Para saber en dónde estamos parados, para entender al hombre de nuestro tiempo, es importante también entender de dónde venimos. Claro, la cultura occidental siempre ha insistido, en este sentido, en los romanos y los griegos, pero en la antigüedad hubo otras grandes culturas que influyeron en gran medida en la evolución de las distintas sociedades del mundo, y entre ellas una de las más importantes fue la sociedad del Antiguo Egipto. En Supercurioso hemos querido averiguar cómo era esta sociedad y sus principales características. ¿Tú también quieres conocer todas las curiosidades del Antiguo Egipto? Acompáñanos en este artículo para que te enteres de los datos más curiosos de esta antigua civilización.

Características de la Sociedad del Antiguo Egipto

Características de la Sociedad del Antiguo Egipto

Lo primero que tenemos que aclarar al momento de abordar la sociedad del Antiguo Egipto es a qué nos referimos con esto. Cuando hablamos del Antiguo Egipto nos referimos a una sociedad milenaria que se extendió por más de 3.500 años, una extensión de tiempo nada desestimable. Por supuesto, durante todo ese tiempo se dieron importantes cambios en la sociedad egipcia, la cual fue evolucionando hacia formas de vida más civilizadas, ampliando su cultura, formando sus mitos y estableciendo estructuras sociales bastante claras y delimitadas. Al tratarse de una sociedad tan longeva, es difícil hablar de solo un Antiguo Egipto, así como de una sola sociedad, sino que es más fácil verla como una cultura que estuvo en constante cambio desde que emergió hasta que vivió su fin.

No obstante, lo que sí podemos hacer es hablar de los puntos más importantes de esta sociedad y, sobre todo, referirnos a sus últimos años, cuando este imperio se encontraba ya maduro cultural, social y políticamente. Es por ello qué, para los propósitos de este artículo, al hablar sobre cómo vivían los egipcios, sus distintas clases, tradiciones y castas, nos vamos a referir a esta etapa de la civilización en la que ya se encontraban maduros y sus reglas mucho más claras. ¿Listo para conocer todas las curiosidades de esta milenaria sociedad? ¡Vamos a descubrirlas!

1. Estructura de las clases sociales en el Antiguo Egipto

Estructura de las clases sociales en el Antiguo Egipto

Uno de los rasgos más relevantes de la sociedad del Antiguo Egipto era su estructura de clases sociales. Los egipcios de la antigüedad tenían una estructura social muy bien delimitada y muy clasista, al menos si la juzgamos con los parámetros con los que juzgamos las sociedades hoy en día. Su estructura, por supuesto, giraba entorno al faraón, la principal figura de esta sociedad, quien más que un emperador era, también, un dios. Pero el faraón no era la única pieza importante de esta sociedad, sino que más bien tenía que valerse de diversos tipos de funcionarios que muchas veces le disputaban el poder, aunque su función era realmente la de mantener el orden dentro de la sociedad.

¿Cuáles eran estos funcionarios? Los había de varios tipos. Entre ellos los más importantes eran los sacerdotes y los escribas, detrás de ellos se ubicaban los guerreros y, finalmente, nos encontramos con el pueblo y los esclavos, quienes eran la mano de obra egipcia. Por supuesto, también había otros tipos de funcionarios, e incluso  contaban con el sistema educativo egipcio, uno de los sistemas más importantes de la sociedad del Antiguo Egipto. Dicho esto, es hora de que conozcamos un poco más sobre las distintas clases y grupos sociales que conformaban esta histórica sociedad.

Sacerdotes

Detrás de los faraones egipcios, siempre estaban los sacerdotes. De hecho, esta era una de las castas más importantes de la sociedad, cuestión que no debe extrañarnos pues la sociedad del Antiguo Egipto era profundamente religiosa. Para empezar, el faraón, más que un hombre, era considerado un dios, ¿y quiénes son los servidores más cercanos a dios en cualquier religión? Exacto, los sacerdotes y quienes dedican su vida a la religión. Estos eran, por lo tanto, uno de los eslabones imprescindibles de esta sociedad, y en muchos casos acumulaban tanto poder que podían disputar con los poderes mismos del faraón.

