece que todo tiene una raíz común. La onicofagia, término científico para el hábito de comerse las uñas, es una compulsión en muchas casos traducida a un trastorno mental que, puedes controlar.
De acuerdo con estadísticas mundiales, casi el 30% de los niños entre 7 y 10 años de edad tienen el hábito de morderse las uñas; el porcentaje aumenta cuando se está en la adolescencia con un 45% en total. Definitivamente, es un dato que se une a las curiosidades de la uñas. Son cifras desbordantes, lo sabemos, por lo que es obvio que mucho se haya investigado sobre sus causas y consecuencias. No obstante, parece que su origen queda refundida en las profundas aguas de las preguntas sin respuesta…
Algunos dicen que es un mecanismo para el control de la ansiedad, otros dicen que se asocia a sentimientos de culpa y vergüenza, mientras que unos cuantos afirman que este hábito tiene que ver con una predisposición genética. Pese a que estas respuestas parecen vagas ante la gran pregunta de por qué nos comemos las uñas, lo cierto es que poco a poco se ha visto luces sobre una respuesta contundente.
1. Causas de la onicofagia
Existen muchos tipos de tics nerviosos. Hay quienes que, en lugar de preguntarse ‘por qué nos comemos las uñas’, se preguntan ‘por qué nos arrancamos los pelitos de las cejas’ o ‘por qué mordisqueamos las puntas del cabello’. Cada persona es totalmente diferente, pero cabe la posibilidad, que en una de las innumerables curiosidades del cerebro, se resguarde aquella que nos genere algún mal habito como herramienta de control ante preocupaciones de la vida.
Es justo esa la razón por la que nos mordemos las uñas. Se trata de un desarrollo psicológico como mecanismo de control frente a elementos externos que no podemos controlar: angustia, tensión, estrés, preocupación, miedo, nervios, entre muchos más sentimientos.
Pese a lo que ha descubierto la medicina contemporánea, algunos siguen creyendo en la teoría de Sigmund Freud. Según él, la respuesta al por qué nos comemos las uñas está directamente relacionada con la detención del desarrollo psicosexual. En otras palabras, se trataría de personas sobre-protegidas que tuvieron problemas en su desarrollo y crecimiento personal. Para Freud, esto demostraría un acto hostil hacia uno mismo. ¿Te sientes identificado? Seguramente no.
Por eso, equipos de médicos han investigado a fondo el por qué nos mordemos las uñas y allí han descubierto que la onicofagia tiene como base a una persona que es naturalmente nerviosa, o que está pasando por un periodo concreto de ansiedad o estrés.
2. ¿Por qué las uñas?
Seguro que si te preguntas por qué nos comemos las uñas, es lógico que contestemos a la razón de que sea esta parte tan específica del cuerpo. Como bien has leído, es posible desarrollar manías y hábitos con otras partes de nuestro cuerpo como el cabello, los labios o las orejas. Pero lo cierto es que son nuestras manos a las cuales tenemos más fácil acceso.
Comerse las uñas es el resultado de la unión de varios factores que, debido a variaciones aleatorias, se combinan en algunas personas para crear malos hábitos. En primera instancia está la facilidad de acceso de los dedos a nuestra boca. A ello debemos sumarle la «recompensa» que tenemos al hacerlas más cortas. Nos da placer, es un hecho, al comernos las uñas sentimos alivio, satisfacción y una pequeña pulsión que nos motiva a continuar.
Este elemento de recompensa, junto con la facilidad con la que se puede llevar a cabo este comportamiento hace que este mal hábito esté totalmente alejado de las enfermedades más extrañas del mundo, pues a diferencia de muchas enfermedades, esta resulta más común de lo que imaginas.
3. Consecuencia de comerse las uñas
Al preguntarnos por qué nos comemos las uñas, es natural tener implícito sus consecuencias, porque sí que las tiene. Cuando la manía se hace extrema aparecen las primeras lesiones, la cutícula se irrita y los dedos comienzan a adaptarse a la forma de la uña, esto llevará a tener una malformación prominente en los dedos, haciéndolos más anchos en la punta y sobreponiéndose a la uña.
Asimismo, puede ser fuente de infecciones y gérmenes que nos llevamos directamente a la boca, o viceversa. Por las laceraciones que quedan al rededor de la uña, pueden entrar cualquier tipo de bacteria y causar una infección.
Hay personas que no solo muerden las uñas, sino que también las ingieren, esto acarrea otro tipo de consecuencias adicionales, como rasguños en la faringe o impactos en el tubo digestivo, ambos accidentes puede provocar inflamaciones muy dolorosas. Después de leer todas las consecuencias, creemos que es importante que antes de volver a hacerlo te preguntes una vez más por qué nos comemos las uñas y con la respuesta en mente logres controlar ese hábito que llevas tan interiorizado.
4. ¿Cómo dejar de comerse las uñas?
Al pensar en remediar este mal hábito, puede que nos parezca imposible, pero créenos, no lo es. Solo hay que saber elegir las opciones más adecuadas para ti y tener un poco más de fuerza de voluntad. Y tienes una ventaja: después de conocer por qué nos comemos las uñas, las ganas de evitarlo se harán más fuertes. ¡Toma nota de estos 3 consejos!
- Evita por completo llevarte las manos a la boca. Este es el primer paso, aunque a veces lo hagas inconscientemente, procura mantener al borde este comportamiento.
- Píntate las uñas. Todos podemos hacerlo, si quieres de tu color favorito o de un color trasparente, no importa, lo realmente relevante es tener un escudo ante nuestros peligrosos dientes.
- Úntate crema de manos. Al ser amarga, cuando la pruebes sentirás un espantoso sabor, mismo que te advertirá que lo que estás haciendo no debería suceder.
Estos pequeños consejos son básicos pero efectivos para dejar atrás la mala racha de las uñas cortas y feas. El hábito puede ser a menor o gran escala, sin importar si te muerdes las uñas una vez a la semana o 5 veces al día, el hábito existe allí, pues es una acción repetitiva. Procura reconocerlo y procede a cambiarlo. ¡Esperamos que tu duda sobre por qué nos comemos las uñas haya quedado resuelta! ¿Tú también lo haces? Cuéntanos. Y por si quieres conocer más, te invitamos a descubrir por qué nos da hipo, te sorprenderá.