Pocos campos del quehacer humano resguardan tantos misterios y enigmas como las religiones. El Islam, el Budismo, la Santería o el Catolicismo son ricos en mitos y leyendas que se transforman en verdades absolutas para quienes profesan su fe. La Iglesia Católica, siendo una de las más extendidas a escala mundial, reserva aún misterios que no han sido esclarecidos. En las más conocidas frases de La Biblia se nos dibuja una fe marcada por el amor y la verdad. Pero, puertas adentro, asuntos como la existencia y razón de ser de sociedades como el Priorato de Sión, siguen captando la atención de los estudiosos de la materia.
Esta sociedad de inspiración religiosa había sido descartada como parte de la historia católica, hasta que la novela El Código Da Vinci, de Dan Brown, volvió a poner de nuevo al Priorato de Sión en el huracán, despertado la curiosidad y las más variadas teorías conspirativas. Este escritor se caracteriza por poner en tela de juicio varios aspectos que definen a la iglesia católica, como parte de un discurso literario basado en la conspiración. La esencia de esta sociedad secreta, supuestamente resurgida en la década de 1960, era preservar el Santo Grial y la la sangre de Jesucristo y María Magdalena, a través de la ubicación de sus descendientes. Acompáñanos en Supercurioso a conocer todos los misterios que están detrás de la leyenda del Priorato de Sión.
La verdad detrás del Priorato de Sión
Cuando hablamos de la verdad que se esconde tras el Priorato de Sión, es necesario señalar dos épocas diferentes. La referencia más próxima a esta sociedad secreta la encontramos hace unas cuantas décadas. Fue el dibujante francés Pierre Plantard quien diseñó esta organización fraternal en el año 1956. Para 1960 había creado una historia ficticia en torno a ella, que lo ubicaba a él mismo como descendiente de la dinastía merovingia. Para darle solidez a su planteamiento, Plantard expuso que el origen del Priorato de Sión se remontaba al año 1099, cuando Godofredo de Bouillon la fundó, sobre el Monte Sión, en el Reino de Jerusalén.
La esencia del Priorato era, en teoría, proteger a los descendientes de Jesucristo y María Magdalena, que se habían convertido en reyes de Francia. Planteaba entonces un enfrentamiento tajante con la Iglesia Católica, que, según este planteamiento, pretendía esconder y anular toda la información sobre los hijos engendrados por Jesús, y la conformación del Priorato de Sión. Plantard se dedicó a difundir que personalidades como Juana de Arco, Isaac Newton y el propio Leonardo Da Vinci, formaban parte de esta sociedad secreta. Las investigaciones llegaron por fin a un punto culminante, determinando que la leyenda del Priorato de Sión había sido uno de los más grandes engaños del siglo XX. Pero, ¿cómo surge esta historia de ficción? ¡Veamos!
¿Cómo se crea el Priorato de Sión?
La hermandad del Priorato de Sión fue fundada en la ciudad de Annemasse en la Alta Saboya francesa, en el año 1956. Pierre Plantard se encargó de inscribirla en el registro de organizaciones de la subprefectura de Saint-Julien-en-Genevois, siguiendo todos los requisitos de ley. Siendo acusado de antisemita y antimasón, este hombre tenía la pretensión de erigirse a sí mismo como un descendiente de la dinastía francesa merovingia, para lo cual llegó al extremo de falsificar documentos, pergaminos y demás pruebas falsas.
Se cree que Plantard escogió para su treta el nombre de Priorato de Sión, no sólo por la montaña del mismo nombre que reposa en las cercanías de la ciudad de Annemasse, sino para buscar relacionarse con una orden que realmente existió, y que se llamó Orden de Nuestra Señora de Sión. Se trató de una orden monástica que funcionó en el siglo XII, en las instalaciones de la Abadía Nuestra Señora del Monte Sión, en Jerusalén.
Para dar veracidad a su teoría, Plantard, en compañía de su amigo, Philippe de Cherisey, falsificó una serie de documentos que supuestamente procedían del padre Bérenger Saunière, sacerdote que al parecer encontró un tesoro mientras reparaba su iglesia de Rennes-le-Château. Colocaron el material falsificado en la Biblioteca Nacional de Francia y en otros lugares como pruebas del linaje real de Pierre Plantard. Pretendidamente, los que habían salvaguardado el secreto durante siglos eran los miembros del Priorato de Sión que, según la documentación falsificada, encontraba su origen en la época de la Primera Cruzada, guardando estrecha relación con la orden de los caballeros templarios.
Debido a que implicó a un amigo del presidente francés François Mitterrand en sus intrigas, Plantard fue llamado a declarar y bajo juramento admitió que todo había sido un engaño y que él lo había ideado todo. Años más tarde, algunos colaboradores de Plantard admitieron haber falsificado los documentos probatorios de la existencia del Priorato de Sión, conocidos como «les Dossiers Secrets».
La motivación real detrás de la leyenda
Todas las argucias que se tejieron en torno al Priorato de Sión, correspondieron a un objetivo de poder bastante claro. Pierre Plantar, dominado por su ambición, quiso mostrarse a sí mismo como el descendiente de la dinastía que debía ahora ascender al poder como «El Gran Monarca» que profetizó Nostradamus. Sus motivaciones fueron deshechas gracias a la ciencia, pues para descartar de forma definitiva la teoría de que la dinastía merovingia descendiera de Jesús y María Magdalena, se realizó en el año 2006 un análisis genético a la reina merovingia Aragunde. El resultado fue tajante: la monarca era 100% europea y no tenía ninguna relación genética con las poblaciones judías del Oriente Medio
¿Cuál es la relación de Leonardo Da Vinci con el Priorato de Sión?
La vinculación entre el artista y la teoría ha sido ampliamente popularizada por el universo del cine y la literatura. El vínculo lo encontramos en el cuadro de La Última Cena, en el que los defensores de la idea de que Jesús hizo vida marital con María Magdalena, identifican a la mujer como uno más de los apóstoles, e incluso algunas teorías plantean que la pintura la muestra embarazada. En todo caso, el Priorato de Sión es una teoría cuya veracidad ha sido descartada por numerosas investigaciones, pero aún así, sigue despertando el interés y la curiosidad, desde la óptica de la ficción.