Los sacerdotes, además, eran los dueños del conocimiento. Eran estos quienes impartían la educación en el Antiguo Egipto, las formas de vida y las lecciones básicas de su cultura. Por supuesto, no era fácil llegar a ser sacerdote. Para empezar, tenías que provenir de una de las familias importantes de la sociedad egipcia, puesto que no todo el mundo podía costearse la educación necesaria para formar parte importante dentro de esta sociedad y de esta casta social. Como ocurre con toda estructura religiosa, no todos los sacerdotes gozaban del mismo poder, sino que algunos de estos se dedicaban a una vida más bien tranquila y apegada a la religión egipcia, mientras que otros se erigían como importantes funcionarios del faraón. En todo caso, como casta gozaban de grandes privilegios y eran una pieza fundamental de esta sociedad.

Escribas

En segundo lugar, justo detrás de los sacerdotes, se encontraban los escribas. Sin embargo, no deben entenderse siempre como clases separadas, sino que en muchos casos eran sacerdotes quienes terminaban ejerciendo la labor de escribas. Los escribas eran los grandes sostenedores de la cultura egipcia, pero, ¿qué hacían y por qué eran tan importantes? Pues, los escribas de la sociedad del Antiguo Egipto no distan demasiado de los actuales, solo que su rol era mucho más relevante entonces. En esencia, los escribas se dedicaban a pasar por escrito las palabras del faraón y de otras figuras importantes de su sociedad. Eran ellos quienes transmitían las órdenes del faraón y velaban por su buen cumplimiento y, en muchos casos, eran los portadores de la autoridad real.

Además de ser quienes transmitían la información, en muchas ocasiones los escribas eran la figura más cercana al faraón. Eran estos quienes guardaban los secretos más importantes del imperio, y quienes velaban por el bienestar del faraón. Los escribas, claro está, provenían de las familias más importantes del imperio y eran reconocidos entre la cultura egipcia como funcionarios de gran importancia. Tal y como ocurría con los sacerdotes, no todos los escribas gozaban de la misma importancia dentro de esta sociedad, puesto que una cosa era ser escriba, por ejemplo, del faraón, y otra muy distinta era serlo de un sacerdote de bajo rango. En todo caso, estos eran considerados funcionarios de alto nivel cultural y de gran importancia dentro del Antiguo Egipto.

Guerreros

Mírese en donde se mire, en la antigüedad una de las figuras más importantes siempre fue la del guerrero. Basta con asomarse hasta Grecia y buscar a los Espartanos, o el rol que estos ocupaban en Atenas, o buscar en oriente a los samurais o los ninjas. En la sociedad que sea, en la antigüedad los guerreros fueron fundamentales para la supervivencia y para el buen manejo de cualquier cultura, y los egipcios no fueron la excepción en este sentido. Los guerreros del Antiguo Egipto eran considerados funcionarios de rango medio, aunque en muchos casos alcanzaban rangos importantes y su cercanía con el faraón los hacía de gran valía. Estos eran, claro, la mano armada de esta sociedad, y su primer punto de defensa.

A diferencia de lo que ocurría con los sacerdotes o los escribas, no debías pertenecer a una familia importante dentro de la cultura egipcia para convertirte en un guerrero, pero si buscabas ascender dentro de la estructura militar egipcia si debías, por lo menos, contar con el aval de algunas familias importantes, de la casta sacerdotal o del faraón. En todo caso, los guerreros que encontramos en la sociedad del Antiguo Egipto no distan demasiado de los guerreros de otras culturas: estos respondían a los intereses de la alta jerarquía egipcia y eran la primera línea de defensa, así como de coacción frente a los rebeldes.

