En las últimas cuatro décadas la cifra de obesidad ha ido en ascenso de manera impresionante. Como resultado, actualmente el 40% de la población mundial sufre de sobrepeso. Sólo en 2015 murieron cuatro millones de personas por causas relacionadas con el exceso de masa corporal. La preocupación en torno al problema ha obligado a los científicos a desarrollar nuevos y mejores tratamientos, resultando de estas investigaciones un hallazgo prometedor: una proteína para bajar de peso con una eficacia superior a los viejos fármacos.
Científicos descubren una proteína para bajar de peso de forma sorprendente
Para atacar el problema de la obesidad, en los casos más graves se vuelve urgente encontrar tratamientos de rápida acción, que a la vez no vulneren la salud del paciente. Pues los riesgos de la obesidad son amplios, siendo la diabetes y las enfermedades cardiovasculares las más recurrentes, y las que encabezan las principales causas de muertes relacionadas con el sobrepeso en el mundo.
La recién formulada proteína para bajar de peso reúne todas estas cualidades: reducir el peso corporal de manera rápida, sin provocar efectos secundarios. Todo esto fue demostrado en la primera fase de los estudios realizados en monos, los cuales redujeron el 10% de su peso corporal en tan solo seis semanas.
Anteriormente la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) había aprobado cinco tratamientos contra la obesidad que prometían una pérdida de peso del 7% al 12%, en un año. Un lapso de tiempo de acción superior al de la proteína para bajar de peso, elaborada por la compañía farmacéutica Amge.
En realidad, esta proteína no es en sí misma una novedad para la comunidad científica. Se llama GDF15, y es la responsable de regular el apetito, tanto en los seres humanos como en los animales. El problema de ella habría sido que, debido a que se disuelve velozmente en el torrente sanguíneo, las pruebas de laboratorio con fines de sintetizarla fracasaron estrepitosamente.
Sin embargo, el equipo liderado por Murielle Véniant ha probado con éxito con un estabilizador basado en una porción de anticuerpo, parecido al que utiliza el organismo en la identificación de sustancias extrañas. De esta manera, consiguieron crear una sustancia inyectable, capaz de permanecer el tiempo necesario en la sangre para poder activarse en el cerebro y así servir su propósito como inhibidor del hambre.
En este sentido, lo que ha hecho la proteína para bajar de peso es engañar al cerebro para influir en el estómago, proporcionando una sensación de llenura, lo mejor, sin que se hayan reportado efectos adversos. O al menos esto ha sido lo que han observado los investigadores en roedores, y muy pronto podrá comprobarse si el mismo efecto de la proteína sintetizada GDF15, beneficiosa en la lucha contra la obesidad, se repite en los humanos.
Como ves, no se trata de eliminar la grasa directamente, sino de controlar el apetito. Una forma mucho menos invasiva que otros métodos para perder peso y que parece que podría mejorar muchísimo la situación de quienes padecen obesidad.
¿Qué te parece este posible nueva forma de perder peso?
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