A lo largo de la historia de la humanidad, nos hemos encontrado con unas cuantas espadas legendarias. Esta arma metálica y de pronunciado filo fue la principal herramienta de los caballeros medievales para enfrentarse en batalla y conquistar territorios y riquezas. Curiosamente, es un arma asociada al honor y a la condición de caballero y los mitos que se tejen en torno a ella son muchos. Quizás conoces ya el más popular de ellos, la leyenda del Rey Arturo, en cuya mano residió el poder para sacar la Excalibur de la tierra. Pero, navegando en el pasado, nos encontramos con un mito que puede narrar la historia de la espada en la piedra real. En plena Toscana italiana, hallamos un rincón en el que, aún clavada en el suelo, reposa la espada de San Galgano. Acompáñanos en Supercurioso a conocer esta interesante historia.
1¿Cuál es la historia de la espada de San Galgano?
Tal como ocurre con la mayoría de las leyendas, mitos y hazañas de las que la humanidad ha sido testigo, todo empieza con un simple mortal. En este caso, se trata del joven Galgano Guidotti, nacido en la región italiana de Chiusdino, un lugar lejano y fortificado, en la cima de una colina que bordeaba al río Merse, medianamente cerca de Montesiepi. Galgano nació en el lejano año de 1148 y sus primeros años de vida estuvieron marcados por la tranquilidad y la placidez.
Pero sería en la adolescencia cuando se generarían los cambios en la personalidad del joven, que derivarían en la posterior construcción de la leyenda de la espada en la piedra real. De físico atractivo y carácter indómito y temerario, Galgano empezó a llevar durante años una vida de excesos y abusos, de la que parecía haber perdido todo control. Sin embargo, poco después de cumplir la treintena y también de la muerte de su padre, un evento llegaría a cambiarlo todo y a marcar el inicio de la leyenda de la espada de San Galgano.
En medio de los sueños, el joven se encontró con la visión de San Miguel Arcángel y los doce apóstoles. Tal vez el santo le recriminó su vida licenciosa, o puede que simplemente, le animara a tomar un nuevo rumbo. El hecho fue que, meses después de aquel suceso, y para desconcierto de todo el mundo, Galgano empezó a predicar por Siena y otros pueblos italianos, hasta que al final terminó cansándose y decidió que lo mejor era convertirse en eremita, e irse a vivir al monte Siepi, a una gran cueva que se hendía en la misma tierra.
Su familia y amigos no aceptaron su inusual decisión, e intentaron impedírselo. Se cuenta que incluso sus amantes intentaron detenerlo, pero Galgano tenía el firme propósito de alejarse de todo. No dudó en subirse al caballo y apartarse de la nerviosa multitud que quería detenerlo. Hasta que algo ocurrió, su caballo se encabritó con la agitación y cayó al suelo. El golpe fue terrible. Al quedar inconsciente durante unas horas tuvo una extraña visión. El arcángel Miguel se le aparece una vez más y le da un nuevo mensaje: debe construir una abadía en el monte Siepi. Aquella orden sería el inicio de la leyenda de la espada de San Galgano.
2. La construcción de la Abadía y la Capilla
Quienes han estudiado a profundidad la historia de la espada de San Galgano, hablan de una lección en la que el hombre fue capaz de volcarse desde la violencia hasta la luz. Luego de aquel fuerte golpe, el caballero despertó y contó el mensaje que había recibido de labios de San Miguel Arcángel. Pero, lejos de comprensión o apoyo, solo recibió burlas. Nadie creyó en él. Todos pensaron que se había vuelto loco, y solo su madre y sus amantes le acompañan. Galgano entonces se enfurece, y lleno de ira y de desesperación, realiza su único milagro: clavar profundamente su espada en una piedra formando una cruz con la empuñadura. Corría el año 1180.
Su singular proeza fue vista por todo el pueblo y pronto empezó a escamparse su peculiar milagro. La espada en la piedra real no daba lugar a dudas. La prueba era tan espectacular que la gente empezó a creerle. La espada de San Galgano clavada en la roca simbolizaba la renuncia absoluta a toda la violencia y los excesos cometidos con anterioridad. Ahora la espada no sería nunca más un arma para herir, sino una cruz ante la cual hincarse a rezar.
Poco tiempo después, en el año 1180, Galgano falleció. A los cuatro años de su muerte el Papa Lucio III lo declaró Santo, y entonces se decidió levantar una capilla en el mismo lugar donde la espada se halla hendida, una bella capilla que aún hoy en día permanece en pie. Los Cistercenses fueron fieles devotos a la figura de Galgano Guidotti, así como los agustinos. Hoy la Capilla de Montesiepi y la Abadía de San Galgano se mantienen en pie, como testigos mudos de la historia de la espada de San Galgano.
La Abadía de San Galgano y la Capilla de Montesiepi en la actualidad
Son pocos los italianos y los turistas que conocen la historia de la espada de San Galgano. Si bien es más popular la del Rey Arturo, en este mito urbano encontramos pruebas fehacientes de que pudo haber tenido matices de realidad. Visitar la Capilla de Montesiepi y la Abadía de San Galgano es un plan repleto de magia y de misticismo, que bien satisface a los curiosos y amantes de la historia. La Abadía de San Galgano está abierta todos los días, 24 horas al día y durante la noche se encuentra iluminada hasta la medianoche.
Por su parte, la Capilla de Montesiepi suele estar de puertas abiertas desde la mañana hasta el anochecer. El acceso a ambos lugares es gratuito. Y un punto se destaca como curiosidad: la espada de San Galgano, que permanece aún en el territorio en el que se construyó la capilla, está protegida por una resistente vitrina a prueba de vándalos. ¿La razón? No había día en que curiosos, turistas y amantes del mito artúrico, se acercaran para intentar extraer la famosa espada en la piedra real.
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