Esclavos

Esta es otra de las castas que podemos encontrar en casi cualquier cultura de la antigüedad, sin importar hacia qué región del mundo se mire. Los esclavos, por supuesto, se encontraban al fondo de la cadena alimenticia, por así decirlo, de la sociedad del Antiguo Egipto. No obstante, a diferencia de lo que se suele mostrar en las películas o historias que se han hecho sobre esa época, este grupo realmente nunca fue demasiado numeroso dentro de la sociedad egipcia. En esencia, los esclavos solían ser antiguos prisioneros de guerra que eran tomados como mercancía. Sí, como mercancía, y como tal podían ser comprados y vendidos o intercambiados. La mayoría de estos moría siendo esclavos, y tenían que ganarse la vida ejerciendo las labores más arduas que existían para entonces.

No obstante, en algunos casos un esclavo podía obtener su libertad, si su dueño lo permitía o si era capaz de acumular el dinero suficiente como para comprarla. Esto, por supuesto, nunca fue algo muy frecuente, pero fue un fenómeno que no dejó de estar presente en la cultura egipcia.

Pueblo

De último en nuestra lista, aunque no en la escala social egipcia, se encuentra en pueblo, conformado por personas pertenecientes a esta sociedad que no pertenecían a grandes familias, sino más bien a la clase media o clase baja egipcia, por decirlo de alguna manera. El pueblo se dividía según donde se encontrara, y por lo tanto ejercían funciones distintas si eran de las áreas más urbanas o más rurales de la sociedad del Antiguo Egipto. En todo caso, la mayoría de las funciones que ejercían era de mano de obra: solían ejercer como campesinos, labrando la tierra, produciendo, o como artesanos que trabajaban la materia primar para producir prendas de vestimenta del Antiguo Egipto u otros tipos de implementos necesarios.

Algunos miembros de esta casta también trabajaban junto con esclavos, aunque en condiciones más favorables, para llevar a cabo las creaciones más titánicas del Antiguo Egipto, como las grandes pirámides. En esencia, esta fue una de las castas con menos poder dentro de la sociedad del Antiguo Egipto.

2. Matrimonio en el Antiguo Egipto

Matrimonio en el Antiguo Egipto

Otro de los rasgos más importantes de esta sociedad era el matrimonio. De hecho, para los egipcios el matrimonio tenía una gran importancia a nivel espiritual y religioso. Por supuesto, el matrimonio solo estaba permitido o, cuando menos, bien visto, dentro de las mismas clases sociales, por lo cual a una mujer que venía de una buena familia no se le permitía que se casase con alguien de una casta más baja. Pese a que el matrimonio fuera considerado una unión divina, esto no impedía o prohibía los divorcios, los cuales se practicaban en la sociedad del Antiguo Egipto e, incluso, no era mal visto que un hombre se casase tras un divorcio o tras perder a su cónyuge.

En todo caso, en los matrimonios del Antiguo Egipto sí imperó un sistema principalmente patriarcal, como en el resto de esta sociedad, donde era el padre de la hija (o un tío, en caso de muerte del padre) quien tenía la potestad de decidir si su hija se casaba con un hombre o no.

3. Sociedad del Antiguo Egipto vs Sociedad egipcia actual

Mucho ha cambiado desde aquellos tiempos hasta los actuales en la sociedad del Antiguo Egipto, lo que no significa que no compartan, todavía, algunas semejanzas. La evolución de la sociedad egipcia va de la mano con la evolución del resto de las sociedades, pero sus raíces culturales siguen presentes aún en la actualidad. Una de las principales características que comparte con la antigüedad es la visión de lo agrario, la cual sigue siendo muy importante dentro de la sociedad egipcia actual. En contraste con esto, muchos de los rasgos más duros de la sociedad del Antiguo Egipto se han ido ablandando o cambiando con el tiempo, por lo cual la cultura actual de esta sociedad es mucho más relajada, sin que esto quiera decir que no persisten algunos rasgos bien marcados que son parte de las experiencias imperdibles de Egipto.

¿Qué te ha parecido nuestro artículo sobre la sociedad del Antiguo Egipto? ¿Te gustaría conocer más sobre esta cultura milenaria? O, si ya has leído bastante al respecto, ¿sabes de otros rasgos de esta sociedad que debamos resaltar en nuestro artículo? Déjanos tu opinión en los comentarios, ¡estaremos deseando leerte!