En nuestra infancia era normal que al despertar si habíamos dejado un dientecillo recién caído, apareciera bajo nuestra almohada algunas monedas o dulces y, al preguntarle a nuestros padres, ellos decían que era el pequeño ratón Pérez. Pero alguna vez te has preguntado ¿quién es el ratón Pérez? Pues en Supercurioso también nos lo hemos preguntado y, después de indagar bastante hemos encontrado la verdadera historia del ratón Pérez. 🙂
La historia del ratón Pérez
En lo profundo de la historia, casi desde la sociedad del Antiguo Egipto, nos hemos encontrado con historias extraordinarias que dan sentido a muchas cosas que desconocemos de nuestra historia. Esta necesidad de los mitos la sentían los hombres de antaño, cuando las ciencias no estaban tan evolucionadas y no había otra manera de conseguir explicar algunos eventos fantásticos, aunque no se pueda decir que en la actualidad esté del todo erradicada. Podríamos pensar que la historia del ratón Pérez surgió así, para dar explicación a un fenómeno desconocido, pero lo cierto es que no lo fue. Entonces, ¿por qué existe y quién es el ratón Pérez?
La fantasía en nuestro diario vivir se ha vuelto indispensable para relacionarse con el mundo y sobre todo, con los niños. Es natural, ¿no? Después de todo ellos están aprendiendo a interactuar con el mundo y, para comprenderlo, acuden a recursos fantásticos y crean historias en las que van generando teorías provisionales que les sirven para relacionarse. Y, en otros casos son los padres, quienes al ver a sus hijos conflictuados con la realidad, dan inicio a estas historias fantásticas que recrean la realidad y la vuelven más amena, tal como pasa con el origen de los Reyes Magos y también la historia del ratón Pérez.
1. El Ratón Pérez y el Rey Buby
El ratoncito Pérez es una de las curiosidades de España y para conocer los orígenes de la popular leyenda, tenemos que remontarnos hasta finales del siglo XIX, en plenas habitaciones reales españolas. Ahí, para el año 1894 vivía el futuro rey Alfonso XIII, quien solo tenía entonces unos ocho años. Según contaba María Cristina, su madre, era un muchacho muy asustadizo. No era para menos, a tan corta edad ya recaían sobre él una gran responsabilidad futura. Para ese año, al futuro rey se le empezaron a caer los dientes, y este evento conmociono al joven y, por lo tanto, a todos en el inmenso palacio real.
Para evitar que siguiera cundiendo el pánico, María Cristina tomó una resolución: hizo llamar al monje jesuita Luis de Coloma, a quien conocía no solo por sus funciones religiosas sino por su habilidad con las palabras. Le encargó formalmente que escribiera un cuento, diseñado especialmente para un niño de ocho años, en el que explicara que era normal que los dientes de los niños se cayeran a cierta edad. Para ese entonces, Coloma ya era famoso por escribir cuentos como «Pequeñeces» o «Jeronimín».
Luis de Coloma se lanzó con papel y pluma para escribir lo que en un futuro sería conocida como la historia del ratón Pérez. Seguramente, la historia no surgió de una, se inventaría antes, quizá, un paquidermo come calcio, o el ornitorrinco caza muelas, o quién sabe qué otra cuestión, sin que llegaran a entusiasmarle demasiado estas ideas. Hasta que, un día, recordando una leyenda popular de entonces, se le ocurrió este particular personaje: el ratón Pérez, quien iba deambulando por las noches, buscando los dientes de los niños por todo Madrid, e intercambiándolos por regalos.
Fue ahí cuando Coloma crea la historia del ratón Pérez, un simpático amiguito que vivía en una caja de galletas de la famosa confitería Prats del centro de Madrid. El cuento, de hecho, tenía al propio rey Buby como protagonista (Buby era el apodo que la madre de Alfonso XIII le había puesto a su hijo). En la historia, además de tener que recorrer toda la ciudad para llevar el obsequio a cada niño, el ratoncito Pérez debía sortear todo tipo de obstáculos, entre ellos los gatos, que evadía viajando a través de las cañerías de la ciudad.
Algunos autores, dicho sea de paso, comentan que, aunque la narración original pertenece a Luis de Coloma, la historia del ratón Pérez ya había aparecido antes en otros textos, por lo que se piensa que Coloma se pudo haber inspirado en una leyenda popular para redactar el cuento.
Aunque se originó como un cuento dedicado al futuro rey, el entrañable Ratoncito Pérez acabó por convertirse en un personaje muy famoso. Tanto así que, el 5 de enero de 2003, el Ayuntamiento de Madrid estableció una placa en la fachada de la antigua confitería donde se suponía que vivía el ratón Pérez, según la historia del padre Coloma. La placa decía: «Aquí vivía, en una caja de galletas, el Ratón Pérez, según el cuento que el padre Coloma escribió para el niño Rey Alfonso XIII«. Además, en el interior del pasaje comercial de la misma calle fue erigida una estatua del Ratón Pérez. Y, por si esto fuera poco, también se creó la Casa Museo Ratón Pérez en homenaje a este picaresco personaje madrileño, y que se ha convertido en uno de esos lugares para ver en Madrid.
2. ¿Es buena la historia del ratón Pérez para los niños?
Múltiples psicólogos se han preguntado sobre la función y los beneficios no solo de las fantasías que se crean los niños, sino de los mismos juegos que elaboran, o de las historias que les contamos como una manera provisional de explicarles un mundo demasiado grande para ser comprendido. Es el caso, por ejemplo, de la psicóloga Carmen Durán, quien planteó los beneficios de esta anécdota en su libro La Benevolencia. Según ella, la historia del ratón Pérez genera un impacto positivo porque «ayuda a los niños a asumir la pérdida de sus dientes de leche, al recibir un premio por ellos, haciendo más llevadero ese pequeño trauma».
Sin embargo, esto no significa que debamos engañar a nuestros hijos. Siempre hay que recordar que estas historias son una manera de hacer más llevadero el proceso, pero no deben ocultar para siempre la realidad. Cuando el niño ya tenga la madurez suficiente, hay que contarle la verdad. Aunque quizá esto no deba preocuparnos demasiado, después de todo no son pocos los casos de niños que descubren a sus padres con las manos en la masa. Así que no tienes de que preocuparte, porque la historia del ratón Pérez no les va a hacer daño, ni tampoco esos cuentos infantiles cortos que les lees antes de dormir.
3. Otras versiones de la historia
Como sabes, el cuento del ratón Pérez ha sido reeditado en países tan remotos como Japón. Y también ha sido traducido al inglés y el francés, donde se han creado otras versiones de este cuento. Y es que aunque el Ratoncito Pérez sea un personaje histórico en España y de algunos países de Sudamérica, en otros muchos países cuentan con un personaje parecido que realiza el mismo cometido cuando a algún niño se le cae un diente.
En los países anglosajones quienes realizan la labor del ratón Pérez es el Hada de los dientes (Tooth Fairy). En cambio, en Italia se trata de otro roedor pero bautizado como Topolino, Topino o Fatina. Incluso, dentro de España, podemos encontrar otras variantes como L’Angelet en Cataluña, «Maritxu Telatukoa» en el País Vasco y L’Esquilu de los dientus en Cantabria.
Esperamos que te haya gustado la historia del ratón Pérez. Cuéntanos ¿sabías quién es el ratón Pérez? ¡Te leemos!. Y, por si quieres leer más, te recomendamos conocer algunas de las brujas de España.