Posiblemente no exista muerte más placentera, encontrar el final enredado en los brazos de alguien y sumido en el éxtasis más absoluto, parece sin duda un final que cualquiera desearía tener si se nos permitirá poder elegir de qué modo despedirnos de este mundo.

La “oscura Parca” se nos antoja menos siniestra, pero eso sí, sería seguramente un final elegido tras a una vida larga y plena, porque a nadie le viene en gusto desaparecer de modo súbito en medio de ese instante de placer e intimidad… aunque son muchos, muchísimos los casos en los que alguien ha fallecido de modo inesperado víctima de un fallo cardíaco justo durante ese momento delicado en el que la vida, tiene sin duda su sabor más sabroso.

Entonces, ¿se puede morir de sexo? ¿Es posible perder la vida por sobredosis sexual? El tema se antoja interesante…

¿El sexo mata?

Te hablaremos de Mike. Un joven con un atractivo mostacho que tenía solo para él tres  preciosas amantes: Farah, Soda y Tifty. Murió de paro cardíaco mientras practicaba el sexo con una de ellas… nadie se lo esperaba; ni siquiera los veterinarios. Mike era el león marino de este zoo alemán donde intentaban aumentar la población de esta especie en la sección del delfinario. Los científicos se dieron cuenta de que el animal estaba estresado y que no pudo afrontar sus obligaciones en plena época de apareamiento¿Se puede morir entonces por exceso de sexo? En los humanos, igual que en los animales, depende básicamente de su estado físico, es más, existe un trabajo publicado en el “Journal of the American Medical Association” donde se refleja esta realidad: realizar cualquier actividad física, ya sea ejercicio físico o practicar el sexo, implica un riesgo tipificado de fallecer víctima de algún problema cardíaco, en especial de la llamada “muerte súbita”.

Los datos serían exactamente los siguientes: existe un 3,5 % de probabilidad de morir de un ataque durante un ejercicio físico intenso, ya sea al hacer deporte o al tener relaciones sexuales; pero eso sí, no se trata en absoluto de una relación directa, todo ello depende de nuestra salud particular: tener alguna afección cardíaca, problemas respiratorios, ser hipertensos, obesos… factores que pueden ser determinantes en el caso de que nos lancemos a experimentar una intensa sesión de sexo.

Cualquier ejercicio, realizado de un modo equilibrado, es beneficioso para nuestra salud, pero al igual que no podemos lanzarnos a correr una maratón sin estar preparados, tampoco es aconsejable apuntarnos a una sesión de doce horas de placer absoluto.

Bondades y riesgos del sexo.

Todos conocemos los insuperables beneficios del sexo, esa oleada insuperable de endorfinas recorriendo nuestro cuerpo, esa calma, la satisfacción y el refuerzo del vínculo con nuestra pareja, pero en muchos casos también encierra algunos hechos y realidades que no podemos dejar de tener en cuenta: existen juegos sexuales muy peligrosos. Y para ejemplo tenemos la muerte de David Carredine, el conocido protagonista de “Kung Fu”. El actor fue encontrado muerto en un hotel de Thailandia mientras rodaba una película, el diagnóstico de los forenses fue algo confuso y comprometido para la familia, pero todo apuntó a que falleció tras practicar un peligroso juego sexual que tenía como finalidad aumentar la intensidad del orgasmo mediante la asfixia. El resultado fue que, efectivamente, falleció ahogado; desconocemos si el final fue placentero…

De esta y de otras prácticas sexuales extrañas hablamos anteriormente en nuestro artículo: «Las 5 parafilias más sorprendentes»

Los médicos apuntan que debemos tener en cuenta nuestras particularidades, nuestra salud y nuestra resistencia, morir de agotamiento físico es tan factible como real, y, desde luego, a nadie le apetece perder la vida del modo más placentero pero también más absurdo posible. La impresión de nuestra pareja al caer inerte entre sus brazos es algo que posiblemente no olvide jamás…