Las curiosidades del cerebro humano nos revelan una potencialidad verdaderamente asombrosa. En ese órgano vital que se asemeja a una nuez, se condensa todo lo que realmente nos define como personas. Nuestros pensamientos, cogniciones, habilidades mentales y emociones. También es el epicentro en el que guardamos la información sobre las cosas que hemos vivido. ¿Alguna vez te has preguntado dónde se almacenan los recuerdos? Pues la memoria humana es la responsable de que aún puedas recordar ese colegio en el que hiciste la primaria, tu maestra de matemáticas, las vacaciones de la infancia o tu primer beso. Hoy en Supercurioso navegaremos en las profundidades del cerebro, para contarte en que parte del cuerpo está la memoria. ¿Nos acompañas?
¿Sabes donde se almacenan los recuerdos?
Los datos curiosos de la memoria son realmente asombrosas. Por ejemplo, ¿Sabías que la mente es capaz de crear recuerdos falsos? ¿O que a veces es necesario olvidar momentáneamente algunas cosas, para espacio a nuevos aprendizajes? ¡Es increíble la perfección con la que funciona el cuerpo humano! La memoria se define como la capacidad que tiene nuestro cerebro de almacenar y recuperar información, y además se relaciona con los pensamientos. Este proceso es posible gracias a las repetitivas conexiones intercelulares entre las neuronas, que permiten la retención de experiencias pasadas que, se clasifican en memoria a corto plazo y largo plazo, según el alcance del significado que tenga para nosotros dichas experiencias.
Entonces, para comprender dónde se almacenan los recuerdos, lo primero que debemos determinar es a qué tipo de memoria nos referimos. Nuestros recuerdos no están confinados en un lugar específico. Definir en que parte del cerebro esta la memoria va a depender de si pensamos en recuerdos recientes o más bien en esos de largo plazo, que son estructurales para nuestra vida. Recordemos que la memoria a corto plazo es la que mantiene la mente activa y nos permite recordar cosas durante poco tiempo, mientras que la memoria a largo plazo es la que nos ayuda a recordar vivencias, experiencias y personas durante años, décadas o la vida entera.
¿Dónde se encuentra la memoria a corto plazo?
Si hablamos de dónde se almacenan los recuerdos de corto plazo, esas pequeñas cosas que pueden estar ocurriendo ahora mismo en tu cotidianidad y que pasarán a formar parte de tu memoria, nos ubicamos en la corteza prefrontal del cerebro. Con este tipo de memoria puedes haber experimentado quizás algunas lagunas mentales. No recordar dónde has dejado estacionado el auto, o la ruta hacia una dirección que ya te es familiar. Como la capacidad de recordar es una de las habilidades humanas que más suelen sufrir un deterioro con el paso del tiempo, bien vale la pena que desde ahora mismo sumes a tus rutinas diarias la práctica de técnicas para mejorar la memoria.
¿Dónde se encuentra la memoria a largo plazo?
Ahora bien, si tratamos de definir en que parte del cerebro esta la memoria a largo plazo, nos desplazamos a un área completamente distinta. Esos recuerdos que hemos almacenado incluso desde nuestra infancia, tienen mucha relación con el hipocampo y con los lóbulos temporales, que se encuentran detrás de los ojos, debajo de las sienes. Ambas estructuras tienen vínculo tanto con la memoria a largo plazo como con la de corto plazo. Además influyen en el pensamiento, el aprendizaje del lenguaje y la estabilidad del humor.
¿Cuántos tipos de memorias tenemos?
Ya hemos visto que definir un lugar exacto donde se almacenan los recuerdos no es posible. En diferentes áreas de nuestro cerebro hallamos estructuras y conexiones que nos permiten recordar. Pero además de la memoria a corto y a largo plazo, los seres humanos también contamos con otros tipos de memorias, que también están en varias zonas del cerebro. Por ejemplo, la memoria episódica está relacionada a nuestra autobiografía, la responsable de trasportarnos a lugares donde ya estuvimos. Está también la memoria semántica, encargada de almacenar el entendimiento y conocimientos conceptuales. Ambas dentro de la memoria declarativa.
También, de acuerdo a en que parte del cerebro está la memoria, nos encontramos con otras tipologías. La memoria sensorial se encarga de retener la información estímulos solo durante algunos segundos. La memoria verbal condensa todo lo que sabemos sobre el lenguaje, las palabras, los idiomas. La memoria no verbal almacena nuestros recuerdos vinculados a las imágenes, los sonidos o las sensaciones. También podemos hacer referencia a la memoria olfativa, gustativa o visual.
Ya sabemos dónde se almacenan los recuerdos, pero… ¿Cómo se construyen?
La construcción de los recuerdos es algo bastante menos místico de lo que muchos creen. Al tratarse de algo en lo que aún el ser humano no llega a la comprensión absoluta, desde el inicio de los tiempos ha llamado la atención. Incluso, en la mitología griega nos encontramos con una diosa de la memoria, a quien se invocaba para mantener los recuerdos. Pero la ciencia moderna nos ha dado luces en este sentido, que profundizan no solo en saber donde se almacenan los recuerdos sino también la forma en la que se generan.
Para poder recordar cosas tan simples como lo que hicimos ayer o los nombres de nuestros amigos, el cerebro ha debido poner en marcha una serie de procesos cognitivos muy interesantes y complejos. La producción de cada recuerdo atraviesa tres fases, y el menor fallo en cualquiera de ellas, implicaría la imposibilidad de recordar la información. Además de en que parte del cerebro esta la memoria, veamos cómo se generan cada uno de los recuerdos que la integran.
La fase de codificación
Cómo y donde se almacenan los recuerdos pasa en primer lugar por la fase de la codificación. En ella incorporamos a nuestro sistema de memoria, gracias a la percepción, información que podremos recordar en un futuro. Por ejemplo, que nos presenten a alguien. Prestar atención y recordar su nombre, sería parte de esta fase en la construcción de recuerdos.
La fase de almacenamiento
Esta es la siguiente fase en la construcción de recuerdos en nuestro cerebro. Acá, usando el ejemplo de alguien que nos han presentado recientemente, la memoria aprende el nombre y la asocia a un rostro y a otros datos. Ya lo hemos almacenado.
La fase de recuperación
Una de las singularidades de la memoria es que puede deshacerse momentáneamente de cierta información, para dar lugar a nuevos aprendizajes. Es justo lo que ocurre en la fase de recuperación. Por ejemplo, imagina que esa persona que te presentaron no forma parte de tu cotidianidad y momentáneamente has olvidado su nombre y sus datos. Pero te la encuentras de nuevo por casualidad. Entonces se pone en marcha la fase de recuperación, Tu cerebro accede al recuerdo almacenado, lo recupera, y puedes charlar con total normalidad.
Los misterios sobre el cerebro humano y los datos fascinantes de la memoria que desconocemos aún son muchos. Sin embargo, los avances en el conocimiento sobre donde se almacenan los recuerdos es de gran valor. Es justamente la maquinaria andando de nuestra memoria, conectada en infinitas redes neuronales, las que nos construyen como personas, con nuestra personalidad, experiencias y vivencias. Lamentablemente con el paso del tiempo, enfermedades como el Alzheimer pueden llegar a dañar gravemente esta capacidad. Y este sentido, el mantenimiento de buenos hábitos de vida, el consumo regular de alimentos buenos para la memoria y el ejercicio físico, pueden aportar grandes resultados en el fortalecimiento de nuestra capacidad de recordar.